Después de tres años de polémica sobre el supuesto anticristianismo de los libros de JK Rowling, ahora son los integristas islámicos quienes atacan las obras.
Decía el personaje de Kevin Costner en esa estupenda película que es "Trece Días": ¿Qué tendrá el mundo libre que cabrea tanto al resto del mundo?". CLaro que lo decía porque China acababa de invadir Taiwan, pero creo que es una buena analogía para este artículo. Leo en internet que un grupo terrorista pakistaní ha publicado en su periódico-panfleto personal una artículo en el que califica a Harry Potter de "vehículo de la cruzada misionera para expandir el cristianismo a todos los rincones del Islam".
Vale ya con las carcajadas que esto va en serio.
Vamos, que aquí los amigos, de la misma ralea que quienes condenaron a muerte a Salman Rushdie por escribir "Los versos satánicos", han hecho un paréntesis en su trabajo arduo de poner bombas en la India para leerse los libros de JK Rowling y en su infinita sabiduría han decidido que son blasfemos. Que conste que llevo como año y medio partido de la risa con las páginas, libros y artículos que leo publicados sobre todo en inglés y que argumentan que Harry y compañía son algo así como el anticristo, y que considero personalmente que no pasa de mera anécdota el que personas ya mayorcitas se dediquen a vociferar esto a quién quiera escucharles, siempre y cuando su audiencia tenga el suficiente criterio y sentido común como para sacar sus propias conclusiones sobre el particular. Pero ya no me parece tan gracioso ni anecdótico el que personas que se dedican a poner bombas en templos, estrellar aviones contra rascacielos (sigh) o perseguir a escritores cuchillo en alto hayan fijado su mezquina atención en unos libros que: "Presentan una trascendencia social que se basa en el hecho de haber hecho descubrir a niños de todos los grupos étnicos y culturas el placer de leer y encontrar en Harry Potter un estímulo para su imaginación y creatividad, además de ayudar a los jóvenes a identificarse con valores humanos esenciales como el discernimiento del bien y el mal, la importancia de la solidaridad y el valor de la cooperación para superar los problemas de la vida". Y no lo digo yo, si no el jurado del premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que este año ha sido otorgado a JK Rowling por lo ya expuesto.
En fin, sólo cabe esperar que esto no pase a mayores, porque creo que al pobre Salman Rushdie todavía le protege su numerosa escolta en su casa secreta ubicada no se sabe bien donde.
Artículo enviado por daperdepa el 15 de Septiembre de 2003