El poder del terror femenino
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Sinopsis | Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft, Stephen King… Los tres maestros del terror tienen algo más en común que el género que los convirtió en iconos de la literatura: son hombres. El terror siempre ha estado ligado a lo masculino, como si el universo femenino, como si una mujer, no pudiera aterrorizarnos. Ya es hora de acabar con ese equivocado tópico de una vez por todas. Son muchos los nombres de escritoras que, durante años, nos han producido pesadillas gracias a sus historias; desde Shirley Jackson hasta Pilar Pedraza, pasando por Emily Carroll, Mary Shelley, Ann Radcliffe, Susan Hill, Anne Rice, Ángela Carter, Agatha Christie y Sarah Pinborough, entre otros. Todas ellas expertas en conseguir que durmamos con la luz encendida, todas ellas homenajeadas en Macabras gracias al magnífico grupo de autoras que ha reunido la sobresaliente Tamara López. Junto al prólogo de la actriz Eva Isanta, y las espectaculares ilustraciones de María Pizarro, Macabras es una antología hermosamente inquietante, el ejemplo perfecto de que el terror no es solo cosa de hombres, sino un género en el que las voces femeninas son capaces de darle interesantes y siniestras vueltas de tuerca.
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Crítica | Puntuación del crítico: 8 | De un tiempo a esta parte da la impresión de que está de moda la literatura feminista. No, me retracto. En realidad, lo que parece estar de moda es aprovecharse de la literatura feminista. La literatura hecha por mujeres no es que siempre deba estar de moda, es que siempre debería ocupar un papel protagonista, en especial, cuando hablamos de literatura de género, donde la mujer como creadora de historias parece más una excepción que una norma, como si resultara algo impresionante encontrarnos ante autoras que nos hablan de dragones, muertos vivientes o galaxias lejanas. Vivimos en un mundo literario tan extraño al respecto que parece que veamos un perro verde cada vez que una mujer escribe una novela de terror, una antología de ciencia-ficción o, Dios mío se acaba el mundo, dirige una editorial. Por fortuna, da la sensación de que esa época pasó, o está pasando, aunque tendría que haber muerto ya hace mucho. Y, sin embargo, todavía hay medios, plataformas e incluso editores que utilizan el feminismo como forma de hacer dinero, sin que les importe realmente nada de lo que significa. Demos gracias a que existen editoriales como Maluma (curioso el nombre) y libros como "Macabras" que son todo lo contrario.
Llegué a esta interesante, atractiva y notable antología de terror gracias a la recomendación de un amigo. La portada ya es todo un puñetazo en el estómago, creación de la para mí desconocida (al menos, hasta que me sumergí en el libro) María Pizarro, quien también hace las ilustraciones interiores, todas y cada una de ellas una joyita gráfica, mucho mejores que la portada, que ya es decir. Vemos en Pizarro a la primera mujer de la antología, a la que se unen las tres (o dos, mientras buscaba información no he sabido confirmarlo del todo) editoras de Maluma. Van cuatro. Ni un solo hombre. Pero se que, además, el prólogo está realizado por la actriz Eva Isanta, conocida sobre todo por series como "Aquí no hay quien viva" y "La que se avecina", una intérprete fantástica que es todo un fichajazo para comenzar el volumen, dado que su prólogo es un texto la mar de conseguido. A continuación, tenemos los relatos de dieciséis autoras, todos ellos de terror, centrados en tantos distintos temas que resulta impresionante como ninguno se ha repetido. Entre las escritoras hallamos nombres conocidos, veteranas, novatas y alguna incluso con su primer relato publicado, logrando la coordinadora, Tamara López, una genial mezcla de bibliografías, estilos y puntos de vista. Cuando cierro el libro, me pregunto ¿y los hombres? Ninguno. Ni uno solo. ¡Ni siquiera entre los editores! Y entonces pienso que "Macabras" lo ha conseguido. Es una antología feminista al cien por cien, creado por mujeres al cien por cien, reivindicando los derechos de las mujeres a escribir terror y a hacerlo tan bien como sus compañeros masculinos, mejor, incluso, en más de un caso. Por si fuera poco es también benéfica, yendo el dinero ganado al llamado proyecto Pepo, que se encarga de ayudar a mujeres víctimas de la horrible violencia de género gracias a perros entrenados para protegerlas. Sinceramente, desconocía la iniciativa, pero me ha alegrado mucho aportar mi granito de arena a la misma. Impresionante.
Al igual que el acabado del libro, de precio ajustado y excelente edición. Todo funciona en "Macabras"; desde la coordinación hasta las ilustraciones, una por relato, además, y todas ellas dedicadas a cada cuento, es decir, nada de imágenes genéricas o similares. El trabajo que hay detrás de la antología se nota en cada página, aunque, como ocurre con cualquier libro de este tipo, al final, uno tiene sus relatos favoritos frente a otros menos favoritos, como es normal. El ser dieciséis autoras hace que el número de fallos, por llamarlos así, sea elevado, y quizás ese sea el único problema de "Macabras", me han parecido demasiados cuentos cortos, cuando hubiera preferido, a título personal, relatos más largos, no tantos cortados como si se hubiesen quedado sin espacio. Aun así, la mayoría de las historias tienen una calidad bastante alta, dejando muchas con ganas de más, no por su extensión, sino porque uno tiene la impresión de que las seguiría leyendo durante páginas y páginas. No me queda más que alabar de nuevo el trabajo de Maluma, de "Macabras", de su coordinadora, de su portadista, de sus autoras y del conjunto en general. ¿Antologías feministas que reivindican la figura de la mujer en la literatura de terror? Así sí. ¿El resto? Mucho postureo, desde mi modesta opinión.
La reina roja por Bea Magaña: Tras el genial prólogo de Eva Isanta, acompañado por una espectacular ilustración que le retrata a la perfección, tenemos el primer relato del libro, de una autora que me suena, aunque no logro ubicar del todo. Dejando de lado algunos defectos en la concordancia de la prosa de la escritora, no me ha parecido un mal relato, aunque sí algo pesado, con un desarrollo que en varias partes se me ha hecho bastante cuesta arriba. Por suerte, el tema del ajedrez siempre me ha encantado. ¿Y si no lo hubiera hecho? No me lo quiero ni imaginar. Comenzar con otro cuento más ligero habría sido mejor. La ilustración, bien, a secas, pero por debajo de otras del libro con mucho más nivel.
Good View por Cristina Béjar: Cuento más corto que el anterior, más contundente y que va más al grano, con un tema muy interesante que se podría haber aprovechado más. Aun así, me parece que funciona bastante bien como historia de terror como telón de fondo. A la autora ya la conocía de la antología Z "Body Shots", que Dolmen publicó hace años. Reconozco que a pesar de que la ilustración que acompaña al cuento me ha gustado, no me parece de las mejores. Estas aún están por llegar, sin contar la dedicada a Eva Isanta.
El juego de Helen por Karol Scandiu: Antes comentaba que no había ningún relato en "Macabras" que repitiese tema con el resto, pero sí que existen unos cuantos que lo rozan, como si fueran y viniesen de un mismo concepto. No es que eso les reste calidad, en absoluto, y menos cuando siempre viene bien dar una visión distinta a una misma idea, sin embargo, pueden llegar a cansar conforme uno avanza en la antología. Aquí tenemos un buen ejemplo, en forma de primer relato en el que la tortura es la principal protagonista. No está mal. Se deja leer, pero de contenido vacío y simple. La ilustración es mejor que las anteriores, aunque menos impactante.
Tú la llevas por Beatriz T. Sánchez: Mucho mejor que los anteriores. Recurrente en numerosas antologías de terror, la autora nos deja uno de los mejores cuentos del libro, con terror, suspense y una situación bastante interesante que se resuelve en un giro final muy acorde con la alta calidad del relato. Los metros y sus estaciones siempre dan mucho juego a la hora de dar miedo, la escritora lo sabe y lo aprovecha al máximo, al igual que la María Pizarro con la ilustración correspondiente, que me ha encantado. Gran acierto el de esta historia por todas partes.
Asylum por Lorena Gil Rey: Otro de los buenos, y no sólo por el tema del psiquiátrico. ¿Escenario? Principios del siglo XX. Una historia de injusticias, malos tratos, mucha sangre, más violencia y todavía más sadismo. Un relato que está perfectamente estructurado, con su introducción, nudo y desenlace. No le sobra nada. No le falta nada. Además, su historia me ha resultado muy interesante. Y de las que enganchan, con un final de infarto. A juego con la gran ilustración de María Pizarro. Un cuento que lleva la marca "Macabras" impreso en cada página.
Promesa eterna por Rosa Galdo Millán: Al acabar este relato me ha invadido una sensación de tristeza, porque la verdad es que me ha gustado bastante poco. ¿Razones? La principal es que estoy ya lo he leído antes, y varias veces. El terror con espejos de por medio es muy interesante, pero sólo si se hace bien y aquí, me temo, no lo está. El tono del cuento me saca directamente de la antología, como si la autora no hubiera acabado de relacionar bien su creación con el libro. Acompañado de varios altibajos y alguna incoherencia, admito que lo mejor es la soberbia ilustración que lo acompaña. De las mejores. Y por mucho.
El hombre de mis sueños por Alicia Pérez Gil: Este relato me ha dejado sentimientos encontrados. Por un lado, me lo he leído sin apenas darme cuenta, pasándomelo bastante bien con él. Por otro, me ha dado la sensación, como el anterior, de que no sigue el mismo camino que el tono general del libro, como si no fuera con él, como si no encajara, estropeando su resultado final de manera preocupante. Una pena. La ilustración que va con el cuento es de las más bonitas del volumen, aunque no de las más espectaculares. Ni sí ni no, al final.
¿Qué es la muerte, sino vida, y viceversa? por Lucía Pérez Sainz: Reconozco que me ha parecido uno de los cuentos más originales del libro, y la cosa estaba complicada. Además, tenemos a la Muerte y brujas de por medio. ¡Gran combinación! Sin embargo, el que podría parecer uno de los mejores relatos de "Macabras" va perdiendo fuelle debido al flojo desarrollo de la trama. La ilustración de María Pizarro le ayuda a recuperar puntos, ya que es de las más espectaculares de la antología. Una pasada, sinceramente.
El plan de Marta por Montse N. Ríos: De lo mejorcito de la antología, sobre todo en relación al equilibrio entre relato e ilustración. No sabía qué esperar ya que no conocía a la autora de nada, así que la sorpresa estaba impuesta de antemano. A partir de ahí, he disfrutado mucho de una historia violenta, terrorífica y con aires sobrenaturales cuando parece que no van a ir por ahí los tiros. Y, además, con una protagonista estupendamente desarrollada. Texto que me ha encantado, la verdad.
Psicoparty por Pepa Mayo: Como la noche y el día las sensaciones que me deja este cuento con relación al anterior. Y la rabia que me ha dado es recordar que a la autora ya la había leído con anterioridad, deleitándome con sus narraciones, en especial, las dedicadas a los más jóvenes. Sin querer ser irrespetuoso, lo que tenemos aquí es un sinsentido, un relato sin inicio, nudo y desenlace donde la protagonista va matando gente... y ya está. Nada más. Una historia de terror necesita más, y no digamos cuando el nivel del libro en el que está es bastante alto. Decepción. Eso sí, la ilustración de Pizarro se mantiene con las demás, impresionante.
El engaño por Rain Cross: Otro de mis favoritos. Fantasmas y mentirosos. Investigadores paranormales y posesiones. Un final inesperado. Un relato que deja con muchas, muchas ganas de más. Tanto porque resulta corto como por lo interesante que acaba siendo. A la escritora ya la había leído antes, flojeando, precisamente, en sus extensiones. Tenemos aquí una historia que da para novela. Con eso lo digo todo. Y, además, con una de las mejores ilustraciones del libro. ¿Se puede pedir más?
El círculo por Nidia Blackburn: Uno de los cuentos más diferentes de la antología. ¿Para bien o para mal? Para bien, para bien. La fantasía oscura aparece en "Macabras" con una historia muy bien escrita, llevada y desarrollada. Quizá no sea de las que más destaquen, pero es refrescante ver algo distinto en comparación a las demás, con una mezcla de géneros que le sienta genial a la recopilación. Su ilustración es de las mejores, además, otro aliciente más para disfrutar al cien por cien del texto.
La historia de Vince Ojos de Nieve por Irene Comendador: Empecé este cuento con muchas ganas, lo admito. El atractivo título presagiaba algo muy bueno. El desengaño ha sido estrepitoso. No es un mal relato, la verdad, pero se queda a medias, como si la historia no terminara de despegar en ningún momento, como si la autora no supiera hacia donde dirigir una idea que, sobre el papel, seguro que era buena. Incluso la ilustración de Pizarro es de las más flojas. Una pena.
Debilidad por Tamara López: Otro de los platos fuertes de "Macabras", y de los más apetitosos, además. La coordinadora del libro, a la que ya había tenido el placer de leer en otras antologías de terror, se saca de la manga una especie de magnífica novela corta (por calidad y desarrollo, que no extensión) tanto en historia como en prosa, sobre un tema lamentablemente real y basado en muchas leyendas urbanas que no lo eran tanto. Una maravilla de texto, de principio a fin, y con una ilustración genial que nos muestra gráficamente lo que es el relato. Para enmarcar.
Hambre por So Blonde: Punto para la autora porque en ninguna antología de terror debería faltar una historia de zombis. Quitemos ese punto por alguna que otra falta de ortografía, redundancia y esa manía que tiene la protagonista de insistir en que es rubia (¿?). Por lo demás, cuento entretenido, con algún que otro momento inspirado y muchos tópicos Z a evitarse a estas alturas. El dibujo de la ilustradora, en este caso, no es de los mejores, aunque sólo por verla plasmar zombis en el papel ya merece la pena.
Uno más de la familia por Fayna Bethencourt: Termina "Macabras" con el relato más largo de largo (valga la redundancia) del libro, uno que me ha dejado sentimientos encontrados. Por un lado, me ha gustado mucho que sea tan extenso, que se recree con tanto detalle en todo lo que es la protagonista y en su nueva relación. Sin embargo, teniendo en cuenta el objetivo final del cuento y el giro argumental, que se ve venir, creo que toda la primera parte de la historia sobra. Quizá si habláramos de una novela corta no pesaría tanto, pero al hablar de un texto que debería ser más corto, duele cuando llegamos al final y vemos que lo que se nos trataba de contar dura menos, o debería durar menos. La ilustración le va al relato como anillo al dedo, sutil y, como las demás, dedicada al cuento, mostrándonos parte de lo que nos narra.
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Marv Man | |
Ficha de Libro enviada por Marv Man el 12 de Mayo de 2019 |
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