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Los vientos fríos anunciaban la llegada del invierno, ya mas de trece eran los dias en que los musulmanes seguían avanzando contra Barcelona. Y ya era sólo la mitad de la distancia que al principio separaba el límite moro con el de la franja hispánica. La gente comenzaba a entrar en una extraña clase de somnolencia, por las calles solo salían para traer comida del almacén de la ciudad a casa, y luego a esconderse en sus aposentos y tratar de dormir o rezar y dejar aunque sea un momento de concentrarse en que era inevitable ya la llegada musulmana a la ciudad. El Conde Bernardo II de Gotia, señor de Barcelona y todos sus recintos cercanos parecía tener un ejército hecho de papel. La mayoría de sus soldados eran barridos como juguetes ante la incesante aguijonada de los árabes.
Esa noche fue cuando llegó Marcel IV (El heredero de la cuarta dinastía autonombrada regente de Vick) señor de las tierras de Vick, junto con su chiquillo Estanislau y 10 de sus hombres de mejor confianza. Al acercarse a la catedral de la ciudad un grupo de hombres vestidos de monjes los atajó y les dejó dicha la orden impuesta por Gunther, Obispo de Barcelona, príncipe vástago de esta y domitor del ghoul Bernardo II de Gotia. “Solo pueden pasar Usted y su chiquillo, Marcel IV señor de Vick” Marcel no dudo y señalando a los hombres una posada les ordenó que se retiren allí.
Al entrar en la catedral lóbrega y sombría como siempre sonrío levemente al acordarse que nunca, incluso hoy mismo, pudo llegar a distinguir cuantos vástagos estaban presentes en la sala a causa de esa oscuridad fría y apabulladora que solo los del clan Lasombra pueden manipular. El príncipe se encontraba sentado sobre el altar, que podía convertirse en un trono y altar cuando se quería, un curioso regalo de mármol hecho por el toreador Sergi a nuestro príncipe hace ya mas de 100 años atrás). Calculaba que estarían presentes unos 8 vampiros, pero se equivocó. Pronto un grupo de antorchas iluminó la cámara, 20 vástagos en total entraban bruscamente en la sala con 4 ghoules portando antorchas y una bandera, la bandera del Gangrel Guifré el Pelos.
- Que significa esto, Guifré!, Se está olvidando acaso de las tradiciones?-preguntó Gunther.
- Gunther! Vengo a presentarte la carta de Ludovico, quien me nombra desde ahora HIJO del marqués de la Gotia, y además por ende Conde de Barcelona, Girona y Besalú. Cuento además aquí con el apoyo de los condes de Cerdaña y Urgel. Así como todas los ejércitos que en estas 4 tierras están.
Gunther no titubeó, no sonrió ni siquiera miró a Guifré de una manera enojada. lentamente agachó un poco la cabeza pensativo. Estanislau, chiquillo de Marcel había ya logrado distinguir entre los brazos del conde a todos los vástagos de Barcelona y sus alrededores… unos 20 en total. Además también estaban los caballeros de las tierras de Monteblanco en Ausona y su príncipe Miguel de Monteblanco con ellos. “Los príncipes de Gunther de Barcelona, Marcel IV de Vick y Miguel de Monteblanco…. Guifré ha pensado muy bien el momento para extinguir a todos sus enemigos…”
- Vástagos de Barcelona! -Guifré hablaba de manera autoritaria como si fuese su casa- os doy una oportunidad para que vengan a mí o quédense junto a Gunther y mueran al ocaso.
Todos se miraron unos a otros, de repente los Antiguos el primogénito Ventrue Jenari y su chiquillo Lluis Boniel caminaron hacia Guifré. Gunther miró de una manera sorprendida y pensó allí se va Jenári y 200 años de hasta ahora irreconocida falsa lealtad con él. El Primogénito Toreador Godofred, el Nosferatu Fátin ibn Habib y la Brujah Noelia también avanzaron hacia las filas de Guifré de manera immutable. Después de ellos les siguieron muchos más, dejando a Gunther con solo 8 vástagos a su lado.
- ¿Tan sólo son 8 tus fieles en total? – sonrió Guifré
Marcel IV al ver la escena se aproximó a Guifré y dijo, nuestra tierra Vick no pertenece a Barcelona, por lo tanto no me interesa quien sea el conde de esta… Sin embargo, si en el futuro Guifré el Pelos quiere poner su mano sobre mi territorio tendrá que demostrar su derecho en combate. Luego de esto, se agachó haciendo una reverencia ante Guifré y Gunther y luego sin decir más salió. Las miradas de Miguel y Estanislau se miraron un momento y el tiempo no pasó por tan solo un instante. En ese momento Estanislau comprendió que el destino de Miguel y el suyo estaban unidos. Después salió de una reunión donde no quería estar, mas llegó a escuchar como Miguel decía junto con sus 3 caballeros:
- Os equivocais no son 8, por el camino de la caballería y por mi honor como príncipe de monteblanco que ha jurado vasallaje a Gunther de Barcelona sumamos 12 los fieles a él.
“Van a morir!”, fué lo que pensó Estanislau. Mas no comprendía porque sintió segundos antes que no. Luego lo que quedó fue historia. Contrariamente a lo que se esperaba y en contra de todos los vástagos que traicionaron a Gunther. Guifré dejó ir a este y sus fieles deportándolos de sus tierras.
Gunther salió en una caravana con 150 fieles soldados bajo su orden, y lo siguieron otros 200 bajo el mando de sus otros fieles, Miguel de Monteblanco contaba con casi 300 en su tierra. Y entre todos había más de 600 siervos y esclavos yendo con ellos. Miguel se apresuró a insinuar que si Gunther quería podían contratacar apenas llamara a sus hombres. Mas Gunther replicó que no era necesario, “mañana sabré que hacer”. Acamparon casi al amanecer en el límite entre Monteblanco y Barcelona.
Al anochecer siguiente cuando los demás vástagos se levantaban Gunther dió la orden de empezar la marcha de nuevo a Barcelona. Los demás seguidores se miraron y pensaron que Gunther nunca les había parecido tan immaduro.
El antiguo Toreador Sergui (más antiguo que Gunther mismo incluso), Senescal de Gunther le dijó:
-Señor, se que el enemigo deberá estar pensando que nos iremos a refugiar a las tierras de Miguel para esperar un asedio, pero también se que con los pocos hombres que tenemos, ¿Cómo haremos frente a los mas de 2000 de Guifré?. Nosotros los vástagos aquí no dudaríamos en ofrecer nuestra vida por usted, pero yo como su consejero y amante, le debo decir que sus fuerzas están compuestas de solo 200 soldados y 12 vástagos entre los cuales solo hay 2 antiguos señor: La primogénita Malkavian Gwedthi y yo.
-Sergui, no os preocupeis. Lo he pensado ya.
-Dile a los hombres que se preparen a avanzar.
Al llegar a Barcelona, las puertas de la ciudad estaban abiertas de par en par, y las trompetas de bienvenida sonaron por doquier. Todos fueron a acoger al obispo y a su Conde el ghoul Bernardo II de Gotia quien había salido un día para dar caza a un grupo de infieles al Oeste de Barcelona. La ciudad estaba alegre con la llegada de la infanterías y caballería de Guifré el Pelos. Al entrar los 13 vástagos al castillo de Barcelona, Guifré esperaba sentado en el trono de ella a Gunther.
-Guifré, mi señor. –Gunther tomó la muñeca de Guifré y bebió de ella sin decir más.
Todos los acompañantes de Gunther miraban anodadados la escena del vasallaje y más estupefactos aún la escena vista desde las ventanas de la sala del conde. 12 cruces que estaban prendidas en el patio interno del castillo.
-12 cruces, una por cada traidor a tí, mi fiel Gunther - decía Guifré.
-Bien dicho es que los mejores súbditos son enemigos conocidos que traidores por conocer, Señor –Decía Gunther mientras terminaba de sellar el vínculo de lealtad hacia Guifré.
Crónica recopilada por el ventrue Lombardo Ruiz
Prefectura de Kanagawa, Japón 2003
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