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Ficha libro: Título original: Poslednii koltsenosets Editorial: Bibliópolis Fantástica Autor: Kiril Yeskov Traductor: Fernando Otero Macías Nº páginas: 450 Págs. Precio: 21, 95 €
En la literatura de fantasía épica anglosajona abundan los émulos de Tolkien que en sus obras recrean a su manera la Tierra Media y demás mitos ideados por el padre literario de Frodo Bolsón sin cuestionarse las motivaciones de estos personajes o las consecuencias entre los simples ciudadanos de a pie de las épicas batallas narradas en estos escritos ni lo que de verdad pensaban o sentían los perdedores y, como siempre, la historia es narrada desde el punto de vista de los vencedores, dejando en buen lugar a los “buenos” (los vencedores) y en mal lugar a los “malos” (los perdedores). Pocos escritores han recurrido a un tratamiento serio del tema para relatar el punto de vista de los orcos y demás enemigos de los hombres y elfos en la literatura fantástica y sus obras siempre han terminado decantándose hacia la parodia de marcado tono humorístico. El Último Anillo, la novela que reseño ahora, se nos vende como una parodia de El Señor de los Anillos, pero lejos de ser la parodia que sólo tiene la intención de provocar unas risas a costa de la obra de Tolkien, se nos muestra como una obra seria que utiliza la citada trilogía como base de un interesante juego literario. Porque esta historia se desarrolla por completo en la Tierra Media de Tolkien, sólo que Yeskov ha sido inteligente y, para evitarse problemas con los herederos de Tolkien, ha modificado ligeramente los nombres de los protagonistas (Faramir es llamado aquí Aramir), aunque luego por su historia se sabe qué personaje es su equivalente en la trilogía del Señor de los Anillos. A primera vista, el tono de esta obra me recuerda al de Sapkowski y su Saga de Geralt de Rivia con personajes cínicos y desencantados metidos en medio de una de esas “gloriosas” batallas habituales en la fantasía épica (y digo “gloriosas” porque se demuestra en la novela que cualquier guerra tiene poco de épico o glorioso), donde los mitos son desmitificados al ser tratados desde un enfoque realista despojado de toda visión idílica que les dieran las leyendas. De esta manera, los Hobbits quedan convertidos en vulgares paletos, Gandalf en un hombre malvado y manipulador, Aragorn en un rey manipulado por los elfos que se aprovechó de un ejército de zombis y de una vieja leyenda que todo el mundo da por buena pero que nadie se atreve a decir si es falsa o no para alcanzar el poder y los orcos en seres cultos especialmente dotados para la ingeniería y la tecnología.
Resulta igualmente destacable el hecho de que el tono narrativo en la Segunda y Tercera parte de la novela da un giro inesperado y, en lo que podría definirse como una “historia independiente” narrada dentro de la historia principal, de una novela de fantasía pasamos a leer una historia de espionaje a lo Frederick Forsyth o John Le Carré ambientada en un mundo mágico-medieval demostrando que la fantasía épica no puede estar constreñida sólo a las manidas peleas de acero contra magia y demás argumentos usados hasta la saciedad en obras de este género.
La narrativa Yeskov es culta y socarrona a partes iguales y a pesar de algunos momentos en los que la historia avanza demasiado lenta para mi gusto, el novelista de origen ruso consigue escribir una gran novela de fantasía capaz de satisfacer tanto al lector ocasional de fantasía como a los eruditos de Tolkien a la altura de las mejores novelas de fantasía publicadas en España durante el último lustro, quedando sólo por debajo de las sagas de Geralt de Rivia y de Canción de Hielo y Fuego.
José Luis Mora jmazarias@dreamers.es
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