Bruce Wayne no esperaba ninguna llamada antes de la rueda de prensa. Sorprendido, cogió el teléfono móvil y reconoció en la pantalla el número. -¿Leslie?- preguntó al descolgar. -No interrumpo nada, ¿verdad, Bruce? -No, tengo que dar una rueda de prensa dentro de cinco minutos, pero pueden esperar. -Lo del robo de las joyas, sí, lo he leído. Oye, ¿ha ido a verte un reverendo hoy? La pregunta era tan ridícula, tan absurda, que Bruce supo al instante que Leslie no se la haría si no tuviera sus motivos. -Definitivamente no- dijo con una fingida risa natural-. ¿Debería haber venido? -Vino a la clínica esta mañana. Un tal Reverendo Angus McGuyrich, es un telepredicador que quiere que vayamos a su programa. Los dos. -No me digas. -Le dije que eres un hombre muy ocupado y que seguramente tú tampoco querrías ir, pero insistió en que iría a hablar contigo de todas formas. Me dio su tarjeta. No sé si me terminó de convencer. Bruce casi podía ver el guiño de Leslie a través del teléfono. -Ya veo- respondió Bruce, siendo estas dos palabras lo único de valor de su contestación-. Bien, que venga a visitarme. Seguro que Alfred puede preparar ese cóctel que tanto le gusta a las visitas… Siendo cura digo yo que beberá, ¿no? -Probablemente, me ha parecido irlandés. Las islas británicas. -Entonces seguro que bebe. Gracias por llamar, Leslie, pero tengo que salir a que me devoren los medios. Pasaré a visitarte en cuanto pueda y nos tomamos un café. Quizás me lleve a Alfred. -Te esperaré. Colgaron. Bruce se guardó el teléfono, pensativo. Leslie conocía su secreto. Ella había estado a su lado desde que él perdió a sus padres. Aprobaba la misión del Murciélago, siempre con reservas. Pero cuando creía que podía ayudar, ella era la primera en movilizarse. “No sé si me terminó de convencer” significaba “Sospecho de él”. El hecho de decirle el nombre completo era una clarísima invitación. Del mismo modo. “Ya veo” significaba “Me encargaré de investigarlo”. “Quizás me lleve a Alfred”, en este pequeño código entre ellos, quería decir “Habrá dos visitas. Una de Bruce, y una de Batman”.
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