BONE: NOSTALGIA DE LAS TARTAS DE LA ABUELAPATO

Recuerdo que, aún antes de haber comenzado mi primeracolección comics (los comics basados en personajes Disney en larevista Don Miky, de cuyo Club llegué a ser socio Honoríficoo algo así, a base de mandar cuponcitos...), cayó en mismanos una aventura precisamentede estos personajes bastante especial: Paracelebrar la Navidad, los ciudadanos ilustres de Patolandia (Donald, Narciso,los Jóvenes Castores, la Abuela Pato) se reunían en un excepcional"cross-over" con los de Ratolandia (Mickey, Minnie, sus sobrinos Mortimery Fredy, Clarabella, etc...). Aunque los Golfos Apandadores intentabanreventar la velada, la cosa acababa bien, degustando los dulces de la AbuelaPato en torno al árbol de Navidad. En una edad en la que los niñosno han aprendido a distinguir bien entre realidad y ficción, ospuedo asegurar que descubrí en esa historia un maravilloso rincónen el que me hubiese encantado aterrizar para participar de la fiesta (aúncon los Apandadores por medio).

¿Y que tiene que ver esto con Bone? Bueno pues¡todo! ¿O acaso no son Mickey, Goofy y Gilito los que se nospresentan remozados en Fone, Smiley y Phoney Bone? Pero además tambiéntenemos a la abuela Ben, y a sus tartas, y sin duda un entorno idílicoen el que integrarnos ¡aún con las "ratcreatures" -lo siento,no trago con la tradución- incluidas! Tengo para mi que parte delindudable atractivo de una serie como Bone es que nos devuelve a las lecturasde la niñez, al alegre desenfado, la falta de preocupaciones y lasencillez de la niñez. Es pues Disney 100%, con ese toque de Tolkienque en el fondo funciona de la misma manera (¿quien no ha queridomerendar junto a los Hobbits?).

Recalcar que el truco está en que "menos es más",y en el genio de Jeff Smith para utilizar los más sencillos caracteres,las más sencillas tramas, el dibujo de línea más clara,y aún así hacerlo todo (aún los más odiosospersonajes, como Phoney) tremendamente atractivo y desternillante, porno hablar de las ganas que te quedan de leer el siguiente número,haciendo un estupendo uso del "Cliffhanger". Dotes todas envidiables yque a más de algún "geniecillo hot" de los comics les gustaríatener.

Para los aficionados al comic USA, esta serie tiene unatractivo añadido como remanso de paz: Por enrebesada que se vuelvala trama, tenemos la certeza de que (por ejemplo) la Abuela Ben no es ningúnclon, ni va a morir para resucitar quince números despuésni es Norman Osborn quien persigue encapuchado a Phoney... Ya me entendéis:Buen comic y punto, sin necesidad de truquitos.

Pues eso: ¿Qué más podemos pedir?...(¿Alguientendría aún el comic de las "Navidades Disney"? Me encantaríareleerlo...).

Pedro Angosto