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El escudo cambiante.

By: El Chache


Después de tanto tiempo aprendiendo del saber de Rob ( ¡aleluya! ) Liefeld y de los sabios y doctos adláteres que con sus conocimientos nos acercan a la gran obra del Maestro, he aquí que decido, en mi humildad, contribuir a la causa y me atrevo, no sin cierto temor debido a mi inexperiencia, a comentar dos páginas del capi de Liefeld no exentas de cierta polémica. Y es que las dos páginas que aquí os muestro, queridos adláteres, aun siendo obras maestras, son denostadas por mucha gente argumentando “fallos de perspectiva” e “inexplicables cambios de tamaño”. Y si observamos atentamente, comprobaremos efectivamente que estos cambios se producen. ¿Pero son debidos a un fallo del bueno de Rob? Noooo. Nada más lejos de la realidad. Veamos.

En la primera viñeta de la primera página, el Capi lucha contra un individuo maligno y vil, sin duda alguna, que a juzgar por lo que vemos debe de doblarle la estatura con facilidad, si tenemos en cuenta que el malo en cuestión se halla a la distancia de un brazo del capi, conclusión evidente ya que vemos que le golpea con el escudo. Los malvados que están al fondo, siguiendo las leyes de la perspectiva, deben de ser también enormes. En cambio, en la última viñeta de la página dos, el escudo es casi del mismo tamaño que los villanos. Uno podría pensar quizá que los villanos de la primera página son enormes, mientras que los demás son apenas pigmeos. O que Rob ha realizado un magistral juego de perspectiva difícil de entender por mentes no iniciadas. Los de lenguas más viperinas podrían decir, sin embargo, que Rob ha cometido un error a la hora de calcular las proporciones. Sin embargo, nada de todo esto es verdad. Lo que aquí vemos es una de las más hermosas alegorías que ha nacido de la mente de un poeta.

Y es que Rob, una vez más, retoma uno de sus temas predilectos, la fuerza interior, la lucha eterna del ser humano frente a la adversidad, y convierte una simple pelea de superhéroes en todo un mensaje de esperanza y superación para todos aquellos que alguna vez se han sentido desesperados y sin fuerzas para seguir adelante. Observad, en la primera viñeta, los villanos contra los que pelea el Capi parecen mucho más grandes que él. Esto no es un error ni una ilusión óptica. Realmente son mucho más grandes. ¿Por qué? Porque con ello Rob convierte a los enemigos del Capi en una metáfora de algo mayor. Ellos son La Amenaza. Aquello contra lo que siempre ha luchado la Humanidad. El Mal con mayúsculas. Sus miedos y temores convertidos en villanos sin rostro ni individualidad, que no caen aunque les hieran ( como sucede en la viñeta 1 ) y avanzan implacables hacia el héroe. Son grandes porque así siempre se lo ha parecido al Ser Humano, una amenaza imponente, imparable, ante la que solo cabe desesperar y huir. El hombre parece pequeño e indefenso en comparación. Pero el Capi no huye. Él es el héroe que prevalece y se enfrenta a la amenaza. En las viñetas dos y tres, magistrales, nos muestra el conflicto interior y la fiera determinación del héroe a enfrentarse contra lo que parece una barrera insalvable. Entonces ataca, en una viñeta, la cuatro, en la que aparece él sólo, fuerte, arrogante, enfrentando la amenaza con valor. Y en la viñeta cinco podemos ver a los malvados villanos aplastados por la justa furia del héroe. El escudo tiene casi su mismo tamaño. Pero no es el escudo el que ha crecido. Son ellos los que de repente se han consumido por su propia malicia ante la pureza del héroe. Una vez superado el miedo y tomada la determinación, el héroe crece ante sus adversarios, volviéndose más fuerte y grande, porque deja de ver la amenaza como un obstáculo terrible e insalvable, y de repente se le aparecen pequeños e insignificantes. El Hombre ha triunfado y ahora barre con su cólera al Mal y éste cae como el trigo ante la guadaña del segador. Sublime.

Y si alguien opina aun que esto no es poesía en imágenes yo le diría que entonces la poesía no existe en ninguna forma. ¿Acaso cuando el poeta nos dice que la sonrisa de su amada está hecha de brillantes perlas quiere decirnos que la desgraciada se ha arrancado la dentadura para injertarse desechos sacados de las tripas de una ostra? Claro que no, es una imagen con la que describe su belleza, comparando sus dientes con aquellas joyas. Igualmente de manera tan sencilla y genial Rob nos habla directamente a nuestros corazones, dándonos esperanza y valor en los momentos de necesidad. Habla de los sueños y pesadillas de la Humanidad, de nuestros miedos y de cómo podemos superarlos reuniendo el valor que hay dentro de cada uno de nosotros. Yo os digo, Hermanos. ¡¡Contemplad la Obra de Rob y regocijaos!!

Que la gracia de Rob caiga sobre todos nosotros.

¡¡AVIV BÖR!!

El Chache informa.

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