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TRÁNSITO

     En el espacio entre el deseo y el miedo, entre la realidad y la ilusión, entre la vida y la muerte se halla otro mundo alternativo que cobra vida en el enloquecedor thriller TRÁNSITO. De la mano del aclamado director de las premiadas Monster’s Ball y Descubriendo Nunca Jamás, Marc Forster, llega esta conmovedora y fascinante doble historia que se sumerge bajo la superficie de la experiencia común y corriente para llevar a un hombre a un descenso en espiral a través de los misterios de la identidad, los sueños y la esencia misma de la existencia.
     TRÁNSITO parece ser a primera vista y en sentido literal una historia de suspense sobre un entregado psiquiatra de Nueva York, Sam Foster (EWAN McGREGOR), y su desesperado intento de evitar que un hermético y atípico joven paciente que ha heredado, Henry Lethem (RYAN GOSLING), lleve a cabo su plan de suicidarse la víspera de su veintiún cumpleaños. Pero detrás de esta historia primaria de TRÁNSITO se encuentra un misterio mucho más perturbador e irreal: el del efecto destructor de la realidad que el inquisitivo Henry empieza a tener sobre Sam. Cuando Sam se ve atrapado cada vez más en la maraña de la vida de Henry (y más tarde en el laberinto de su subconsciente), al principio sencillamente tensa y enturbia la relación de Sam con su novia Lila, pintora y su antigua paciente (NAOMI WATTS). Pero muy pronto la propia comprensión firmemente arraigada de Sam del mundo racional empieza a desaparecer. Sometido a encuentros cada vez más surrealistas y a un Manhattan que se transforma en un paisaje onírico tremendamente cambiante, Sam ya no puede distinguir lo que es verdadero de lo que está pasando únicamente en su cabeza, ni donde empieza él y termina Henry.
     Así que ¿quién es Henry Lethem y por qué está quebrando la realidad de Sam de una forma tan profunda?
     A medida que las pistas y el suspense forjan simultáneamente el clímax de la historia en el puente de Brooklyn, tanto Sam como los espectadores han de lidiar con provocadoras preguntas que suscitan ideas sobre la percepción, la conciencia, el perdón y los postreros momentos de redención. Para ello enseguida queda meridianamente claro que lo que les pasa a Sam y a Henry no está sucediendo en este mundo sino en el estado crepuscular entre la vida y la muerte… un lugar donde no se puede permanecer durante mucho tiempo.
     
ENTRE LOS MUNDOS DE LOS VIVOS Y DE LOS MUERTOS:
LA CONCEPTUALIZACIÓN DE TRÁNSITO

Con TRÁNSITO, el director Marc Forster ha creado un thriller verdaderamente psicológico, forjando un mundo simbólico e hipnóticamente visual de sueños, falsas ilusiones y los más perturbadores estados de la mente que los seres humanos hayan experimentado.
Desde los primeros minutos de la película, los acontecimientos que se suceden entran deliberadamente en lo irreal. “Quería dejar claro de inmediato a los espectadores que la historia que están a punto de ver no transcurre en la realidad”, comenta el director. “Quería que supieran que los personajes principales están entrelazados, para que de esta forma pudieran proseguir este viaje hacia una realidad imaginaria e intercambiable sin sentirse manipulados”.
     De hecho, en el corazón de TRÁNSITO existen dos hombres que a primera vista perecería tener muy poco en común, aunque están consubstancialmente unidos entre sí por el destino. Sam Foster es un experto y exitoso psiquiatra, aunque se protege emocionalmente, que normalmente se ocupa de simples casos de profesionales neuróticos, siendo uno de sus logros más apreciados es el de su novia, Lila, una frágil y perspicaz pintora a la que Sam redimió tras un intento de suicidio. Henry Lethem, por otro lado, es un alma verdaderamente atribulada, un apesadumbrado estudiante de universidad obsesionado con el amor y la tragedia de la muerte, quien se convierte en paciente de Sam por casualidad cuando el terapeuta que le está asignado enferma de forma misteriosa. Muy poco tiempo después de que se conozcan, Henry sobrecoge a Sam con su resuelta declaración de que pretende quitarse la vida el sábado siguiente a medianoche y le incita a una obsesiva búsqueda para lograr que Henry siga viviendo sin importar a qué precio.
     Cuando la desesperada necesidad de morir de Henry se topa con el acuciante deseo de Sam de que permanezca entre los vivos, los dos están cada vez más unidos y no sólo en sus sesiones de terapia. La vida de Sam se ve inundada por su preocupación por Henry, hasta los recuerdos, los miedos e incluso las escalofriantes alucinaciones de Henry y la sensación hecha añicos de lo que es real empiezan a despertarse en Sam como si fueran algo propio. Con sus identidades desdibujadas y mezcladas la una con la otra, se hace alarmantemente evidente que Henry y Sam están atrapados en un mundo “intermedio” que no es la vida ni tampoco la muerte, sino que se halla en el mismo precipicio que les divide.
     La historia de TRÁNSITO cobró vida por primera vez en un guión de David Benioff, un destacado escritor autor de la celebrada novela The 25th Hour, el relato de la última noche de libertad de un neoyorquino que ha de ingresar en prisión al día siguiente, que fue adaptada a la pantalla grande por el director Spike Lee con el título de La última noche. El trabajo como guionista de Benioff incluye Troya para el director Wolfgang Peterson y la venidera Wolverine, protagonizada por Hugh Jackman. Pero fue su guión, estimulante, retador y lleno de suspense de TRÁNSITO el que primero suscito un gran interés en Hollywood.
Cuando el director Marc Forster leyó TRÁNSITO, lo que le gustó no fue tanto que se tratara de un thriller, sino que representaba una oportunidad para crear, desde la nada, un reino de sueños que siguiera sus propia y tempestuosa lógica, pero que con todo reflejara también el mundo más familiar de los sentimientos y las emociones que todos conocemos. A Forster siempre le han atraído las historias que cuentan con un intenso poder dramático y que exploran los terrenos de penumbra en los que se juntan la realidad, la imaginación y la ilusión. Con el lanzamiento de Monster’s Ball en 2001, sobresalió como un gran talento cinematográfico. Posteriormente, se haría acreedor a más elogios y premios a nivel internacional con Descubriendo Nunca Jamás, un encantador y emocionalmente rico vistazo a la vida y la pujanza imaginativa del creador del personaje de Peter Pan, J.M. Barrie.
A pesar de su apariencia de thriller, Forster veía dentro de TRÁNSITO temas resonantes que le han intrigado desde hace tiempo. “Yo siempre he encontrado una gran inspiración en mis sueños y me han fascinado las versiones alternativas de la realidad”, señala Forster. “Pienso que esta película trata de cosas que me interesan mucho, en especial el funcionamiento interno de la percepción y de la identidad. Creo que ahora mismo, en el mundo de hoy en día, en el que estamos rodeados de tantos medios de comunicación y de tantas versiones diferentes de la ‘realidad”, y en el que esa percepción se ha convertido tanto en una parte de lo que somos y de lo que conocemos y de lo que no, éstos son temas especialmente relevantes. Esta idea era muy importante en mi acercamiento a la historia”.
Para Forster, la película era una oportunidad de hacer provocadoras preguntas sobre cómo forja cada persona su propia experiencia vital y le confiere un significado de entre un collage no lineal de fugaces recuerdos, momentos, sensaciones, pensamientos, miedos y esperanzas. Esperaba traspasar cinematográficamente el velo de la realidad cotidiana y mostrar esos aspectos más abstractos pero con todo vitales que se hallan tras ella, lo cual sabía que iba a ser un excitante reto creativo.
“Me atraía la oportunidad de experimentar con un proceso creativo completamente diferente de aquél al que estoy acostumbrado”, explica. “Normalmente, cuando vas a narrar una historia a través del celuloide, sea un drama de ficción o esté basada en hechos históricos, siempre puedes contar con una especie de explicación racional para explicar la forma en la que se desarrolla la historia y en la que se comportan los personajes. Pero con TRÁNSITO, no hay en la esencia de la historia ninguna lógica racional. Más bien todo lo opuesto; todo lo que sucede en la película es una ilusión. Por lo tanto, como realizador, no podía echar mano de fáciles y lineales formas de pensar. Tenía que guiarme casi por completo por mi instinto. Tuve que sentir mi camino a través de la historia, confiar en mis sentidos más que en mi mente lógica, y eso fue algo muy interesante para mí”.
Forster también espera que los espectadores conecten con TRÁNSITO a un nivel más profundo, más visceral. “Creo que es mejor ver esta película casi como una ventana; tienes que mirar a través de los elementos visuales más que simplemente limitarte a ellos. Es una historia que, al ser todo ella un sueño, está abierta a toda clase de interpretaciones”, afirma. “Lo único que, como director, soy capaz de controlar, son las impresiones visuales, y el resto depende del espectador”.
     Incluso el título de la película es susceptible para Forster de tener múltiples estratos. “La palabra TRÁNSITO tiene muchos significados distintos y está asociada a numerosas metáforas”, señala Forster. “Para mí, es una palabra que tiene mucho que ver con la necesidad. Nadie quiere que sus amigos le abandonen o tener que alejarse de las cosas que ama. Y es esa sensación de necesidad la que mantiene unidos a todos los personajes de TRÁNSITO, tanto en la superficie como dentro de la realidad alternativa de la que son todos una parte importante”.
     El productor ejecutivo Bill Carrazo lo resume así: “No se trata del simple vehículo dramático que ves todos los días. Cuenta con un reparto de primer nivel y maravillosos exteriores en Nueva York, pero TRÁNSITO está diseñada para llevar la gente a otro lugar, para meterla en una realidad alterada y proporcionarle una experiencia original. Es el tipo de película sobre la que, después de haberla visto, hablas y comentas un montón”.

MENTES ENTRELAZADAS:
LOS PERSONAJES DE TRÁNSITO

     TRÁNSITO presenta a un grupo de personajes cuyos conflictos emocionales son palpablemente reales y reconocibles, aunque ninguno de ellos son en su integridad quienes aparentar ser. ¿Cómo haces que cobren vida personajes que son conmovedoramente humanos pese a ser también producto de una imaginación verdaderamente desesperada? Para Marc Forster, la clave se encontraba en elegir a un grupo de actores muy competentes capaces de ofrecer interpretaciones multidimensionales y de mucho recorrido.
     Gran parte de la acción de TRÁNSITO gira en torno a Sam Foster, el aparentemente bien amueblado psiquiatra cuya resuelta creencia en su propia realidad se ve terriblemente puesta en tela de juicio cuanto más trata de salvar la vida a un extrañamente profético paciente con tendencias suicidas. Para encarnar a Sam, Forster eligió a Ewan McGregor, el premiado actor cuyo rango de eclécticas interpretaciones van del oscuro y humorísticamente distorsionado retrato de un yonqui de Trainspotting al heroico caballero Jedi Obi Wan Kenobi en la exitosa trilogía Star Wars que ha terminado con la reciente Star Wars Episodio 3: La venganza de los Sith.
A pesar de la amplia variedad de películas en las que ha actuado McGregor, TRÁNSITO no era como nada que le hubieran ofrecido con anterioridad. “Pensaba que era un guión extraordinario pero luego Mark Forster lo llevó a otro nivel, creando esta experiencia tan intrincada de un sueño que se hace realidad. Es todo muy sutil y subliminal, y también espeluznante”, comenta. “Por un lado, tienes a este mundo tan familiar de Nueva York en el que está ambientado la historia, por otro, hay esta sensación de irrealidad que crece y crece a lo largo de la película y que te lleva a algún otro lado”.
     A pesar de la naturaleza irreal de lo que está viviendo el personaje, y a pesar de ser quien resulta ser al final Sam, McGregor sabía que para que el viaje de Sam tomara vida, él tendría que mantenerse totalmente concentrado en todo momento en lo que experimentaba su personaje a los niveles emocionales más primarios.
“Una de las cosas en las que me centré fue en el cambio de papeles que se produce entre Sam y Henry”, explica. “Sam en un determinado sentido se convierte en el paciente y Henry casi termina por convertirse en el médico. La vulnerabilidad de Sam se muestra claramente cuando empieza a ver que su desesperada necesidad de ayudar a otra gente es también una necesidad de ayudarse a sí mismo para superar los errores que cometió en el pasado. Empieza a ver que Henry no es el único que está tratando de redimirse”.
     El deseo de McGregor de correr riesgos y descubrirse completamente en pantalla impresionó a Marc Forster. “Ewan interpreta a Sam como un hombre para el que la racionalidad lo significa todo”, señala el director. “Es la base sobre la que funciona Sam, pero luego y a través de la interpretación de Ewan ves lenta, pero que muy lentamente, el deterioro de Sam y de todo en lo que creía cuando empieza a convertirse en lo que más teme del mundo: en un neurótico”.
     La vulnerabilidad de Sam no queda más patente que en las escenas entre éste y su antiguamente angustiada novia con la que ahora pretende casarse: Lila, a la que da vida la actriz Naomi Watts. Para McGregor estas escenas se convirtieron en piedras de toque de realidad en una historia que toma enloquecedoras direcciones. “Naomi y yo queríamos que la relación entre Sam y Lila fuera muy auténtica”, señala. “No es el tipo de relación en la que siempre se oyen violines como fondo. Hay una tirantez real y un verdadero amor entre ellos”.
     Naomi Watts, nominada al Oscar® por su desgarradora interpretación en la película 21 gramos, es amiga de Marc Forster desde hace mucho tiempo y siempre había querido trabajar con él. Cuando Forster le pasó el guión de TRÁNSITO, ella dijo: “es un cañón”. Watts prosigue: “En primer lugar, quería trabajar en la película por Marc, porque todo lo que hace llega muy al fondo de la psique humana, aunque cuando lo leí, me cautivó al instante. Es un tipo de thriller muy intelectual, muy inteligente, pero también hay en él mucha alma. En cierto modo me recordaba a Mulholland Drive, con el tema de la conciencia frente al subconsciente y la delgada línea que existe entre la realidad y las ilusiones. Me gusta explorar estos interrogantes de lo que es real para nosotros y cómo los seres humanos a veces seguimos cayendo en los mismos errores, como espabilamos y aprendemos a prestar atención a las señales”.
     Watts continúa: “Lo que me encantó de verdad fue que Marc fuese a tratar de recrear en la pantalla esa sensación de déjà vu, de haberlo ya vivido, que todos hemos tenido en algún momento. Hay en el diseño de la película muchas pequeñas cosas que pasan si te das cuenta de ellas, la forma en la que los colores y los patrones se repiten y oponen, – y hasta el más mínimo detalle en la imagen es significativo. Su visión para la película y su preparación fueron realmente impresionantes”.
     Como personaje, Lila se está enfrentando a sus propios oscuros demonios a nivel psicológico. Es una pintora de mucho talento y dotada de una gran sensibilidad, pero también se trata de una mujer que se está recuperando de una tentativa frustrada de suicidio que la conecta consustancialmente con la lucha de su novio por salvar a Henry Lethem. Watts la veía como un inesperado símbolo de salvación. “Siempre vi a Lila como una especie de ángel”, explica la actriz. “La veía como alguien que en tiempos necesitó salvarse a sí misma pero que ahora tiene la oportunidad de ayudar a Sam a salvar a Henry, para convencerle quizás de que se quede en el mundo de los vivos”.
     Al igual que con Sam, la realidad personal de Lila se pone cada vez más en cuestión a medida que se suceden los acontecimientos en la película, hasta que ella también empieza a sentirse ligada a la perspectiva del mundo que tiene Henry. “El gran reto para interpretar a Lila era lograr siempre que resultara creíble y verdadera, sin importar lo que en verdad está ocurriendo y sin importar si lo que está ocurriendo en un momento dado es verdaderamente real”, dice. “Fue algo bastante duro de hacer. A fin de cuentas, siempre me quedaba algo en lo que pensar, y eso me gustaba”.
     Para Marc Forster, Watts aportó una luminosa calidad al personaje que era esencial para mantener conectada la historia a un realismo emocional, si no físico. “Naomi se convirtió en el ancla y la luz de la película”, dice. “Su Lila, que de inmediato es tremendamente consciente de la tragedia y que con todo es bastante optimista, aglutina a todos los demás personajes al más profundo de los niveles”.
     El catalizador detrás de las acciones de Sam y Lila a lo largo de la historia es Henry Lethem, el abatido estudiante de universidad que idolatra a un pintor de ficción llamado Tristan Reveau, un romántico trágico que genialmente anunció su suicido por adelantado como una obra de arte. El gran enigma de Henry es cómo alguien tan brillante, tan prometedor, tan aparentemente en control del futuro, podría ser también alguien tan estimulado por la muerte.
Interpretando a Henry se encuentra el actor Ryan Gosling, que recibió una nominación en la categoría de Mejor Actor en los Spirit Awards por su papel en The Believer (El creyente), y que también ha intervenido en The United States of Leland junto a Kevin Spacey, y en El diario de Noa. Como la fuerza motriz que se esconde tras el onírico mundo de la película, el hombre cuyos sentimientos, pensamientos y recuerdos construyen literalmente la realidad de la película, la interpretación de Gosling tenía que dar el tono al resto de los personajes. “Todos en el reparto sacan sus réplicas de Ryan”, señala Marc Forster, “porque es a la postre la percepción de Henry la que los crea a todos ellos”.
A Gosling le atraía la naturaleza dual del papel, el reto de interpretar a un personaje cuyas luchas internas funcionan tanto a un nivel metafórico como literal. “Henry es un personaje muy interesante de interpretar porque a menudo lo que empieza a tomar cuerpo en su cabeza acaba por suceder, lo cual es algo muy agobiante”, dice. “Lentamente, los restantes personajes de la película – Sam, Lila y Leon – también empiezan a adoptar la realidad de Henry en toda clase de formas. La película es en su conjunto como un gigantesco laberinto. Me gusta que sea tan diferente y que no haya muchas películas como ésta desde el punto de vista cinematográfico, También me gusta que Marc haya rehusado fiarlo todo a los ordenadores y otros artilugios que la hicieran funcionar. La construyó con los personajes; daba a la película la oportunidad de contar una historia real dentro de unos acontecimientos imaginarios”.
Como actor, Gosling disfrutó siendo capaz de ir hasta extremos a los que normalmente no llegaría en un drama convencional. “No hay reglas ni parámetros para estos personajes, así que podíamos intentar absolutamente todo”, dice el actor. “Centrarse en la verdad del personaje era un interesante proceso porque había muchas opciones para explorar”.
     Parte de la clave para Gosling era estar seguro de que los impulsos autodestructivos de Henry pudieran parecer reales sin que importase la perspectiva a través de la que se vean. “La verdad esencial de Henry es que está buscando a alguien que le puede salvar”, explica Gosling. “Creo que Henry desea de verdad que Sam le ayude, pero también siente que quizás éste ha ido demasiado lejos en su intento. Está lleno de culpa y pena, y ha perdido el contacto con la realidad y, en cierto sentido, con lo que le mantiene con vida. Está esperando hallar una razón para quedarse, incluso aunque sabe que eso no es posible”.
     La cruzada de Henry para ser salvado le va a poner también en contacto con Leon, el psiquiatra ciego, que o es el mentor de Sam o el fallecido padre de Henry que ha regresado para atormentarle (depende de tu percepción), interpretado por el actor nominado al Oscar® Bob Hoskins.
Como otros miembros del reparto, a Hoskins le atraía la idea de que hay muchas más razones para quedarse que las que parece haber a primera vista. “Creo que la película trata sobre un estado mental”, comenta. “Cuando lees el guión, te das cuenta de que lo que estás leyendo no es enteramente de lo que realmente va. Algo más está tomando forma por debajo, y eso es algo que va a resultar muy divertido para los espectadores”.
     Hoskins era extremadamente consciente del hecho de que la ceguera de Leon es parte de la estructura simbólica de la película, pero también quería enfatizar su realidad. Trabajó estrechamente con un asesor invidente en el plató y practicó con los ojos vendados las rutinas del día a día para poder moverse así con mayor realismo en un mundo sin visión. Aunque la idea original invitaba a que llevara gafas de mentira, al final Hoskins interpretó el papel sin ningún aditamento. “La clave es mantener completamente cerrados los ojos”, dice. “Sólo hay que sacarlos de la ecuación, eliminarlos”.
     Para Marc Forster, una de las escenas más emocionantes de la película es una en la que Leon recupera la vista a manos de Henry Lethem. “Esa escena es una metáfora y completamente imposible desde luego”, dice Forster, “pero de alguna manera es algo mágico que sucede cuando rodamos y se convirtió en algo muy emotivo y real. Creo que enraiza con la relación padre-hijo, la forma en la que un niño desea que sus padres puedan valorarle por lo que es y no por lo que ellos quieren que sea. Es también un momento en el que algunas ilusiones se desvanecen y otras se hacen más patentes; se trata de un momento muy especial en la película”.

UN PAISAJE ONÍRICO PSICOLÓGICO:
EL DISEÑO DE TRÁNSITO

     A medida que la perturbadora historia de TRÁNSITO se desarrolla, la experiencia se hace de forma progresiva más visual. Un vertiginoso y fuera de lo común laberinto de recurrentes, incluso cíclicos colores, formas, texturas e imágenes (desde las puertas verdes a las escaleras de caracol pasando por agua corriendo e irreales imágenes de gemelos) refuerzan la sensación de que lo que está ocurriendo en pantalla no es realmente de este mundo. Las imágenes llegan con ritmos precisos y entrecortados y lánguidos flujos de vida onírica. Probablemente, los espectadores se percaten de los elementos que se repiten de forma espeluznante no sólo en la historia, sino también a través del uso de extras, el vestuario y los objetos. El efecto acumulativo está diseñado para evocar sensaciones que son a la vez familiares y extravagantes, poniendo en solfa las propias percepciones de los espectadores de lo que constituye la realidad.
     Forster se centró de forma concienzuda en el diseño de la película, esperando colocar a los espectadores con los nervios de punta hasta el punto de que pudieran sentir la película más que simplemente verla. Para hacer que su visión cobrara vida, el director reclutó a un equipo creativo de primer orden, muchos de cuyos integrantes habían colaborado con él en anteriores trabajos como Monster’s Ball y Descubriendo Nunca Jamás, del que formaban parte el director de fotografía Roberto Schaefer, el diseñador de vestuario Frank Fleming, el montador Matt Chessé, el supervisor de efectos visuales Kevin Tod Haug y el productor Eric Kopeloff.
     Para encontrar la inspiración, Forster miró más allá de los recientes thrillers psicológicos que se han estrenado, a los thrillers paranoicos de los años sesenta y setenta con sus tonos turbadores y duros, y a películas como Petulia, de Richard Lester, por su abstracto y psicodélico uso del color y el regreso al pasado. Pero ante todo confió en su propia imaginación.
     En las primeras fases, Forster habló largo y tendido con el director de fotografía Roberto Schaefer tratando de crear el lenguaje onírico visual y las tomas de equilibrio cambiante de la película. Schaefer recuerda: “Marc me explicó que en esencia estábamos haciendo una película artística experimental dentro de un thriller. Nos sentamos y fuimos por todo el guión, página a página, escena a escena, resolviendo todos los temas visuales y decidiendo cómo este personaje se solapaba con el otro. Planeamos con antelación todo porque había muchos efectos visuales que posteriormente íbamos a tener que integrar en la acción”.
     Schaefer estaba particularmente interesado en cómo el color y la iluminación podrían crear algunos de los efectos contundentemente físicos de la película. “En la fase de preproducción, preparé una especie de organigrama de las trayectorias emocionales presentes en la película, sobre la base de tres colores: el negro, el rojo y el verde. Representando cada una la paranoia, la normalidad y los sueños respectivamente”, explica. “También busqué los ángulos, la iluminación y los filtros en lo relativo a las emociones que los personajes van a sentir en cada una de las escenas”.
     Schaefer trabajó también con el diseñador de efectos visuales Kevin Haug para integrar los efectos, no importa lo extraños o irreales que fueran, sin que se apreciaran con el resto del diseño. “El lema de Marc era ‘sutileza”, dice Kevin Haug. “A veces, una escena o un diseño en concreto puede quizás no ser lo suficientemente sutil como para que ciertos espectadores no lo perciban. Mucho de lo que sucede en el filme se produce fuera de la obvia acción del primer plano”.
     Siguiendo el mismo mandato de sutileza dentro de lo irrealidad, el diseñador de vestuario Frank Fleming creó trajes que vincularan a los personajes de formas silenciosas y minimizadas. “Por ejemplo”, señala Fleming, “la primera vez que Sam y Henry se relacionan, están llevado chaquetas similares. El patrón y la textura son ligeramente distintos, aunque el tono es parecido. Se ven a sí mismos, y al otro, a través de un estado onírico, a través de una perspectiva levemente alterada. Esa clase de cambios de realidad eran difíciles de lograr, pero creo que va a ofrecer a los espectadores algo realmente diferente”.
     Para la vestimenta de Ewan McGregor, Fleming se sirvió del trabajo del prometedor diseñador de Nueva York Thom Brown, cuyos desenfadados giros a los tradicionales trajes, abrigos, chaquetas de punto y demás ropa de caballeros parecían particularmente adecuados para una realidad alternativa.
En todos los diseños de vestuario, Fleming trató de reflejar la textura no completamente tangible de los sueños. Un ejemplo especialmente satisfactorio para Fleming se deja ver en la escena en la que Sam y Henry suben por la rampa de acceso del muy contemporáneo Lerner Hall de la Universidad de Columbia. De fondo, están rodeados por una misteriosamente recurrente multitud de gemelos, trillizos y cuatrillizos, llevando cada grupo trajes que hacen juego, añadiéndose adicionalmente a la sensación de repetición y déjà vu que está presente a lo largo de la historia.
     El trabajo del diseñador de producción Kevin Thompson ayudó a favorecer la creación del inusual mundo visual de la película, trufado de símbolos arquetípicos como el agua, las escaleras y las entradas en numerosas manifestaciones que van de lo espectacular a lo aterrador. “Trabajar en TRÁNSITO era el sueño de cualquier diseñador”, afirma Thompson. “Es algo muy atípico crear nuestro propio lenguaje visual sin estar sometido a las reglas al uso”.
Durante la fase de preproducción, Forster dio a Thompson un cuaderno lleno de dibujos, fotos y recortes que representaban motivos visuales concretos que darían forma al look de TRÁNSITO. “Marc señalaba una imagen en concreto y decía: ‘Esto es lo que tengo en mente para esta escena’, y fue de gran ayuda”, afirma Thompson. “Marc tiene mucho ojo para el detalle; es capaz de mostrarte abiertamente que es lo que quiere. Es muy concreto con su visión para el look de una película. Cogimos sus ideas, desarrollamos un lenguaje y unos motivos visuales y fuimos a por ellos”.
     El lienzo de Forster a lo largo del proceso de diseño fue la ciudad de Nueva York en su integridad, la cual se convirtió en un personaje importante en TRÁNSITO, alterándola y cambiándola dinámicamente por completo. Aunque Manhattan quizás sea uno de los espacios visualmente más familiares de Hollywood, aquí cobró vida de una forma que no se había visto con anterioridad. Trabajando estrechamente con Forster, Kevin Thompson creó una especie de universo paralelo de la famosa metrópolis, uno en el que ciertos lugares resultan familiares, aunque en el que no están vigentes las reglas normales de espacio, tiempo y emplazamiento.
Esto es evidente, por ejemplo, en una escena en la que Sam y Henry caminan por los modernos pasillos de acero y cristal de un nuevo edificio de la Universidad de Columbia. Dentro de la misma toma, mientras siguen hablando, están de repente caminando entre las enormes columnas jónicas del edificio de estilo Beaux-Arts de la Compañía Americana de Teléfonos y Telégrafos del 195 de Broadway. Las dos localizaciones están separadas por más de dieciséis kilómetros y casi doscientos años, pero en la película se trata de una realidad alterada, pues Sam y Henry pasan de una a otra en un segundo.
La película también utilizó una escalera de la histórica catedral de San Juan el Divino, dentro de cuyo tiempo nunca antes se había permitido rodar para la salida en espiral hacia ninguna parte que Sam encuentra cuando visita a la novia de Henry, Athena, en un teatro donde se ensayaba Hamlet. “Esa escalera parece haberse construido para una película”, dice Roberto Schaefer. “Tiene una apariencia muy visual”.
Escenas que tienen lugar fuera del piso de Sam se rodaron en The Cherokee, un señero edificio del Upper East Side de finales del siglo pasado, cuyos patios, huecos de la escalera y corredores tienen un aparente gusto europeo. El interior del apartamento de Sam, construido en los Estudios Silvercup East en Queens, era atípico, no sólo por su aspecto, sino también por su construcción, la cual carecía de rincones – las paredes no se encuentran una con otra. Las vistas desde las ventanas cambian constantemente por obra y gracia de los efectos visuales.
Otras localizaciones se encuentran en diversas partes de la ciudad. Un destartalado piso de la segunda planta de una de las reliquias más antiguas y esplendorosas de Harlem, Graham Court, se empleó para la casa del mentor ciego de Sam, el Dr. Patterson. El piso, que ha conocido tiempos mejores, fue rehabilitado para el rodaje. El estudio artístico de Lila se creó en el ático de un decadente rascacielos de estilo Art-Decó de Jersey City, que proporcionaba sorprendentes e inesperadas vistas de la línea del horizonte de Manhattan desde un ángulo atípico. Para una escena que tiene lugar en un club de ajedrez, las enormes ventanas abovedadas de la Asia Society encuadraban una vista de una gran variedad de fachadas arquitectónicas de Park Avenue.
Cada uno de estos elementos era esencial para la visión artística que Forster tenía para TRÁNSITO. “Realmente quería pensar fuera de lo manido y presentar un punto de vista diferente de Manhattan del que al que la gente está acostumbrada”, dice el director. “Me encanta la arquitectura y me interesa cómo las localizaciones ayudan a crear personalidad, ansiedad e intensidad emocional. Así que quise sacar el máximo partido a los recursos, la atmósfera y los hermosos edificios de Nueva York. Añaden otra dimensión más a la historia”.
El histórico puente de Brooklyn de la ciudad es el elemento visual más importante de la película. El puente de Brooklyn es donde empieza y acaba la historia, y un motivo en sí mismo dentro de una película que busca puentes entre la realidad y los sueños. Algunos detalles de los motivos del diseño están tejidos, la mayoría de las veces de forma subliminal, a lo largo de toda la película, con el puente atisbándose en los fondos, a través de ventanas, e incluso en el piso de Sam, donde los ladrillos y los soportes aparecen reflejados en el diseño interior.
Rodar en el puente de Brooklyn fue uno de los mayores retos de TRÁNSITO desde el punto de vista logístico. Después de meses negociando con la municipalidad, la producción consiguió un excepcional acceso a los carriles del puente que bordean Manhattan durante diez noches, entre las diez de la noche y las cinco de la mañana. Para el rodaje, el monumento fue iluminado como nunca lo había sido antes. El departamento de iluminación de TRÁNSITO encendió potentes reflectores, y vistió las torres del puente con ristras de luces y cables para lograr un efecto adicional. El ayuntamiento mantuvo esas luces como un regalo para los neoyorquinos.
     Sólo la mitad de las escenas ambientadas en el puente se rodaron allí. Para el resto, el diseñador de producción Kevin Thompson reprodujo con total fidelidad un tramo del puente de treinta metros de longitud en un enorme estudio de sonido de la Marcy Avenue Armory en Brooklyn. A cada lado del decorado del puente se colocaron dos de los mayores cromas verdes que se hayan levantado nunca, sobre los que el equipo de efectos visuales podría añadir más tarde vistas nocturnas. Usando poliestireno, trozos de piedra, pintura y pegamento, Thompson y su equipo construyeron un decorado del puente de Brooklyn que era una réplica fiel hasta el último detalle.
Para Forster, la autenticidad de los decorados le daba incluso aún más libertad para jugar con ellos de forma que desorientaran, pusieran boca abajo y en duda todavía más la consistencia de la realidad de los espectadores. “Lo que quería hacer con TRÁNSITO era romper algunas de las reglas de la narración (en el montaje, la fotografía, el diseño) para llevar a los espectadores a un lugar en el que no estuvieran del todo seguros de estar o en el que dudaran en dónde se sitúa la línea entre lo real y lo imaginario”, dice. “A fin de cuentas, creo que todas nuestras realidades están cambiando todo el tiempo, Simplemente no somos conscientes de ello. Pero esta película te invita a ver las cosas de un modo completamente diferente”.

SOBRE EL REPARTO

EWAN McGREGOR (Sam Foster) es un premiado actor, famoso tanto por su versatilidad como por su ecléctica elección de personajes.
Quizás sea más conocido en la actualidad por los espectadores de cine por su interpretación de Obi-Wan Kenobi en la exitosa segunda trilogía de George Lucas de Star Wars. Recientemente ha retomado su papel para la entrega final de la franquicia, Star Wars: Episodio III – La venganza de los Sith.
Nacido en Escocia, Mc Gregor logro su primera experiencia como actor con el Perth Repertory Theatre y estudió posteriormente en la Escuela de Música e Interpretación Guildhall de Londres. Seis meses antes de graduarse allí, a McGregor le ofrecieron el papel protagonista de la serie de televisión de comedia musical de seis episodios de Dennis Potter, “Carmín en el cuello de tu camisa” y desde entonces no ha dejado de trabajar. Al año siguiente, consiguió numerosos elogios y un Premio Empire por su interpretación en el thriller Tumba abierta, que supuso su primera colaboración con el director Danny Boyle.
En 1996, volvió a trabajar con Boyle al protagonizar el misteriosamente inquietante drama Trainspotting. El tormentoso retrato de McGregor del yonqui Mark Renton le reportó numerosos elogios en todo el mundo y muchos premios, incluyendo el del Círculo de Críticos de Cine de Londres, el Premio Empire y el BAFTA Escocés como Mejor Actor.
Entre sus restantes primeros trabajos en la gran pantalla se pueden destacar la comedia romántica Emma, dando la réplica a Gwyneth Paltrow; Tocando el viento (Brassed Off) y Little Voice, ambas a las órdenes del director Mark Herman; el drama de Philippe Rousselot, El beso de la serpiente; el filme de Danny Boyle, Una historia diferente, con Cameron Diaz, por el que McGregor obtuvo otro Premio Empire; y Velvet Goldmine, bajo la dirección de Todd Haynes. En este tiempo, McGregor también tuvo un memorable papel como artista invitado en el exitoso drama televisivo Urgencias, por el que recibió una nominación a los Emmy® como Actor Invitado Más Destacado.
En 2001, McGregor protagonizó, dando la réplica a Nicole Kidman, la extravagante e impactante película musical de Baz Luhrmann, Moulin Rouge! La película recibió numerosos premios, y McGregor fue galardonado con el Premio del Círculo de Críticos de Cine de Londres, con un Premio Empire y una nominación a los Globos de Oro en la categoría de Mejor Actor.
Ese mismo año, McGregor coprotagonizó el tremendo drama bélico del director Ridley Scott, Black Hawk derribado. Entre sus últimos trabajos para la gran pantalla como protagonista pueden ser destacados la aclamada por la crítica Young Adam; la comedia romántica Abajo el amor, dando la réplica a Renée Zellweger; la celebrada fantasía de Tim Burton, Big Fish, con Albert Finney; la exitosa película de dibujos animados de Twentieth Century Fox, Robots; y el thriller La isla.
McGregor está interpretando el papel protagonista de Sky Masterson en la producción del Donmar Warehouse de Guys and Dolls en el West End de Londres. Su próximo proyecto en el cine va a ser Scenes of a Sexual Nature, filme protagonizado también por Sophie Okonedo.

NAOMI WATTS (Lila) obtuvo una nominación a los Oscars® en la categoría de Mejor Actriz por su papel en el filme del director Alejandro González Iñarritu, 21 gramos, en el que actuaba al lado de Sean Penn y Benicio Del Toro. Su interpretación también le reportó el Premio de Mejor Actriz de la Asociación de Críticos de Cine de Los Angeles, de la Asociación de Críticos de Cine del Sudeste, de los Críticos de Cine del Área de Washington y de los de San Diego, además de proporcionarle nominaciones como Mejor Actriz en los SAG Awards, los BAFTAS, los Premios Broadcast Film Critics y los Golden Satellites. En la presentación de la cinta en la edición de 2003 del Festival Internacional de Cine de Venecia, Watts obtuvo el Premio del Público (León del Público) a la Mejor Actriz y también resultó premiada en el Festival de Cine de Palm Springs.
Watts recibió numerosos elogios por su trabajo en el controvertido drama de David Lynch, Mulholland Drive, la cual se presentó en la edición de 2001 del Festival Internacional de Cine de Cannes, recibiendo varios premios en la categoría de Mejor Actriz de numerosas asociaciones de críticos, incluyendo la Asociación Nacional de Críticos de Cine. Además, fue elegida Estrella Femenina del Mañana en el ShoWest en 2002, y obtuvo el Premio a la Interpretación Más Destacada en el Festival de Cine de Hollywood.
Watts interviene en la nueva versión que el director Peter Jackson ha hecho de King Kong, dando la réplica a Adrien Brody y Jack Black. Muy pronto va a empezar la producción del filme de John Curran, The Painted Veil, en el que actúa dando la réplica a Edward Norton.
En 2004, Watts ha intervenido en las películas Ya no somos dos, dando la réplica a Laura Dern, Peter Krause y Mark Ruffalo – en la que también ejerce labores como productora; The Assassination of Richard Nixon, dando la réplica a Sean Penn y Don Cheadle; y en el largometraje de David O. Russell, Extrañas coincidencias, junto a Jude Law y Dustin Hoffman. A comienzos de ese mismo año, protagonizó The Ring 2 (La señal 2), la secuela del exitazo de 2001 dirigido por Gore Verbinski, The Ring (La señal), en la que también intervino. Además, Watts protagonizó y fue productora de la película independiente Ellie Parker, la cual se presentó en el Festival de Cine de Sundance de ese año.
En 2003, Watts protagonizó la producción de Merchant-Ivory Le Divorce, en la que formaba parte de un reparto coral que también integraban Kate Hudson, Glenn Close y Stockard Channing; y el éxito de taquilla de Gore Verbinski, The Ring (La señal). Entre sus restantes trabajos en el cine se pueden destacar Undertaking Betty y Ned Kelly.
Nacida en Inglaterra, Watts se fue a vivir a los catorce años a Australia y empezó a estudiar interpretación. Flirting, del director John Duigan, fue su primer trabajo importante en el cine. Watts produjo y protagonizó el cortometraje Ellie Parker, que se presentó a competición en el Festival de Cine de Sundance de 2001 y que le reportó el Premio a la Mejor Actriz en un Cortometraje en el Method Fest.
En la pequeña pantalla, Watts ha protagonizado la película para la televisión por cable The Outsider, bajo la dirección de Randa Haines. Entre sus restantes trabajos en la pequeña pantalla se pueden destacar el drama de la BBC, The Wyvern Mystery, dando la réplica a Derek Jacobi; el telefilme de la NBC, The Hunt for the Unicorn Killer; la película de la HBO, La sombra del intruso, Timepiece, protagonizada por James Earl Jones; y la miniserie australiana Brides of Christ.

RYAN GOSLING (Henry) interpretó el controvertido papel protagonista de la película The Believer (El creyente), que supuso para él un espaldarazo a su carrera. La interpretación de Gosling le reportó entusiastas críticas y la atención de la industria. Además de ganar el Gran Premio del Jurado en la edición de 2001 del Festival de Cine de Sundance, Gosling también obtuvo una nominación en la categoría de Mejor Actor en los IFP Spirit Awards de 2002. Otros reconocimientos le llegaron por parte de la Asociación Nacional de Críticos de Rusia que le concedió el Golden Ram al Mejor Actor y del Círculo de Críticos de Cine de Londres que le nominó en la misma categoría. Más recientemente, fue nombrado Estrella Masculina del Mañana por el ShoWest en 2004.
Gosling regresó a Sundance en 2002 con la película independiente The Slaughter Rule, en la que interpretaba a un joven emocionalmente vulnerable y enajenado, dando la réplica a David Morse. También recibió críticas muy elogiosas por su trabajo como el depredador nihilista del thriller psicológico Asesinato... 1, 2, 3, del que Sandra Bullock era coprotagonista. Su filmografía incluye también un papel en Titanes – Hicieron historia, la cual estaba protagonizada por el actor Denzel Washington.
Gosling interpretó un papel protagonista en The United States of Leland, dando la réplica a Kevin Spacey y Don Cheadle. Luego intervino en el drama romántico El diario de Noa, basado en la novela superventas de Nicholas Sparks, a las órdenes de Nick Cassavetes.

BOB HOSKINS (Dr. Leon Patterson), fue nominado al Oscar® y ganó un Globo de Oro, un BAFTA, un Premio del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York, un Premio de la Asociación de Críticos de Cine de Los Angeles, un Premio de la Asociación Nacional de Críticos Cinematográficos, un Premio de la Asociación de Críticos de Cine de Boston y un Premio del Festival Internacional de Cine de Cannes en la categoría de Mejor Actor.
Entre los innumerables trabajos de Hoskins en la gran pantalla se pueden destacar El largo Viernes Santo (película por la que Hoskins fue nominado a los BAFTAS), del director John Mackenzie; Beyond the Limit (también conocida por el título de El cónsul honorario), por la que también estuvo nominado a los BAFTAS; el filme de Alan Parker, Pink Floyd – The Wall - El muro; Cotton Club, bajo la dirección de Francis Coppola; Brazil, a las órdenes de Terry Gilliam; la superproducción ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, dirigida por Robert Zemeckis (por la que Hoskins fue nominado a los Globos de Oro); Sirenas, del director Richard Benjamin; Hook – El capitán Garfio, a las órdenes de Steven Spielberg; el largometraje de Oliver Stone, Nixon; Michael, a las órdenes de Nora Ephron; El agente secreto (de la que Hoskins fue también productor ejecutivo), bajo la dirección de Christopher Hampton; TwentyFourSeven (Veinticuatro punto siete), dirigida por Shane Meadows (por la que Hoskins ganó un Premio Europeo de Cine); y A Room for Romeo Brass.
Entre los restantes y destacados trabajos de Hoskins en el cine se pueden destacar el filme del director Atom Egoyan, El viaje de Felicia; Enemigo a las puertas, bajo la dirección de Jean-Jacques Annaud; Last Orders, dirigida por Fred Schepisi; Sucedió en Manhattan, a las órdenes de Wayne Wang; la película de Mira Fair, Vanity Fair (La feria de las vanidades); Beyong the Sea, dirigida por Kevin Spacey; La máscara II, de Lawrence Guterman; Danny the Dog, con Louis Leterrier en la dirección; y el largometraje de Stephen Frears, Mrs. Henderson Presents (del que Hoskins fue también productor ejecutivo).
Hoskins ha dirigido las películas El enigma del hechicero (que también escribió y en la que actúa), y Rainbow (en la que también actúa), además de diversos episodios de las series de televisión Tube Tales e Historias de la cripta.
Entre los restantes trabajos de Hoskins en la pequeña pantalla cabe destacarse la clásica miniserie de Dennis Potter, Pennies from Heaven (dirigida por Piers Haggard, y por la que Hoskins resultó nominado a un Premio BAFTA), así como también el telefilme de Peter Yates, Don Quixote, y el telefilme de Roger Spottiswoode, Noriega: God’s Favorite.
En la edición de 2004 de los Premios del Cine Independiente Británico, Hoskins fue galardonado con el Premio Richard Harris por su Destacada Contribución como Actor a la Cinematografía Británica.

     JANEANE GAROFALO (Dra. Beth Levy) es bien conocida como actriz y cómica cuyos agudos puntos de vista sobre la política y las relaciones le han granjeado innumerables seguidores.
Estudió en el Providence College de Rhode Island y empezó a actuar como cómica de micrófono en su último año. Muy poco tiempo después de licenciarse en Estudios Americanos e Historia se marchó a vivir a Los Angeles e hizo su debut en la pequeña pantalla a nivel nacional en The Dennis Miller Show. Entre sus primeras apariciones como cómica de micrófono en televisión se encuentran Comic Strip Live, de Fox TV, y Half-Hour Comedy Tour, de la MTV. También formó parte del elenco original de The Ben Stiller Show, un programa que no estuvo mucho tiempo en antena pero que sin embargo fue premiado en los Emmy. Stiller y Garofalo se hicieron grandes amigos y trabajaron juntos posteriormente de forma ocasional; su libro conjunto Feel This Book fue publicado por la editorial Ballantine en 1999.
     Garofalo tuvo un papel fijo en el aclamado programa de la HBO, The Larry Sanders Show, por el que fue nominada a los Emmy en 1997 y a dos Cable Ace. Entre sus restantes trabajos para la pequeña pantalla se incluyen dos especiales de la HBO y el capítulo final de la serie Loco por ti. También fue presentadora de Indie Outing, un programa musical de la cadena MTV. En el otoño de 1994 se unió al reparto del Saturday Night Live.
     Entre sus trabajos en el cine se pueden destacar El gran lío; Wet Hot American Summer; La verdad sobre perros y gatos; Steal This Movie; Mystery Men (Hombres misteriosos); De tal perro, tal amo; Doble vida; Clay Pigeons (Demasiado profundo); The Minus Man; Dogma; Copland; Romy y Michelle; Bocados de realidad; Bye Bye Love; Larger Than Life (Un elefeante llamdo Vera); Touch y Un loco a domicilio.
     Garofalo copresenta, junto a Sam Seder, el popular programa “Majority Report”, en Air America Radio. Mantiene una ajetreada agenda haciendo comedia en directo por todos los Estados Unidos.

SOBRE EL EQUIPO DE REALIZACIÓN

MARC FORSTER (Director) se ha consagrado, tras el éxito de público y crítica de Monster’s Ball en 2001, como un director que se siente cómodo con el lenguaje metafórico y lírico del cine. Con cada uno de sus posteriores trabajos, incluyendo Descubriendo Nunca Jamás y la recientemente terminada Stranger Than Fiction, Forster sigue aumentando esta reputación.
En Descubriendo Nunca Jamás, Forster recreó el Londres de finales del siglo XIX y principios del XX, pergueñando la historia semiautobiográfica de la edificante amistad entre el escritor J.M. Barrie, autor de Peter Pan, y los cuatro jóvenes y la madre soltera que viven en la casa de al lado. Protagonizada por Johnny Depp, Kate Winslet, Radha Mitchell, Dustin Hoffman y Julie Christie, la película fue uno de los títulos más celebrados del 2004, conmoviendo por igual a público y crítica; fue elegida Mejor Película del Año por el National Board of Review, obtuvo siete nominaciones a los Oscars®, cinco nominaciones a los Globos de Oro y también fue candidata en los BAFTAS, incluyendo la candidatura de Mejor Película. Forster obtuvo una nominación como Mejor Director por parte de sus compañeros de profesión de la DGA.
Tras TRÁNSITO, Forster ha dirigido Stranger than Fiction, película protagonizada por Will Ferrell en el papel de un agente del IRS (el Servicio Fiscal de los Estados Unidos) cuyo mundo se pone patas arriba cuando empieza a pensar que su vida está siendo narrada por un cronista al que sólo él puede oír. La narradora, a la que encarna la actriz Emma Thompson, es una autora casi olvidada de novelas trágicas y está empleándose a fondo para terminar su último libro sin saber que el protagonista del mismo está vivo y que está guiado de forma incontrolable por sus palabras. Dustin Hoffman, Maggie Gyllenhaal y Queen Latifah también figuran en el reparto.
La semilla de la estética reflexiva y melancólica de Forster ya se barruntaba en su primera película, Everything Put Together, que también coescribió. La película, una pieza subversiva y progresiva de terror psicológico sobre una mujer (Radha Mitchell) que se siente alienada y obsesionada después de que su bebé haya fallecido del síndrome de muerte súbita, se presentó en el Festival de Cine de Sundance en su edición de 2000, y le reportó a Forster el Movado Someone to Watch / Independent Spirit Award.
Monster’s Ball, la segunda película de Forster, obtuvo dos nominaciones a los Oscars®, ganando por ella Halle Berry la estatuilla como Mejor Actriz. Llena de una cruda emoción y serena intensidad, Monster’s Ball echaba un poderoso vistazo a los comprometidos legados de la familia y de la raza, de la pérdida y la redención, además de contar con abrumadoras interpretaciones de la Berry, Billy Bob Thornton, Heath Ledger, Peter Boyle y Sean Combs.
Nacido en Alemania y criado en Suiza, Forster llegó a los Estados Unidos en 1990 para estudiar en la Escuela de Cine de la Universidad de Nueva York, graduándose en 1993. Tras hacer dos documentales para televisiones europeas, Forster se fue a vivir a Los Angeles en 1996.
     
DAVID BENIOFF (Guionista), neoyorquino de origen, se ganó la vida en diversos trabajos como portero de un club nocturno, profesor de inglés de instituto y pinchadiscos en la radio, antes de vender su primera novela, La última noche, en 2000. La editorial Viking publicó su colección de relatos, When the Nines Roll Over, en octubre de 2004. En la actualidad está trabajando en su próxima novela, cuya publicación está prevista para el verano de 2007.
Entre sus guiones se pueden destacar el de La última noche, dirigido por Spike Lee; y el de Troya, una película dirigida por Wolfgang Petersen. Sus futuros proyectos incluyen adaptaciones de The Kite Runner y For Whom the Bell Tolls, así como también Wolverine, basada en el popular superhéroe de Marvel Comics.

ARNON MILCHAN (Productor) es ampliamente reconocido como uno de los productores independientes más prolíficos y exitosos de los últimos veinticinco años, con más de setenta películas en su haber. Nacido en Israel, Milchan se formó en la London School of Economics y en la Universidad de Ginebra. Su primera aventura empresarial consistió en transformar el modesto negocio de su padre en una de las compañías agroquímicas más importantes de su país. Este temprano logro fue el presagio de la ahora legendaria reputación de Milchan en el mercado internacional como un sagaz empresario.
Pronto, Milchan comenzaría a concluir proyectos en un área por el que siempre había mostrado un especial interés: el cine, la televisión y el teatro. Entre sus primeros proyectos destacan el montaje teatral de Amadeus, realizado por Roman Polanski; y las películas Dizengoff 99; Alarma, Catástrofe; La amenaza; y la miniserie Masada. A finales de los ochenta, Milchan había producido largometrajes como El rey de la comedia, de Martin Scorsese; Érase una vez en América, dirigida por Sergio Leone; o Brazil, del director Terry Gilliam.
Tras el enorme éxito de Pretty Woman y La guerra de los Rose, Milchan fundó New Regency Productions con la que ha producido una serie de exitosos largometrajes, entre los que se pueden destacar J.F.K.: Caso abierto, Sommersby, Tiempo de matar, Liberad a Willy, El cliente, Tin cup, Alerta máxima, L.A. Confidential, Pactar con el Diablo, Negociador (The Negotiator); City of angels, La trampa, El club de la lucha, Ni una palabra, Daredevil, El fuego de la venganza, Adivina quién y Sr. y Sra. Smith.
Entre sus próximos proyectos se pueden destacar Bee Season, un drama protagonizado por Richard Gere y Juliette Binoche, y en el que también actúan Flora Cross, Max Minghella y Kate Bosworth a las órdenes de Dave Siegel y Scott McGehee: Date Movie, una parodia de las comedias románticas protagonizada por Alyson Hannigan, bajo la dirección de Aaron Seltzer; Big Momma’s House 2, una comedia basada en la exitosa película de 2000 Esta abuela es un peligro, protagonizada por Martin Lawrence y Nia Long, bajo la dirección de John Whitesell; Just My Luck, una comedia protagonizada por Lindsay Lohan y Chris Pine, y dirigida por Donald Petrie; The Sentinel, un thriller protagonizada por Michael Douglas, Kiefer Sutherland, Eva Longoria y Kim Basinger, dirigida por Clark Jonson; y The Fountain, una fantasía de ciencia ficción protagonizada por Hugh Jackman y Rachel Wiesz a las órdenes del director Darren Aronofsky.
En su periplo, Milchan ha incorporado a algunos poderosos inversores y socios que compartían su visión del negocio: el hombre australiano de negocios Kerry Packer y su firma Nine Network, y Twentieth Century Fox. Fox distribuye las películas de Regency en todo el mundo, exceptuando previos acuerdos de producción que Regency tiene en Alemania, la televisión de pago en los Estados Unidos, y la televisión gratuita y de pago en el ámbito internacional.
Milchan ha diversificado con éxito sus actividades en el campo del entretenimiento, más concretamente en el mundo de la televisión, a través de Regency Television (Malcolm in the Middle, The Bernie Mac Show, Living with Fran, Killer Instinct, Thief y Windfalls); y los deportes mediante una alianza estratégica con PUMA, la empresa multinacional de ropa y zapatillas de deporte de origen alemán. Además, Regency tiene los derechos de televisión para todo el mundo de los torneos de la Asociación de Tenis Femenino desde 1997 y hasta 2007.

TOM LASSALLY (Productor) es el principal socio de Kustom Entertainment, una compañía de representación y producción ubicada en Santa Monica, California, y supervisa todos los aspectos de la producción y la cartera de proyectos en desarrollo de la firma además del listado de clientes a los que representa la firma.
Además de producir TRÁNSITO, Lassally tiene en fase de postproducción el filme First Snow, el cual ha producido junto a Robyn Meisinger, de Kustom, y a Sean & Bryan Furst (The Cooler). La cinta está protagonizada por Guy Pearce y supone el debut como director de Mark Fergus. Lassally también ha producido el reality show de carácter político American Candidate, del que son coproductores ejecutivos RJ Cutler y Jay Roach, emitido el verano pasado por el canal Showtime.
Lassally nació en Nueva York y creció en Los Angeles. Regresó a Nueva York para obtener su título en la Escuela de Cine de la Universidad de Nueva York. Antes de crear Kustom Entertainment, Lassally fue uno de los fundadores de la firma de capital riesgo Fusient Media Ventures.
Fue ejecutivo en Warner Bros, fichando por el estudio como vicepresidente de producción cinematográfica, para pasar posteriormente a desempeñar las funciones de vicepresidente ejecutivo en 1995. En sus ochos años trabajando en Warner Bros., Lassally ejerció responsabilidades en el desarrollo, la producción y la postproducción de numerosos proyectos, y se ocupó de más de veinticinco películas, entre las que destacan Dave, presidente por un día; Heat; Tiempo de matar; Batman Forever; Arma letal 4; Una terapia peligrosa; El gran salto y Un domingo cualquiera.
Lassally está produciendo Town Creek, de Dave Kajganich, para Gold Circle Films; Jonestown Suckernucks, de Merriwether Williams, para Mandate Pictures; Stain, de Albert Torres que va a dirigir Mark Pellington; Untitled Rugby Project, que Lassally está produciendo junto a Leonardo DiCaprio; y Untitled Diamond Thief Project, que Lassally está produciendo con Gwyneth Paltrow y Alison Owen.
Más recientemente, ha puesto en marcha y va a producir Forget About It, en New Line Cinema al frente de cuyo reparto va a figurar la actriz Scarlett Johansson; Quiet Soldier, en Mission Pictures; Monkey’s Paw, de Dave Kajganich y Tom McAlister para Mandate Pictures, película que Lassally va a producir con Sam Raimi, Killing Bono, en Mission Pictures; y Closed for the Holidays, un proyecto de Craig Doyle vendido a Paramount y que Lassally va a producir con Mark Waters y Jessica Tuchinsky. Lassally está también desarrollando Maui Ditch Kids, sobre la base de un guión de Jeffrey Liebre, y que va a protagonizar Chow Yun-Fat; y 40 Acres, con un guión de Vince McKewin y protagonizada por Bernie Mac.
En el área de la representación, el listado de clientes de Lassally incluye al premiado director Mark Pellington (Mothman: La última profecía, Cold Case, para la CBS), el oscarizado Bill Guttentag (Crimen y castigo, para la CBS, y Twin Towers), Mark Cowen (Magnificent Desolation, un documental sobre el espacio en formato Imax que va a producir Tom Hanks y que se encuentra en fase de postproducción), Don Rhymer (Esta abuela es un peligro), Liz Kruger & Craig Shapiro (que escribieron Sports Widow para Universal que va a ser protagonizada por Reese Whiterspoon, y la anteriormente mencionada Forget About It), Craig Doyle (Malibu’s Most Wanted y la anteriormente citada Closed for the Holidays), Liz Garcia (Cold Case, para la CBS), Mark Goffman (El ala oeste de la Casa Blanca, la nueva serie de Fox Reunion), Rylend Grant (una nueva versión de L’Enfer protagonizada por Penélope Cruz), John Mankiewicz (la exitosa serie de Fox, House), Captain Mauzner (Wonderland, Factory Girl), Dave Kajganich (Town Creek; Invasion of the Body Snatchers, que se empieza a rodar este otoño y va a protagonizar Nicole Kidman; Pet Sematary), Jeffrey Lieber (cocreador del exitoso programa de la ABC, Lost, además de ser uno de los creadores de The Express, cuyo rodaje dará inicio este otoño con Universal), y Jason Smilovic (Lucky Number Slevin, actualmente en fase de postproducción y que protagonizan Bruce Willis y Sir Ben Kingsley).

     ERIC KOPELOFF (Productor) tiene en la actualidad en fase de postproducción Stranger Than Fiction. Dirigida por Marc Forster, la película es una comedia sobre un agente del IRS (Will Ferrell) que inexplicablemente ve cómo su vida es contada por un narrador al que sólo él puede oír; un narrador que le dice los acontecimientos que se están sucediendo y que van a conducir a su muerte inminente. Protagonizada también por Maggie Gyllenhaal, Dustin Hoffman, Queen Latifah y Emma Thompson, Stranger Than Fiction ha sido escrita por Zach Helm y va a ser estrenada por Columbia Pictures en 2006.
Kopeloff figura como productor ejecutivo de la presente película independiente Pretty Persuasion.
     Con Forster, Kopeloff produjo el debut como director de Renee Chabria, Sueno, para Sony Pictures. La película está protagonizada por John Leguizamo, Elizabeth Pena y Ana Claudia Talancon, y es una historia sobre un emigrante mejicano (Leguizamo) que, tras mudarse a Los Angeles, empieza una relación amorosa con dos mujeres distintas. El filme se ha estrenado en los Estados Unidos en septiembre de 2005.
Kopeloff forjó su relación con Forster en el angustiante drama Monster’s Ball. Protagonizado por Halle Berry, Billy Bob Thornton, Heath Ledger y Peter Boyle, el filme le permitió a Berry ganar el Oscar® a la Mejor Actriz, además de resultar premiado por diversas asociaciones de críticos y en festivales de todo el mundo.
Monster’s Ball es uno de los largometrajes que Kopeloff ha producido para Lions Gate. En 2004, Kopeloff produjo el controvertido drama sobrenatural El enviado (Godsend), protagonizado por Robert De Niro, Greg Kinnear y Rebecca Romijn bajo la dirección de Nick Hamm. En 2003, Kopeloff fue productor ejecutivo de la cinta de Lions Gate, Confidence, protagonizada por Ed Burns, Rachel Weisz, Dustin Hoffman y Andy Garcia. Empezó su relación con el estudio como productor asociado de Get Well Soon, un largometraje protagonizado por Vincent Gallo y Courteney Cox.
Kopeloff fue productor asociado y productor de campo de Perfume, un filme protagonizado por Jeff Goldblum, Rita Wilson, Mariel Hemingway, Paul Sorvino, Peter Gallagher y Michelle Williams. Fue coproductor de la película independiente Ropewalk, protagonizada por Peter Facinelli y Max Perlich; fue productor asociado de Home Sweet Hoboken, al frente de cuyo reparto figura Ben Gazzara; y produjo un monólogo de Eric Bogosian, The Wedding Toast, dirigido por Bob Balaban, el cual emitió el canal Showtime.
Kopeloff empezó su carrera como ayudante de montaje con la montadora de Woody Allen, Susan Morse. Trabajó con ella en Balas sobre Broadway, Poderosa Afrodita, Todos dicen I Love You y Desmontando a Harry.

     BILL CARRARO (Productor Ejecutivo) se ha convertido en un prominente valor de la producción cinematográfica radicada en Nueva York. Nacido en Brooklyn, estudió cine y fotografía en el Ithaca College. Tras trabajar como ayudante de fotografía en Fairchild Publications para publicaciones como Womens Wear Daily, trabajó en diversos proyectos cinematográficos neoyorquinos en el departamento de localizaciones, incluyendo anuncios de publicidad, películas y filmes de la HBO. Posteriormente sería jefe de localizaciones y más tarde trabajaría también con Aaron Russo Productions en MGM y Orion Pictures, haciendo su primer trabajo como productor asociado en Rude Awakening en 1989.
     Carraro también ha sido productor asociado en Las pesadillas de Jason. Produjo El libro de las sombras: BW2, Frequency y El mejor amigo del novio, y fue productor ejecutivo en American History X, Undercover Brother y Willard. Estuvo nominado a un Premio Emmy como Productor de la película histórica de la HBO aclamada por la crítica Escuadrón de combate, protagonizada por Andre Braugher, Laurence Fishburne, Cuba Gooding, Jr. y John Lithgow. También obtuvo un Saturn Award a la Mejor Película de Cine Fantástico como productor de Frequency.

     GUYMON CASADY (Productor Ejecutivo) es socio de Management 360, una firma de representación y producción que cofundó en noviembre de 2002. Con anterioridad había sido representante literario en Industry Entertainment. Ha sido también vicepresidente senior de cine en Propaganda Films, y empezó su carrera en Creative Artists Agency tras licenciarse en la Universidad de Pennsylvania.
     Fue productor ejecutivo de La memoria de los muertos, protagonizada por Robin Williams.

     ROBERTO SCHAEFER (Director de Fotografía) prosigue su larga y fructífera colaboración con el director Marc Forster. Ha fotografiado las cuatro anteriores películas de Forster: Loungers, Everything Put Together, Monster’s Ball y Descubriendo Nunca Jamás, así como también su próximo trabajo, Stranger Than Fiction. Schaefer fue también director de fotografía de las memorables parodias cómicas de Christopher Guest, El experto y Very important perros. Su trabajo en la pequeña pantalla incluye docenas de vídeos musicales y anuncios de publicidad.

     KEVIN THOMPSON (Diseñador de Producción) ha diseñado numerosas películas en Nueva York desde que en 1994 hiciera su primera película como diseñador de producción, Little Odessa. Entre sus restantes trabajos en la gran pantalla se pueden destacar Kids, Party Girl, Filtreando con el desastre, La propietaria, Kicked in the Head, La asesina de la oficina, Two Girls and a Guy, 54, Down to You, La otra cara del crimen, World Traveler, Igby Goes Down y Reencarnación.
     Nacido y criado en Minneapolis, Thompson estudió en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Minnesota. Hizo prácticas como arquitecto durante tres años en Minneapolis, y durante ese periodo empezó a su vez a diseñar decorados para el teatro. Se trasladó a Nueva York en 1981 y siguió trabajando como arquitecto durante siete años. Su restauración de una señera casa unifamiliar de Gramercy Park, empleada como exteriores en la película de Mike Nichols, Armas de mujer, le llevó a la industria del cine.

     MATT CHESSÉ (Montador) ha editado tres películas anteriores de Marc Forster: Descubriendo Nunca Jamás, Monster’s Ball y Everything Put Together, además del último trabajo del director, Stranger Than Fiction. Fue montador y coproductor del cortometraje Ellie Parker, que estaba protagonizado por la actriz Naomi Watts, y fue productor asociado y ayudante de dirección en Ben Johnson: Third Cowboy on the Right. Chessé, que también ha montado cientos de anuncios de publicidad, nació y creció en San Francisco.

ASCHE & SPENCER (Música) han trabajado con anterioridad con el director Marc Forster en Monster’s Ball.

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Noticias, 14 de Noviembre de 2006