-Entonces es martes, seguro, por lógica.
-¡¿Qué tiene que ver eso con nada?! ¡Te he pedido que me pases el desfibrilador!
-Que no te lo puedo pasar. El martes era el día elegido para desmontarlo y limpiarlo.
-Maldición, esta persona se nos muere. ¡Rápido, hazle un masaje cardiaco!
-No te molestes, lleva media hora sin pulso.
-¡No me rendiré! ¡Me prometí a mi mismo que no perdería la esperanza después de que el meteorito aquel acabase con la mitad de la población del planeta!
-¿Eso fue antes o después de la guerra nuclear?
-Después. Entre la plaga bíblica y la horda de zombis.
-Ya, pero que sepas que tenemos un fiambre confirmado en el suelo.
-¡No importa! ¡La fuerza de voluntad y el espíritu de superación nos salvarán! ¡La especie humana SOBREVIVIRÁ!
-Vaaaale. Pero la del suelo era nuestra última mujer, aviso.
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