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Podrían haber puesto los chicos de Panini esta portada, oigan. | |
Pues tenía mis reservas con este cómic, oigan, sobre todo porque todo el mundo me decía que no me lo comprara, que era un bodrio perpretado por el guionista de Get Kraven (obra que me parece bastante mala, por cierto) Ron Zimmerman, el cual trataba de hacer una burda parodia de Batman y Robin. Con semejantes críticas, uno no sabía a que atenerse, pues todo apuntaba a un cómic que evitar como sea. Una vez más, la gente ha hablado sin saber.
El argumento es el siguiente, hay un vigilante en Chicago que se encarga de capturar a los maleantes y se trata de un millonario play boy que tiene una mansión muy bien decorada, con un mayordomo con muy mala uva, un chófer bastante extraño y una tía suya que se enfada por lo más mínimo. El millonario se llama Jack, y ha tomado la decisión de adoptar a un niño de un orfanato por alguna extraña razón. El cómic empieza ahí, y podremos comprobar que el superhéroe se ha metido en un buen lío, pues estamos ante a un chaval bastante malhablado, muy rebelde y bastante maduro para su edad, pues ha estado toda su vida viviendo en el orfanato, sin la esperanza de ser adoptado. Estamos delante de un cómic bastante entretenido, es difícil no soltar una sonrisa de complicidad al ver las mordaces palabras del chaval, el cual es todo un personaje, muy carismático y con mucha personalidad, da gusto encontrarse con personajes tan tridimensionales como este, que enriquecen el cómic al no encontrarnos con los típicos clichés de toda la vida. Jack, el temible Buho-Halcón, es otro personaje bastante entrañable. Es inteligente, pero torpe al mismo tiempo, pues es alguien muy valiente y con principios, pero con una serie de defectos tales como no saber tratar al chaval y además es bastante precipitado e incluso indeciso en según qué cosas, una persona completamente normal. El plantel de secundarios es bastante rico, desde el cura que se encargó de Jack cuando era pequeño, hasta el mayordomo (atención a este, poco que ver con Alfred), el chófer y la tía de Jack. Hay críticas mordaces contra los Ultimates (perfectamente retratados éstos, sobre todo ese Thor que está tan contento con el chaval, ya que comparten los mismos ideales), contra tabúes como la religión (el traje de los curas, el alzacuellos, símbolo del cristianismo) y contra lo tradicional de los cómics de superhéroes (atención al villano, jejeje). Lo mejor del cómic es sin duda el mensaje, el cual no pienso revelar, pero sorprende mucho, pues tiene que ver sobre el origen de Batman. Como se puede ver, poco tienen que ver con los Batman y Robin de toda la vida, y es que no son una parodia de éstos, sino unos personajes bastante diferentes, cuyas similitudes se encuentran solo en la superficie, y poco más. Por otra parte, este guión bastante correcto y trabajado, con sorpresas y buenos momentos, está acompañado de un dibujo excelente. Y es que Fegredo es de esos dibujantes que pasan incomprensiblemente desapercibidos por las editoriales y el fandom, pues es uno de los dibujantes que saben cuando han de ser espectaculares y expresivos. Y es que, para colmo, es un excelente narrador que no tiene desperdicio, sabe caracterizar como pocos. ¡¡No le veo ningún inconveniente!! Mi mayor duda es por qué no le dan una serie regular propia, inaudito.
En definitiva, estamos ante un buen tomo, que debería ser el inicio de una serie que jamás tuvo la más mínima oportunidad (su razón de publicación fue una artimaña comercial de Marvel, el U-Decide, compitiendo con el Capitán Marvel de Peter David y una basura llamada Marville). Creo que merece la vuestra, pues es un cómic correcto, con sorpresas y deliciosamente dibujado. No es una obra maestra, pero deja muy buen sabor de boca. ¿Qué más se puede pedir?
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