Los usuarios de
Nintendo 3DS van a entender en breve a qué se refería
Humphrey Bogart cuando se despedía para siempre de
Ingrid Bergman en Casablanca (1942) y pronunciaba una de las frases más emblemáticas de la Historia del Cine:
"Siempre nos quedará París". Si la ciudad del amor tiene una magia que no se puede explicar, a partir del 4 de abril un poquito de su encanto se quedará, literalmente, en tu consola. Y es que justo a tiempo para Semana Santa llegará a la portátil de
Nintendo un videojuego que es todo un homenaje al Louvre, a los paseos por los puentes de París, a la panorámica del Sacre Coeur... en definitiva, a todos tus rincones favoritos de la capital francesa, y todo ello mezclado con una gran dosis de misterio, humor y mucho, mucho ritmo:
Rhythm thief y el Misterio del Emperador.
Como su propio nombre indica, en
Rhythm Thief y el Misterio del Emperador hay que resolver un misterio. Para ello, controlarás a
Raphael, un joven soltero cuyo padre desapareció hace tres años dejándole solo una medalla con un peculiar anagrama. Bajo la apariencia de un tranquilo estudiante, Raphael esconde su alter ego: el sofisticado Phantom R, un ladrón "honrado" que siempre devuelve su botín unos días después de haberlo robado y que anda detrás de averiguar por qué desapareció su padre. Eso sí, Raphael tiene un gran sentido del humor y nunca pierde una oportunidad para bailar mientras resuelve un misterio. En sus aventuras le acompaña su fiel compañero canino, Fondue, y juntos se enfrentarán a
la misión más importante de su vida, resolver de una vez por todas el misterio de la desaparición de su padre llevando a cabo tu robo más atrevido, mientras se mantiene siempre un paso por delante de la policía parisina.
Por si toda esta historia no fuera ya de por sí rocambolesca, el juego comienza con la resurrección del mismísimo emperador
Napoleón Bonaparte por obra y gracia de una oscura figura que roba su ataúd de un museo. Sorprendentemente, este hecho tendrá más que ver con el misterio del padre de Raphael de lo que parece. Y como guinda del pastel, Raphael conocerá en su aventura a Marie, una violinista con un misterioso pasado, y que por alguna extraña razón, tiene grabado en su violín el mismo símbolo que aparece en la medalla del padre desaparecido de Raphael.