En un pequeño pueblo aparece el cadaver de una niña axfisiada. Un inspector de polícia que acaba de trasladarse desde el País Vasco intentará descubrir quién está detrás del crímen. Durante la investigación entablará una relación amorosa con la maestra de la niña al mismo tiempo que tendrá que cuidar de su esposa internada en un psiquiatico. Mientras el asesino buscará una nueva víctima.
Crítica
Puntuación del crítico: 7
Interesante película de Uribe que podría ser una muy buena película si su director hubiese afrontado el film con más elegancia ya que opta por el camino de mostrar en vez de sugerir. Esto queda bien plasmado en la bochornosa y prescindible secuencia en la que la niña protagonista va desnuda por la calle, si ya es dificil para un actor hacer escenas de desnudos, imaginad lo que habrá pasado la pobre niña por capricho del director quien podría haber rodado perfectamente esa secuencia con un primer plano de los pies de la niña corriendo alternandolos con primeros planos de su rostro, en vez de grabarla a saco andando desnuda. Pero bueno, ya sabemos que en el cine español Amenabar y pocos más son los únicos que saben dirigir películas sin incluir patéticas e intrascendentes secuencias en las que el sexo tiene claro protagonismo, y que conste que esto no quiere decir que sea un puritano (je ni de coña lo soy) lo que pasa es que me da rabia como algunos directores utilizan a los niños a su antojo en algunas películas.
Del reparto todos están estupendos, las cosas como son, incluso Juan Diego Botto quién junto con Asfalto realiza aquí su mejor papel; Adriana Ozores se valle ella solita para comerse a todos sus compañeros de reparto y Miguel Ángel Solá también hace un buen papel. También destacaría la música de Meliveo que confirma que los compositores españoles les pegan mil patadas a los extranjeros y la fotografía.
Palmarés:
Nominaciones GOYA: Actor (Botto), Actriz (Ozores), Fotografía, Música original y Sonido.
Muy mediocre adaptación del homónimo literario de Muñoz Molina. Cuesta creer la incapacidad de Uribe para superar el mediocrísimo guión. El film carece de consistencia, se hace aburrido y predecible. Por otra parte, los intérpretes resultan inverosímiles (baste ver al monocorde Miguel Ángel Solá como detective en crisis).