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Una
mujer perfecta.
By:
Happosai
He
aquí, una de las más grandes obras de arte que
jamás haya contemplado el ser humano. Frente a nosotros
nos encontramos con la imagen de una mujer perfecta diseñada
ni más ni menos que por, oh alabado ROB.
ROB,
sapientísimo artífice creador del arte, nos
muestra con este dibujo, lo que se podría resumir en
tres palabras, las cuales son, léase: "Máximo
ejemplo de belleza femenina"... Bueno, esas son cinco
palabras, pero cuando se trata de la obra de, oh grandioso
ROB, las palabras
nunca, nunca son suficientes.
Podemos
ver, en la imagen en cuestión de nuestro análisis
-con el fin, sin duda, de penetrar, ejem, en la mente de nuestro,
oh alabado ROB,
con el fin único e loable de entender, si se puede,
la obra de tan genial autor, y sus pensamientos- una imagen
de una fémina. No es una fémina cualquiera,
no, cosa impensable cuando se habla de una obra de, oh ROB.
La
fémina de la escena, más que una fémina,
es una diosa. Por qué utilizar el calificativo de la
divinidad para la obra, más que divina, del hombre
iluminado que conocemos por ROB?
Bueno, por múltiples razones que serán, a continuación,
expuestas en mi exégesis gráfica acerca de la
obra de nuestro ya renombrado y conocido autor.
Hemos
de empezar, sin duda alguna, por donde toda obra empieza:
la cabeza. De la cabeza de nuestro admiradísimo señor
ROB ha surgido
esta imagen. Así que por la cabeza de la misma ya citada
efigie hemos de empezar con nuestro análisis.
El
cabello de la bellísima dama, al verlo, es blanco a
los ojos del no-daltónico. Blanco, largo, y pareciera
tener una especia de electricidad que le circunda, razón
por la cual el mismo se eriza al salir de la cabeza, y a continuación
en un gesto rápido del trazo de la mano sagrada de
ROB, vuelve
abajo cayendo de vuelta a su origen. A través de este
representación, ROB,
el sapientísimo, nos habla sin duda alguna del TAO
TEH CHIN. Libro de sabiduría china inspirado, de manera
probable, por el fenómeno de desvío de taquiones
ya presentado con anterioridad en una de las tesis de esta
misma página, oh gran fuente de dicha para los mortales.
ROB
nos habla del TAO a través del trazo del energético
cabello de la damisela. Todo lo que sube, como nos dice el
Tao, ha de bajar, tarde o temprano, ya que las cosas siempre
vuelven a su origen. De igual modo, aquel que se alaba a sí
mismo (representado por el movimiento ascendente) es tarde
o temprano víctima de la mayor humillación (movimiento
descendente). Solamente un ser máximo, mezcla prefecta
de sabio y artista, tal como ROB,
es capaz de expresar en un simple trazo la verdad de la vida.
Seguimos
hacia abajo, y no podemos evitar estancarnos durante horas
contemplando los ojos. Hacia dónde miran esos ojos,
furiosos, llenos de cólera? Me miran a mí? Miran
detrás de mí? Arriba quizás? Por qué
la furia invade a tan bella joven?
Cómo
podremos aspirar a entender tal cosa como las razones cósmicas
que mueven el genio creativo de ROB?
Sin duda alguna, la chica mira lo que ninguno de nosotros,
simples mortales, podemos ver. Ella mira hacia el infinito,
más allá del más allá, donde convergen
todas las líneas que surgen del origen del universo.
Si no, cómo explicar la expresión distante de
esa mirada? Y el ceño fruncido? Quizás ve algo
más, prevé algún peligro o catástrofe
que se cierne de manera amenazante sobre nosotros. ROB
es
profeta. Silenciosamente nos lanza un grito de advertencia,
nos hace conscientes de un peligro futuro que se hará
patente tal ves no muy lejos en el tiempo.
El
otro admirable detalle a corroborar, es el paralelismo que
hay entre los ojos de esta figura, y los ojos de otra gran
obra del genio humano, me refiero, sin otra opción,
al DAVID de Michellangelo Bounarotti. O como se escriba, que
da igual. Quien nos ocupa es, oh divinas tres letras que juntas
forman el nombre de nuestro guía, ROB.
ROB, sin duda,
generó una vez más ese místico campo
que causó el desvío de los taquiones, enviando
como regalo celeste de divina inspiración, la idea
gloriosa de desviar el ángulo natural de los ojos para
representar una mirada distante que se centra en el infinito.
De este modo, cabe concluir que MÍGUEL ÁNGEL
fue iluminado de manera especial por ROB.
Así
podemos seguir citando a un contemporáneo renacentista
que recibió de igual modo la inspiración de
nuestro genio. La boca de la figura, sin lugar a la duda que
pueda surgir en el corazón de los INCRÉDULOS,
es la inspiración que formó el imperfecto gesto
de la Gioconda, la MONA LISA. La simpleza de la Gioconda,
su sonrisa a medias, son sólo un reflejo de renacimiento,
alabando la grandeza de esta bella y finísima boca
que, con firmes y viriles trazos, nuestro loado ROB
dibujó, otorgándonos a todos, oh simple basura
humana, la oportunidad de contemplar el gesto divino en su
más exquisita expresión. Dicho está.
Si
continuamos, contemplamos el bellísimo torso de la
donna. Pechos prominentes y firmes, espalda amplia, cubierta
por una cazadora púrpura, que representa una personalidad
alta, un espítiru intrépido y decidido. (Es
bien sabido que, a través del lenguaje secreto de la
ropa, ROB nos
habla de la personalidad de los personajes).
Es
curioso, sin embargo, el ver que el brazo derecho, en su articulación
del codo, presenta, aparentemente, una prolongación
mayor que el izquierdo? Un error. No, por ROB,
no nos equivoquemos. La chica es diestra, sin duda, y para
que no haya duda al respecto, ROB
mismo nos lo DEMUESTRA a través de una prolongación
del brazo. El brazo izquierdo, menos usado, simplemente se
desarrolla de manera diferente. Vosotros, acaso, podéis
afirmar que tenéis AMBOS brazos iguales? No, no podéis.
Empezando porque un brazo es derecho y el otro izquierdo,
y además porque el lado predominante, científicamente
demostrado, presenta una mayor resistencia y desarrollo muscular.
Esta es la razón por la cual, la imagen de perfección
de ROB muestra
un brazo más largo que otro.
El
gesto de apertura de la mano izquierda, y el puño cerrado
de la derecha, una vez más, permita a ROB
el sabio que todo lo sabe,
Seguimos
hacia abajo hasta encontrarnos con la maravillosa vista que
nos ofrece ROB
el altísimo, con su concepto personal de belleza estética
posterior. Nótese el lujosísimo empleo de, como
fuesen denominados en su momento por Edmund P. Chang, "eufemismos"
para referirse a los músculos posteriores del glúteo.
Prefiero cualquier cosa antes que OFENDER la obra del excelentísimo
maestro ROB
con calificativos vulgares como "culo", "nalgas"
o "pompis". No señores, no, ante todo, un
respeto máximo para la obra del genio. La forma que
observamos, delimitada gracilmente por el artista, nos enseña
una curva magistral que refleja un largo, terso, suavísimo
y delicado... grupo muscular anterior. Este grupo, tallado
a la perfección, nos revela el ideal de ROB,
es decir, su concepto máximo de fecundidad. Al igual
que las "Venus" prehistóricas, esta imagen
nos da a entender un poco más acerca de la complejísima
razón de la dorada mente del sabio. El hecho de que
esté muy largo y caído simplemente ofrece otro
aspecto oculto de la personalidad del genio. Gracias a eso
podemos inferir dos cosas...
Le gusta
dar de perrito, y además por la salida trasera...
El
fondo, de igual modo, revela algo más acerca de la
intrínseca mente de este maravilloso creador de nuevas
realidades a quien delimitamos con el mundano nombre de ROB.
Velas abajo, cerca de los firmes muslos de la diosa, y al
atrás de ella, humo, vapores místicos. Sin duda,
una vez más el generoso ROB
nos ilustra a través de un mensaje oculto para la mayoría
de personas. El símbolo que se obtiene a través
de la mezcla de humo y velas tiene el siguiente significado:
a través de la meditación se alcanza la iluminación
que traerá claridad a las ideas, y nos revelará
un estado divino.
De
esta manera, una vez más, tras un minucioso análisis,
hemos podido adquirir un poco más del conocimiento
que, de la mano divina del grandioso y habilísimo ROB,
es revelado a nosotros. Larga vida a ROB!
La
última revelación: Cuando no sepáis qué
hacer, pensad en ROB
y pensad en ADLO. Poned todo junto y hallaréis la respuesta...
"ROBADLO".
Happosai.
16/Mayo/2001
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