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Un certamen llama a la reflexión sobre el exceso de narcisismo literario
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La Escuela de Escritores ha publicado en su Web, escueladeescritores.com, las bases del primer “Certamen Narcisista de Relato Autocontemplativo”, con el que intenta llamar la atención ante el exceso de egocentrismo presente en las obras de muchos escritores actuales. El centro, que ya había levantado la polémica con su Concurso Cruel de Relato —en el que se premiaba, o castigaba, al peor de los cuentos— o con su certamen de plagio creativo a García Márquez, ha vuelto a la carga con otro de los temas tabú del panorama literario. El concurso premiará con loas, lluvia de flores, culto a la personalidad, un agasajo en efectivo y, sobre todo, con muy buen humor al autor que mejor lleve al papel su ensimismamiento.
Los organizadores del certamen dicen estar entusiasmados por conocer si tendrán el mismo éxito que ya tuvieron con los otros concursos, que llegaron a superar el millar de textos provenientes de casi todos los países de habla hispana, pues se trata de un tema que puede llegar incluso a molestar: “somos concientes de ello”, explica Javier Sagarna, jefe de Estudios de la Escuela, “pero si no nos criticamos a nosotros mismos, lo más fácil es estancarse en la falta de originalidad o seguir creyendo que escribimos bien: al lector hay que ofrecerle algo más que vanidad y engreimiento”. Tal como rezan las bases, el centro literario pretende con este certamen “dar cancha al héroe que lleva dentro todo escritor: queremos verle en acción, queremos que nos cuente sus batallitas, que se mire el ombligo, queremos que se lo crea y que se dé coba, que se eche piropos”. El certamen lanza una crítica audaz a aquellos escritores famosos que sustituyen la verdadera creación por el culto a la personalidad. El plazo de participación estará abierto hasta el día 16 de octubre. Para enviar sus relatos —como máximo uno por autor— deben acudir al portal de Internet de la Escuela de Escritores en donde encontrarán un formulario para tal efecto. El premio consistirá en 600 euros, de los cuales 300 irán a parar a la ONG que desee el ganador “como muestra de su humildad y desinterés supremo”. En la ceremonia de entrega, que tendrá lugar en la Sala Bar&Co de Madrid el próximo 5 de noviembre, el relato vencedor de este certamen será leído “bajo una lluvia de flores”, y el autor en caso de estar presente “podrá hacer discurso, será vitoreado, fotografiado, entrevistado, condecorado, coronado con laurel, elogiado sin medida, invitado a copas y a tabaco, se le pedirán autógrafos y dedicatorias, y se leerá un poema en su honor”. Primer Concurso Narcisista de Relato Autocontemplativo. La Escuela de Escritores presenta la primera convocatoria del Concurso Narcisista de Relato Autocontemplativo, que pretende colmar, siquiera por un día, esa vieja ambición, más o menos oculta, de todo escritor: la gloria literaria. La gloria. Seguramente nadie la merece tanto como el buen escritor y, en estos tiempos en que el mercado prefiere la historieta previsible y vulgar a la literatura y tan fácilmente corona a cualquier juntaletras, muy probablemente a nadie se le niega con tanta contumacia. Por eso en este concurso queremos dar cancha al héroe que lleva dentro todo escritor, queremos verle en acción, queremos que nos cuente sus batallitas, que se mire el ombligo, queremos que se lo crea y que se dé coba, que se eche piropos, que se ponga ante la cámara y diga “aquí estoy yo”, incluso que se haga el raro, el resabiado, el intelectual paternalista, el original, el loco de atar, el irascible, el sabio, o cualquiera de las poses que tanto gustan y han gustado de siempre a los escritores consagrados y con las que algunos sustituyen la verdadera creación. A cambio le garantizamos, siquiera por un día, la gloria literaria al ganador. La gloria, nada menos. Como para resistirse. Bases 1.ª Los relatos han de presentarse antes de las 24.00 h (hora española) del domingo 16 de octubre de 2005. 2.ª Se admitirá un máximo de un relato por participante. 3.ª La extensión máxima de los relatos será de 1500 palabras (para contarlas en el procesador de textos Word, acudir al menú «Herramientas», y abrir «Contar palabras»). 4.ª Podrán participar todas aquellas personas que tengan acceso a Internet desde cualquier lugar del mundo, siempre que los textos estén escritos en español. 5.ª Los textos deberán estar firmados con seudónimo. 6.ª. Los textos se enviarán antes de la fecha límite, a través del formulario disponible en la web: http://www.escueladeescritores.com/relatonarcisista. Para participar, será obligatorio cumplimentar los siguientes datos: nombre, apellidos, teléfono, correo electrónico, título del relato, pseudónimo con el que se ha firmado el mismo y ONG a la que se desea donar el premio en metálico. Los datos se archivarán en una base de datos a la que, hasta el día del fallo, únicamente tendrá acceso el secretario del concurso. 7.ª El fallo del jurado se hará público el sábado, 5 de noviembre de 2005, en un acto que tendrá lugar en la Sala Bar&Co (C/ Barco, 34, metro Noviciado), a las 19:15 h. En él se revelarán los títulos de los cinco relatos finalistas y el del texto ganador, se leerá a continuación el relato vencedor, y se anunciará el nombre de la ONG a la que irá destinada parte del premio. Asimismo se realizará el público homenaje al autor/a ganador/a descrito en el capítulo “Dotación” de estas bases. Caso de no hallarse presente el autor/a ganador/a, el homenaje será otorgado, en su nombre, a la persona que él –o, en su defecto, la Escuela de Escritores- designe. 8.ª Los textos no premiados serán destruidos inmediatamente después del fallo y en ningún caso se hará uso de ellos, ni se mantendrá correspondencia sobre los mismos. Tema Los relatos deberán ser autobiográficos y el autor deberá figurar entre los personajes, preferiblemente en el papel del héroe de la historia. Se permitirán las descripciones epatantes, las reflexiones intrépidas, la autoadulación camuflada en la voz de otros personajes, la adjetivación audaz, el olvido de los detalles menos favorecedores, la superioridad moral e intelectual y, en general, el uso de todas aquellas estrategias narrativas que tengan como objetivo el autobombo y la proyección pública de la imagen del autor, si bien el ganador será el que el jurado considere que es el mejor relato. Y es que esto de contarle la vida de uno al lector puede hacerse muy bien: “[…] En cuanto reconocí el sabor del pedazo de magdalena mojado en tila que mi tía me daba (aunque todavía no había descubierto y tardaría mucho en averiguar el por qué ese recuerdo me daba tanta dicha), la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del jardín que detrás de la fábrica principal se había construido para mis padres, y en donde estaba ese truncado lienzo de casa que yo únicamente recordaba hasta entonces; y con la casa vino el pueblo, desde la hora matinal hasta la vespertina y en todo tiempo, la plaza, adonde me mandaban antes de almorzar, y las calles por donde iba a hacer recados, y los caminos que seguíamos cuando hacía buen tiempo. Y como ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan empiezan a estirarse, a tomar forma, a colorearse y a distinguirse, convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfeas del Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té […]” Marcel Proust, En busca del tiempo perdido: Por el camino de Swann. “[…]Se trataba de un viaje de más de setecientos kilómetros, poco más o menos. Mi primera parada fue Mobile. Allí, cambié de autobús, y viajé horas y horas por tierras pantanosas a lo largo de la costa hasta llegar a una ciudad ruidosa, con tranvías tintineantes y mucha gente peligrosa con pinta extranjera. Era Nueva Orleans. Y, de pronto, al bajar del autobús, un hombre me rodeó con sus brazos y me cortó la respiración; reía y lloraba; un hombre alto y apuesto, riendo y llorando. Dijo: -¿No me conoces? ¿No conoces a tu padre? Yo había enmudecido. No dije una sola palabra hasta que, al fin, mientras íbamos ya en un taxi, le pregunté: -¿Dónde está? -¿La casa? No muy lejos -No, la casa no. La nieve. -¿Qué nieve? -Creía que había un montón de nieve. Me miró con extrañeza, pero acabó por reír. -Nunca ha nevado en Nueva Orleans. Al menos que yo sepa. Pero escucha: ¿oyes ese trueno? Seguro que va a llover.[…]” Truman Capote, Una navidad. “Pero los ojos, mis ojos, los ojos que me miro y que me miran, en el espejo, los ojos por los que he visto el mundo, por los que el mundo se ha asomado a mí. El exterior me conforma a través de los ojos, estoy lleno de lo que he visto, de lo que he mirado […]” Francisco Umbral, Mortal y rosa. O rematadamente mal: “[…] ¿ME DISPONGO A ESCRIBIR UNA NOVELA y es ésta su primera línea? No lo sé aún. El tiempo lo dirá y las Alturas –los administradores e intendentes del karma- lo decidirán después de echar un vistazo a la balanza del debe y del haber relativos a las malas y buenas acciones realizadas por mí a lo largo de esta reencarnación y de todas mis vidas anteriores. Pero sí sé que, en cualquier caso, no voy a escribir de momento –eso ya se andará, si es que se anda- un libro sobre Jesús de Galilea, sino sobre un novelista en crisis absoluta con el mundo que quiere y no quiere escribir un libro sobre Jesús de Galilea. Quiere, no quiere, puede, no puede, debe, no debe, sabe, no sabe… […]” Fernando Sánchez Dragó, La prueba del laberinto. “El avión desciende en un aeropuerto gris de una ciudad del norte. Los escritores viajeros se embarcan en un autobús que les conducirá al pequeño pueblecito donde van a tener lugar los encuentros literarios. Elsa y Él se sientan juntos pero distanciados, es decir, en asientos paralelos, pero separados por el pasillo del autobús. Ella no habla al principio. Se limita a escuchar la conversación que Él mantiene con el Escritor Alcohólico, que se ha sentado justo tras de Él. Él habla poco. Musita monosílabos con los que trampea de cuando en cuando el caudal inagotable de palabras que surgen en vaharadas etílicas de la boca del Escritor Alcohólico. A Ella le encanta su timbre sutilísimo, casi femenino, y su modesta reserva de jovencita. Entiende que Él es comedido en sus afirmaciones y le sospecha una dulzura de maneras que le tienta. Así que Elsa se aproxima a ellos decidida a entrar en conversación y poco a poco se las va arreglando para atraerle a Él hacia sí. El Escritor Alcohólico se pone a hablar con su compañera de asiento y Ella aprovecha la ocasión para iniciar una conversación a dos. Elsa no es particularmente guapa, aunque tampoco es fea. Consciente de su medianía, de que no es una mujer que llame la atención por su físico, y sabedora de que la vida al fin y al cabo no es más que un juego de cartas en el que todos deben sacar el máximo provecho a la mano que les ha tocado, Elsa se ha especializado en simpatía, y se precia de saber hacer reír a hombres y mujeres casi al instante de conocerles. […]” Lucía Etxebarría, Imago. “[…] Allí estaba el marqués de Bolarque, don Pedro, Rafael Sánchez Mazas, Agustín Foxá, José María Haro y Dionisio Ridruejo.[…] Después de la cena, el maestro se puso al piano. Tocaba pasodobles y tangos. -Oye, toca ese que hiciste el otro día. Sonó una música enérgica, alegre y guerrera. -¿Te gusta, José Antonio? -No está mal. A ver, ¿cuántos poetas hay aquí?; podríamos hacer un himno para que lo cantaran los chicos. Bajó el mozo unas cuartillas y los poetas se desperdigaron por las mesas. -Tú, José Félix, dame un lápiz. […] El músico, despeinado, golpeaba sus teclas. Disperso, arrebatado, Foxá escribía en una mesa entre las migas de pan y el olor reciente de la fruta. Quiso poner un arranque brioso: De cara al sol, con la camisa nueva Que tú me bordaste ayer. […]” Agustín de Foxá, Madrid de corte a checa. Dotación El autor/a del relato ganador será recompensado con un premio de 600 euros en metálico, la mitad del cual -como muestra de su humildad y desinterés supremo- será entregado, en su nombre, a la ONG de su elección. El autor/a ganador/a leerá su relato bajo una lluvia de flores, podrá hacer discurso, será vitoreado, fotografiado, entrevistado, condecorado, coronado con laurel, elogiado sin medida, invitado a copas y a tabaco, se le pedirán autógrafos y dedicatorias, y se leerá un poema en su honor. Asimismo, el autor/a ganador/a recibirá un cartel conmemorativo de su triunfo enmarcado y realizado según las más depuradas técnicas del culto a la personalidad. Los cinco relatos finalistas se publicarán, junto con el relato ganador, en la página web de la Escuela de Escritores. Asimismo, el texto ganador se publicará en Literaturas.com y otros literarios del mundo hispano. Jurado El jurado estará formado por escritores y profesores de escritura creativa y será seleccionado por la Escuela de Escritores. [Nota de Prensa] | |||
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DCFan, 23 de Septiembre de 2005
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