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Felicia Hardy, alias la Gata Negra, ha estado metida en problemas hasta las cejas, pero este hay que reconocer que es de los graves.
Siguiendo la pista de su desaparecida amiga Tricia Lane, se ha reencontrado con su viajo novio Spiderman (o Peter Parker, ahora no le cuesta tanto pensar en que ese es el hombre que hay bajo la máscara) y juntos han seguido la pista hasta ir a parar a Garrison Klum, alias Mr.Browstone, un teleportador de bajo nivel que vende droga a pijos ricos a los que se las mete en el cuerpo, sin que les quede señal de pinchazos ni ninguna marca física de su vicio. Todo eso lo sabe porque se lo acaba de contar el propio Klum, pero ahora sólo puede pensar en que se siente como si le estuvieran revolviendo las tripas. Nunca se ha chutado, y desde luego con esta experiencia no lo hará nunca.
Pero su mayor problema es que se encuentra a merced de este desgraciado, que ahora se acaba de quitar la camisa ("Oh, Dios mio, este asqueroso de mierda me quiere violar") y ahora mismo no tiene fuerzas ni para levantarse de la cama donde se ha desplomado hace unos momentos.
- Lo bueno de tener mi poder, es que puedo disponer de un montón de mujeres. Chicas tan guapas como tú estan dispuestas a cualquier cosa con tal de recibir una dosis.
- Eres un cerdo, y te lo demostraré cuando se me pase esto.
- Oh, pero no se te pasará, una vez que acabemos... me aseguraré de que recibas otra que te mate, igual que mató a tu amiguita. Ya sabes, hay que practicar, pero ciertas prácticas se cobran victimas...
- No habrá victimas - contesta una voz desde el fondo de la habitación.
Klum se levanta y rapidamente mira hacia donde ha escuchado la voz. Si es Spiderman va a morir, porque tiene preparada suficiente heroína como para pararle el corazón 20 veces. Pero no parece pasar nada cuando teleporta una sobredosis al sitio donde escuchó la voz.
Y de repente recibé un golpe en la mandíbula que lo tira hacia atrás. Se dá un golpe en la cabeza en la pata de la cama, y queda un poco atontado. En ese momento habla Spiderman:
- Mientras hablabas con la Gata, escuché tu conversación y tus "aficciones". Como cuando ella vino a buscarte, supuse que te sacaría la confesión, aunque fuera a golpes, me fui a buscar una grabadora y tengo toda tu explicación grabada y preparada para entregar a las autoridades.
- NO, NO, antes morirás. Te meteré en tu corazón toda la droga que tengo en casa hasta que revientes.
- Si, pero lamentablemente no fuiste muy cuidadoso al dejarla tan a la vista, y mientras que estabas concentrado en la Gata Negra, yo me encargué de neutralizarla. Y ahora, la policia viene en camino, yo me llevo a la Gata a un hospital.
Spiderman se lleva el cuerpo flácido de la Gata Negra a un hospital, piensa que aún será pronto para salvarla, porque escuchó como ese desgraciado quería sólo neutralizarla, pero no matarla... de momento.
Afortunadamente Spiderman tiene razón, y a los pocos dias Felicia y Peter se reunen en Central Park para hablar.
- Lo que aún no entiendo es como pudistes librarte de las telarañas, te dejé atrapado en ellas- pregunta Felicia.
- Bueno, ya antes me he visto en la misma situación, pero te puedo decir que aunque mi teleraña es tan resistente, a veces el material de los edificios no lo és... Pocos minutos después de que te fueras estaba libre. Suponiendo lo que harías te seguí.
- Pero, ¿y la grabadora? Aunque vayas rápido columpiandote, no puedes ir a tu casa, cogerla y haber llegado a casa de Klum al mismo tiempo que yo.
- Y es cierto, en un principio no sabía que hacer. Pero ver a unos periodistas que estaban haciendo un reportaje me iluminó, y se me ocurrió la idea. Les pedí una grabadora y me la dejaron. O más o menos. En fin, dejemos ese tema así.
- Bueno, la cuestión es que Mr.Browstone ha desaparecido. Ninguna persona del mundo del espectáculo quiere verse relacionada con un mutante teleportador que les puede matar cuando le venga en gana. Además, confesó el asesinato de Tricia Lane y dijo que tiró el cuerpo a la basura. El cadáver ha sido encontrado, y se le va a caer el pelo.
Durante unos momentos se quedan en silencio.
- Peter, pese a todo casi me mata el tio ese, y tardaste en ayudarme. Podía haber muerto.
- Lo siento, ya te he pedido perdón por eso. No fui consciente del peligro real de Klum hasta que ví que efectivamente no estabas fingiendo, y te tenía a su merced. Olvidémoslo. Venga, te invito a comer, y luego podemos recordar viejos tiempos...
Tras decir esto se levantan los dos del banco y se marchan andando.
FIN
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