El rostro de esta joven actriz cada vez se está haciendo más familiar entre el gran público gracias a su aparición en Los abrazos rotos, la última película de Pedro Almodovar, en la serie de televisión Águila Roja o en la película La Vergüenza. Sin embargo, Marta Aledo es una actriz y directora de cortometrajes que lleva ya muchos años trabajando en proyectos relacionados con la interpretación con los que se ha ganado bastante prestigio. Por ello, hoy en "Sueños de un espectador" tenemos el honor de entrevistarla.

-La primera pregunta es más o menos la misma que le realizamos a todos nuestros entrevistados. ¿Recuerdas qué te impulsó a adentrarte profesionalmente en el mundo de la interpretación?

Pues la verdad es que empecé a hacer "obras de teatro" con mi amiga Jara para nuestros padres y amigos en el salón de casa con cuatro años, y en cuanto pude me metí en el grupo de teatro del colegio. Un profesor me dijo que había una escuela muy buena a la que él fue. Hice la prueba de selección con 17 años y ahí empezó todo de una manera más consciente y decidida.

- Tu primer trabajo como actriz fue en... El primero, primero fue en un programa par TVE1 que se llamaba "Vivir cada día" que dirigía mi tío Iván Aledo (ahora montador). Tenía cinco añitos y hacía de bailarina.

-Con Natalia Mateo rodaste Carisma, uno de tus primeros cortos. ¿Cuál fue la génesis de este cortometraje? Porque creo que tuvo que ver con algo que hicisteis antes David Planell, Natalia Mateo y tú en otro medio...

Si. Era un café-teatro que hicimos Natalia, Bebe y yo en la Sala Triángulo hace unos cuantos años ya.. Planell escribió unos cuantos sketches de ese espectáculo y uno era el germen de Carisma. Era estupendo. La gente se partía de risa y nosotras también.

-¿Teníais previsión de que Carisma fuera a tener tanto éxito entre el público y la crítica cuando empezasteis a preparar el corto?

Para nada. Era un corto hecho entre amigos con una mini DV.

-Después de Carisma rodaste Ponys, donde volviste a coincidir con Planell y Mateo. Me imagino que os lo pasaríais en grande rodando ese corto...

Lo pasamos muy bien, y nos entendemos de maravilla todos. Un lujo.

-Siguiendo con los cortometrajes, has protagonizado un par de los que creo que estás bastante orgullosa: Ludoterapia y La luz de la primera estrella. ¿Qué nos puedes contar sobre esos cortos?

La luz de la primera estrella es un corto muy especial para mí. Lo dirigió Iñaki Martikorena en Almería. Es un western en blanco y negro y yo tenía que hablar en yiddish. Idioma que es como una mezcla de hebreo y alemán ¡Tela! Mi abuela me llevó a la sinagoga y me presentó a una amiga suya que me ayudó a preparar el texto. El actor que iba a hacer de mi padre, no pudo hacerlo en el último momento, e Iñaki me preguntó si conocía a alguien que pareciese mi padre, hablase inglés y pudiese aprenderse unas frases en yiddish. Yo contesté que conocía a alguien perfecto para el personaje, pero que no era actor. Mi papá.Y menudo debut. Está estupendo.

"Ludoterapia" es precioso. Lo dirige León Siminiani. Es muy grande. La va a liar gorda cuando empiece a hacer largos. Y además conocí y trabajé con Luis Callejo que es un actorazo maravilloso.

-Has participado en roles secundarios en cintas tan importantes como Azuloscurocasinegro, Las 13 rosas o Princesas y con papeles episódicos en series como Acusados, Hospital Central, Los Serrano o U.C.O. ¿Cómo se prepara una actriz el reto de interpretar papeles pequeños?

Yo, al menos, me preparo los personajes y punto. Salgan en 2, 10 ó en 100 secuencias. Y ahora tengo que decir esta gran frase que me encanta y me orienta un montón "nos hay personajes pequeños, sino actores pequeños".

-En televisión se te pudo ver recientemente en Águila Roja. Colaborando en una serie con tanta audiencia, ¿notas que la gente te reconoce ahora más por la calle que antes? De ser así, ¿cómo llevas la popularidad?

Jajajajajaa...La verdad es que si alguna vez me han reconocido por la calle ha sido por los cortos. Es curioso pero es verdad. Por la Estuarda, por ahora no.

-¿Veremos a Estuarda en la segunda temporada de Águila Roja?

Sí.

-Retomando el cine, este parece ser tu año y te has convertido en una "Chica Almodóvar" y has estado a sus órdenes en el corto La concejala antropófaga y en la película Los abrazos rotos. ¿Cómo es trabajar con ese genio del cine? ¿Qué sentías cuando te llegó esa oportunidad?

Agradecimento infinito. Admiro mucho a Pedro Almodóvar de siempre y fue un regalo poder compartir esos días de Agosto con todos ellos. El GENIO es un maestro. Fue encantador. Y su equipo es alucinante.

-En La vergüenza, una de las ganadoras del pasado Festival de cine de Málaga, coincidiste con unos viejos amigos. ¿Fue bonito volver a trabajar con personas como David Planell o Natalia Mateo?

Son mis amigos del alma. Fue muy bonito poder rodarla y poder estrenarla allí. Cuando empezó la película, mientras comenzaban los títulos de crédito tomé conciencia de que mi amigo había conseguido realmente hacer su película. Y con nosotras...Grandes lágrimas...

-Ya, para ir terminando, volvemos a los cortos. En Test tuviste tu primera experiencia como directora, en colaboración con Natalia Mateo. ¿Qué os impulsó a tomar la decisión de saltar al campo de la dirección?

El impulso se llama Natalia Mateo. Tiene una capacidad para crear proyectos y reunir a gente, única. Yo tengo la inquietud de dirigir de siempre y Natalia de escribir y dirigir. Pero fue ella quien planteó por primera vez el "¿Y si lo hacemos?"

-Ya, en solitario, repites como directora en Pichis. ¿Nos puedes avanzar algo sobre este cortometraje que está a punto de estrenarse?

Que se llama "Pichis". Que Natalia lo escribe y protagoniza. Que contamos con un equipo de lujo y que estamos muy orgullosas de él.

-¿Se encuentra entre tus planes el poder dirigir un largometraje en un futuro?

Si. Pero tiempo al tiempo. Hay muchas cosas que hacer y aprender antes de eso.

-Para terminar, ¿en qué proyectos, de los que nos puedas contar algo, estás trabajando en estos momentos?

Estoy metida en un proyecto de teatro con once mujeres. ¡Once! La vamos a liar. Nos llamamos Las Sustitutas. Tenemos gente estupenda metida ahí. Ya iremos contando. Sigo ultimando "Pichis" que le queda muy poquito para terminarse.

-Eso es todo. Gracias por la amabilidad que has tenido con nosotros.

Gracias a ti.

José Luis Mora

¡Señoras y señores! La fusión perfecta (o casi) entre un videojuego y el cine esta presente aquí, en District 9. Y sin ser una gran película, tiene valores suficientes como para estar muy por encima, de las horribles adaptaciones de videojuegos reales, sea el caso de Doom (Andrzej Bartkowiak - 2005), Resident Evil (Paul W.S. Anderson - 2002... y sus consecutivas pseudo-secuelas) y un largo etc. La diferencia con las anteriores, es que District 9, no tuvo precedente en las consolas. Aunque hay momentos, que más de un espectador echaría de menos los mandos de su PlayStation 3.

Sus logros saltan a la vista. Por que allí mismo, en el apartado visual, es donde triunfa claramente la película. Un prodigio visual, en donde asistimos casi sin descanso a una sucesión de logrados efectos visuales. Desde la creación de las criaturas extraterrestres (llamadas constantemente "gambas"), en donde, a mi modo de ver, se llega a un nivel de fotorrealismo nunca antes conseguido; hasta la integración de fondos (esa nave nodriza perpetua en el paisaje, que en ningún momento parece de pega) y las armas, seguidas de sus reacciones mortales.

Hasta ese punto, se deja entrever la mano larga de Peter Jackson, queriendo ejercer de padrino en una obra que bien podría haber sido suya, en la cual no faltan reminiscencias a su primer cine (Mal Gusto - 1987, sigue muy presente en la memoria de los seguidores del realizador neocelandés), ni tampoco, en la espectacularidad de sus atractivos visuales.

Dicho esto, los puntos flacos de este largometraje, recaen en dos cuestiones: la primera, el relato de Wikus Van De Merwe, un hombre inmerso en la cruda realidad de un distrito marginal extraterrestre, jugando al principio del lado de la (no menos cruel) burocracia, para luego pasarse al bando de los marginados. Lo que podría haber sido un cuento mas profundo sobre una realidad que tenemos (los paralelismo con la situación muchos países es mas que evidente), se queda a medio camino. No te llega a emocionar lo que le pase a Wikus, ni su situación personal (dos llamadas telefónicas en momentos dramáticos para dar un par de pinceladas sentimentales a una relación distanciada, no bastan para que logremos empatizar con su sufrimiento). Y si, nos da igual lo que le pase al protagonista, ¿es un problema no? Dato curioso: se ve más esfuerzo por parte de los realizadores, que tratemos de encariñarnos con una criatura digital y su cría, que con su protagonista humano.

El otro punto débil, a mi modo de ver, es que si bien parece que se trata de un relato original, creo que no lo es. Las referencias a un cine muy variado son constantes, tanto como películas de Paul Verhoeven (Robocop y Starship Troopers), así como David Cronenberg y su retrato de las mutaciones asquerosas en la Mosca (1986). No faltan los recuerdos a Salvar al soldado Ryan (Steven Spielberg -1999), así también, a la saga de videojuegos de Resident Evil y Gears of War.

Si se hubiese intentado, tanto por parte de los guionistas Terri Tatchell y el propio Neill Blomkamp, alejarse de esas mismas referencias, buscando un relato que quizás comenzó bien (ese punto de vista documentalista era, en cierto punto, original), para luego inundarlo de demasiados recuerdos de otro cine, se habría conseguido una película mas grande, de esas que el publico hablaría sin parar luego de su proyección.

Pero solo consigue cautivar por el lado visual, que sin duda llega a cotas insuperables a mi modo de ver. Ya es hora, sabiendo que la tecnología existe y es posible crear (en este caso, imitar lo que ya existe) nuevos mundos, quizás sea hora de aplicar esa tecnología en mejores relatos. Unos que de verdad destilen ingenio y originalidad, o al menos, que sepan disfrazarla bien y no hacerla tan evidente. Por eso, mucha gente espera a James Cameron y su Avatar. Quizás marque un nuevo camino en la fusión "guión - tecnología".

Gris Dirigido por Álex Montoya y Raúl Navarro Guión de Raúl Navarro, Álex Montoya y Daniel Sánchez Arévalo Interpretado por Aitor Merino, Natalia Mateo, Enrique Arce, Eva Pallarés y Javier Rodríguez Producido por Rlux.

Algunas partes de la vida de Marc están teñidas por el color gris... Sin embargo, otras están teñidas de vivos colores, pues su vida con Elena no puede ir mejor. ¿Qué le está pasando?

[Como siempre, amigo lector, le aconsejamos ver el cortometraje antes de que lea el textos que lo acompaña]

Raúl Navarro y Álex Montoya con su productora Rlux rodaron varios cortos muy interesantes que, pasados unos años, continúan recibiendo miles de visitas en la página de Youtube donde están publicados. Uno de esos cortos es este Gris, que cuenta en su honor con haber sido visto ya por más de cien mil personas en Internet... Sin duda, todo un reconocimiento a un cortometraje sencillamente redondo.

Acompañados en el guión por Daniel Sánchez Arévalo, director de las películas Azuloscurocasinegro y Gordos, en este corto Montoya y Navarro sumergen al espectador en un análisis sobre la locura que sufre el protagonista de la historia tras haber sufrido una desgracia de la que sus guionistas apenas muestran, pero sugieren, gran cosa a lo largo del metraje del corto.

La estructura narrativa de Gris no es precisamente convencional y sus realizadores van alternando a lo largo de la historia dos momentos del pasado del protagonista que aunque están distanciados entre sí varios meses, discurren de modo paralelo dentro de la lógica interna del corto. Así, Montoya, Navarro y Arévalo van hilvanando los detalles sobre cómo una persona normal que tenía todo lo necesario para ser feliz termina cayendo en una espiral de autodestrucción que le conduce a la locura y la violencia.

El guión es un prodigio de la construcción y sus responsables parecen haber ensamblado cada una de sus partes como si se trataran de la maquinaria de un preciso reloj. La premisa de la que parte Gris es sumamente interesante y sus guionistas la aprovechan muy bien para idear un relato que engancha al espectador desde un primer momento. Pese a lo relativamente innovador del método narrativo que usan para hacer avanzar la trama, el guión es muy sólido y, entre algunas de sus cualidades, sobresale por esa extraordinaria construcción de personajes. En este sentido, lo que construyen entorno a Marc es todo un ejemplo de cómo debe elaborarse la personalidad de un personaje que posea tantos matices y de cómo debe hacérsele evolucionar. Por otro lado, realización técnica del corto está muy cuidada y parece la propia de una película de larga duración. En este apartado destaca el uso de tonalidades grises para el rodaje de las escenas que nos presentan los peores momentos que vive el protagonista y que contrastan con los colores vivos de tono pastel utilizados para las escenas que nos muestran sus momentos más felices.

Por último, cabe destacar el trabajo realizado por el plantel de actores que intervinieron en el cortometraje. Natalia Mateo, Enrique Arce o Eva Pallarés hacen unas interpretaciones muy logradas y convincentes con las que consiguen que todas sus acciones o diálogos resulten muy naturales ante los ojos del espectador. Mientras, Aitor Merino logra una interpretación que está a la altura del difícil personaje que crearon para él los guionistas, pues un personaje como Marc exigía que el actor que lo interpretara fuera capaz de mostrar todos sus matices y conflictos interiores.

En resúmen, Gris es uno de los cortometrajes que cualquier aficionado al buen cine no debería perderse.