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Sinopsis:
Tras las terribles guerras nucleares, los supervivientes de los Estados Unidos están hacinados en una gran urbe donde conviven las viejas estructuras con las nuevas y modernas torres. 800 millones viven en ese amasijo urbano llamado Megacity One, donde cada segundo se comete un crimen. Los encargados de intentar mantener el orden y la ley son los Jueces. Policía, jurado y ejecutor de la ley. Dredd es el juez más duro y más famoso de todos. Mientras una nueva droga se abre paso en las calles, Dredd recibe el encargo de evaluar a una nueva recluta, una joven no demasiado prometedora pero con poderes extrasensoriales, Anderson.
Crítica:
Teniendo en cuenta el desastroso comienzo de Dredd en la pantalla con aquella más que olvidable película de Silvestre Stallone de la que solo se podría destacar la polémica de verle el pito operado (ah, no, que esa era otra. Como decía olvidable), casi cualquier cosa que no hubiera sido encargada de Uwe Boll debería de ser una mejora.
En efecto, esta película deja a años luz aquella versión para lucimiento de Sly y aborda el personaje desde un punto de vista mucho más realista y discreto.
Megacity ya no es un decorado de motos voladoras y brillantes colores, de hecho, los puristas tampoco encontraran demasiada fidelidad en esta, es demasiado actual, demasiado realista para ser fiel al 100% al cómic, pero deja un sabor de boca mucho más agradable.
Karl Urban sacrifica su cara para NO dejar nunca el casco de Dredd (algo que fue muy criticado en la película anterior) y presta su mentón y su boca para un juez totalmente deshumanizado y cruel, con apenas unos débiles rasgos de humanidad, como debe de ser.
En los roles femeninos, el personaje de la Juez Anderson (de la PSI division, que no existe en el film) es interpretado por Olivia Thirlby, muy atractiva pero no tan sexy (foxy lady) como el personaje original. Gracias. Un gran acierto, un personaje bastante dimensional y una adaptación de lo que sería la PSI division del cómic original. La mala malísima es Cersei Lannister tras una cita con Eduardo Manostijeras. Lena Headey, la reina mala de Juego de Tronos y Sarah Connor en las crónicas homónimas, es Ma-Ma, una ex prostituta con la cara marcada que rige una torre con mano de hierro y crueldad absoluta. Es mala malíiiisima y eso es algo que Lena sabe hacer muy bien.
La acción es bastante abundante y bien llevada, la película es entretenida y deja un sabor de boca agradable en todo momento. No vamos a decir que sea una maravilla, pero es correcta y eso es mucho decir en estos tiempos.
Incluso las escenas 3D, que en otras películas como Resident Evil "n" han dado como resultado infumables escenas en cámara lenta, en este film han sido "camufladas" como parte de la trama, ya que la droga que Ma-Ma intenta difundir se llama Slo-mo y hace... eso, que todo se mueva muy lento. Un par de momentos para recreación del 3D llenos de violencia y nubes de droga con aspecto de polvo de hadas algo desconcertante.
Gore, bastante gore pero no tan crudo como uno se podría imaginar.
Lo más reprochable sería el guión, que confina a los protagonistas en un mega edificio al poco de comenzar la cinta y vuelve un poco claustrofóbica la acción, dejando sin desarrollar el mundo futurista, cosa que hubiera agradecido. Un poco más de humor negro también hubiera mejorado las cosas.
En definitiva, un Dredd más realista, más deprimente, más oscuro y una Megacity más actual, pero una adaptación mucho más fiel del cómic.
Deja con ganas de ver un poco más, como si solo fuera una introducción de unos personajes.
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