LA EDAD DE BRONZE



EXODO

Supongo que ha sido la prácticainexistencia de una industria nacional del comic (remunerada, esto es)la que ha alentado un éxodo de talentos hispanos a la búsquedade dar el salto al mercado USA, principalmente a los comics de superhéroes,que son los que siguen dominando el menguado mercado americano.

Otro importante factor es el que otrosautores hayan dado ese salto con anterioridad, logrando reconocida fama,prestigio y dinero ¡en algunos casos sin muchos méritos paraello! Es natural en un mercado que hizo de Liefeld una estrella -¡ylo sigue manteniendo como creador!- el que cualquier persona españolacapaz de agarrar un lápiz acuda allí a ganarse las lentejas.

Por otro lado, toda un generación-"Forum"- de jóvenes autores se han criado ya disfrutando y buscandoemular a los autores del comic de superhéroes, tomando el relevode la anterior generación de autores "europeos". Nos encontramospues en un excelente momento, pues tanto aquí como en USA, GranBretaña, etc... contamos con "hijos de Kirby/Adams" que pretendentomar el relevo emulando -superando directamente por pura dialécticahistórica- la contribución de sus mayores.

Y lo que debe quedar manifiestamente claroes que la profesionalidad media de los trabajos de los autores españolesha demostrado ser superior con creces a la de los propios americanos, ysu contribución a un nuevo modo de ver el comic tan importante comola de los autores ingleses. Ahora bien, etnocentrismos aparte, los dibujosno conocen patria y el autor de superhéroes debe compararse concolegas de cualquier otro país. No existe, ni debe existir el "comicespañol de superhéroes", salvo por que los autores de lavieja Europa aporten al medio la calidad de los productos "para adultos"(esto es, más elaborados y complejos) que caracteriza a la historietaeuropea y española.

Así, la emergencia históricay real de una nueva generación de autores españoles que seune al mercado de los superhéroes sugiere una cuestión queestaba latente en este antes del mencionado fenómeno, una cuestiónteórica que podríamos efectuar aunque ningún autorespañol trabajase para los U.S.A.: ¿Cual es el modelo dedibujante de superhéroes que buscamos?

Dado que el debate se originó araíz de una discusión -respetuosa y amistosa discusión-con Germán García, quien casualmente acababa de sustituira Carlos Pacheco como dibujante de X-Men me gustaría dejar clarode nuevo -se han hecho mil y una malinterpretaciones de mis declaracionesoriginales- que no se trata de un debate Pacheco vs. García, nomás de lo que podría ser un debate Alan Davis vs. Ladrónno George Pérez vs. Ariel Olivetti. Dejando lo más posiblede lado mis gustos personales, no me corresponde a mí alinear alos autores en un bando u otro, son ellos mismos los que deben hacerlocon sus propias obras, en cualquier caso.

Insisto: No ha lugar enfrentar a Carlosy Germán, ya que a ambos los admiro y considero que la profesionalidady el talento de este último está más allá deduda en lo que a su trabajo en Marvel se refiere.

Pero la cuestión sigue ahí:¿Puede el talento suplir el conocimiento de los personajes con losque se trabaja? ¿Puede cualquier artista, no importa cual sea suestilo o sensibilidad dibujar superhéroes?

La respuesta diáfana es "Si" a ambascuestiones, no se trata de que se pueda ¡es que se hace! En primerlugar por una cuestión puramente histórica: Tomemos por ejemploa Sal Buscema, un reputado artista con 30 años de carrera a susespaldas y cuya contribución a la historia del Universo Marvel estámás allá de toda duda. Sal, una excelente persona a la quetuve ocasión de conocer en Avilés este año es un magníficoejemplo de lo que podríamos llamar la primera generaciónde autores de superhéroes, los cuales no son en absoluto "fans"de los comics -por que aún no los había, eran ellos los quelos hacían- , magníficos y duraderos profesionales, realizanpulcramente el trabajo que se les encarga, pero no les preguntes quées lo que han dibujado esta mañana, pues no lo saben, ni les interesa.Le preguntaron a la esposa de Sal si sentía cariño por lospersonajes con los que trabajaba su esposo. Ella concedió que algosí que les tiene. Francamente, el añadió: "Pagan lasfacturas". Eso es lo que significa para alguien como Buscema su trabajo.Dibuja lo que le mandan sin saber lo que dibuja y a pesar de seguir enactivo, cualquier fan medio sabe más de su carrera que élmismo, por no hablar ya de la actualidad del medio y la industria.

Pero no sólo tenemos este ejemplode autor "desinvolucrado" en el pasado, donde ya nada es remediable. Losmodos de producción del presente también imponen la llegadaa las series de profesionales que, con talento o no, están tan ajenosa la historia y marcha de las series Marvel o DC como puede estarlo Buscema.

Es por lo tanto un problema de raízeditorial, que comienza con un editor de serie que es el primero que nose ha leído los comics ni mucho menos es un fan del personaje. Eleditor por lo tanto carece de un concepto sobre el personaje, no sabe comoera en sus orígenes ni como es su etapa clásica, y por lotanto no sabe qué hacer con él. Emulará a la seriede moda, a la que más venda, a la película espectacular delmomento o al último videojuego. Con tal de atraer a las nuevas generacioneslo volverá todo del revés, no importándole si conello está echando a todos los antiguos lectores que hasta entoncestenía la serie. Nuevos personajes se introducen para hacer nuevosjuguetitos, y nuevas series se abren en inmensas campañas de promociónpara ver si a alguna productora de cine le resulta atractivo el personajey realiza una superproducción con él.

Nadie se para a pensar que si las editorialesnecesitan explotar sus franquicias pues no pueden vivir de las ventas detebeos es por que están tan centrados en extender el uso de suspersonajes a otros campos que se les pasa por alto que si los tebeos novenden es por que no se les respeta como tebeos, por que están hechos"en función de" y no como buenas historias en sí, que eslo que originalmente los llevó a la fama y relevancia.

Así, los editores contratarána profesionales que no necesitan conocer a los personajes por que ese noes su fin, sino poner palabras e imágenes, dotar de carne y huesosa la "brillante idea" que el editor acaba de tener para relanzar la serie.No importa ignorar todo lo anterior, por que el personaje va a ser recreadode nuevo y sus historias recontadas, pasando por alto que, ignorando elpasado, lo único que se hace es repetirlo una y otra vez. No existela fidelidad al desarrollo coherente del personaje, tanto gráficocomo psicológico, el personaje se modela una y otra vez a imagende unos posibles nuevos lectores que, paradojicamente, cada vez son menos.

Y es que creo que es obvio que el primermovimiento para hacer a una serie rentable, para recuperar el mercado,es ¡mantener a los lectores actuales! Si la serie recupera su frescuray novedad original en lugar de repetir el mismo esquema una y otra vez,no sólo volverán todos los lectores antiguos, sino que otrosse incorporarán de la misma forma que aquellos lo hicieron en sumomento.

Pero retornemos de esta disgresióneditorial al campo de la creatividad pura y dura. Esto es: si los verdaderoscreadores son el guionista y el dibujante, y estos están trabajandoen un determinado título, a igualdad de talento artístico¿no dará mejores resultados el dibujante que haya seguidoa los personajes a lo largo de su trayectoria que el que sea la primeravez que los ve?

Uno podrá consultar el conceptooriginal, conocerá las distintas etapas clásicas, los prosy los contras de tomar un determinado rumbo. El otro sólo conocerálos últimos seis números de la serie, que si tienen algodel concepto original es por que, a falta de otra cosa mejor, repiten lamisma historia una y otra vez.

Si el Dr. Doom regresa una vez másde la tumba o de vaya usted a saber donde, no lo plasmará igualalguien que leyese las historias de Kirby con su origen, la novela gráficade Mignola, los números de Byrne que lo mostraban como un "noblemaníaco", que aquel autor que sólo reciba el diseñodel personaje o, no sabemos que será peor, el último nºde Heroes Reborn en el que apareció.

En el proceso de crear un comic, el dibujantejuega un papel fundamental a la hora de contar la historia, de mover alos personajes y diseñar la página. Para que su contribuciónsea realmente de peso, para que colabore, adorne y complemente el resultadode la historia, el dibujante tiene que conocer a los personajes tan biencomo el guionista, en caso contrario su contribución seránula, plana, aséptica, impersonal, lo que cualquier otro podríahaber hecho.

No se trata de otro trabajo más.No es hacer publicidad, comic porno o comics Disney. El hacer comic desuperhéroes supone mantener y continuar una tradición de60 años, unos personajes de complicadas y prolijas existencias que,además, viven supuestamente en un universo compartido. Difícilmenteun artista podrá prestar a su trabajo la atención y el cariñonecesarios si no es un fan de los personajes, si está en ello porpagar las facturas.

No se trata de conocer como son los trajeso qué está pasando con el clon de Spider-Man o váyaseusted a saber qué detalles esotéricos. No. Se trata de haberleído lo suficiente como para haberse formado un concepto del personaje,el tener un proyecto para él (no necesariamente una historia, merefiero a unas cosas que contar, unos ambientes que reflejar, que concuerdencon la trayectoria del personaje). Si para ello uno debe haber leídodiez, veinte, cincuenta o todos los números de una serie, eso yadepende de la capacidad de abstracción y el talento de cada uno(así como de su paciencia).

El tener artistas que a la vez sean fans,esto es, que conozcan a los personajes y

-aún más importante- disfrutendibujándolos, no es un capricho de un lector maniático, sinoque forma parte del propio proceso de maduración y auto-respetode los comics de superhéroes, que a la vez que industria son arte.

Un dibujante que no siga el trabajo desus colegas en otras series ni me resulta fiable ni me merece respeto.Si considera que los comics no tiene interés para él, lomismo pueden decir sus colegas de su trabajo, y si esto es así,si esa persona en concreto no realiza su trabajo con tanta dedicacióncomo para que sus primeros admiradores sean no ya los lectores si no elresto de sus colegas, es que, simplemente, no está realizando sutrabajo lo bien que debiera.

Por no hablar de que, con los sueldos quese están pagando a los dibujantes, es de cajón que el lectorle exija dedicación total, documentación total, no se tratade que se cerciore de que no está haciendo nada mal, sino de quede por sí tenga en su ánimo el hacer algo correcto.

Así que no, yo no he dicho que "todoslos dibujantes de una serie deberían haber leído todos losnúmeros de esa serie y además es deber de la editorial proporcionárselos".¡Que no he nacido ayer!

Mi afirmación es más bienla siguiente:

-En igualdad de condiciones artísticas,un editor debería contratar siempre al artista que mejor conozcaa los personajes y demuestre plasmar su talento con más minuciosidady dedicación.

-La elaboración del comic de superhéroesno es el último escalón del estatus artístico/comiquero,donde todo el que no pueda o no sepa hacer otra cosa puede llegar y triunfar.Dibujar superhéroes, como dibujar cualquier otra cosa, supone laasimilación de un historia y una tradición artística.Leer "Born Again" o "Watchmen" y publicar una miniserie de CF en Laberintono debería cualificar para hacerse cargo de la serie de los Vengadores,por ejemplo.

-Buena parte de la crisis del mercado USAestá provocada por que los autores actualmente involucrados en lasdistintas series ignoran por completo sobre qué están escribiendoo qué dirección deben seguir.

-En el momento en el que un lector sabemás de la serie que el autor que se encarga de ella, esa serie hallegado a donde iba. Eso es el mundo al revés, una continua fuentede pérdida de lectores y, por supuesto, una descarada falta de respetoal lector que hará bien en huir hacia otros medios.

-Creo que es manifiesto que existen (yexistirán) estos dos tipos de autores, que el mercado no evolucionaigual de estar uno de ellos o el otro en las series de más éxitoy que lo deseable es que los editores impusiesen el modelo "fan" y desterrasenal pasado el modelo "currante".

-Si estamos hablando en ambos casos deautores de talento, me resulta tristísimo que, como en el caso delretirado John Buscema, confiese ahora que a él no le gustaban lossuperhéroes, que no considera arte su obra y que le hubiese gustadohacer otra cosa. Marvel no debe convertirse en una ONG que albergue dibujantesfrustrados. ¡Qué obras de arte nos hubiese ofrecido Buscemade dedicarles el tiempo necesario y de ser temática de su agrado!En cualquier caso, si los autores son realmente talentos deberíantriunfar en los distintos géneros que quieran perseguir, y no acusara los editores o al "inculto público" de su fracaso. Deberíanconseguir trabajar en lo que se les antoje, y dejar a los superhéroesen paz. Si es su trabajo y no el dinero lo que persiguen, claro...

Y por finalizar (de momento) de algunamanera, sí, dije y repito que si un autor conoce menos que yo lahistoria del personaje con el que está trabajando, para míestá realizando mal su trabajo y me considero estafado. No es culpamía que (al parecer) a mí me gusten más los comicsque a él. No es culpa mía que no le guste la serie. Si nole gusta ¿qué diablos hace pidiendo trabajo a la editorial...?
 
 

Pedro Angosto


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