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Recompensa
Para que vuestro chiquillo obtenga recursos para rebelarse primero debe retar vuestras reglas. Debe ser confundido.
La progenie que sirve a su Antiguo con distinción a veces debe ser recompensada. A veces, pero no siempre. El Antiguo Superior es impredecible en su afecto y tacaño con sus recompensas. Aunque conciente de lo necesitada que está su progenie por recompensas, el Antiguo Superior siempre hace que esta sienta que no merece ser recompensada. La recompensa siempre debe ser vista como una bendición, un ejemplo de la generosidad del Antiguo. De esta manera el chiquillo siempre está agradecido.
Dar recompensas demasiado seguidas provoca que los chiquillos insolentes comiencen a esperar recompensas. Estos chiquillos malcriados creen que las recompensas se ganan y no se otorgan. Estos chiquillos logran manipular al Antiguo mediante sus acciones si saben que esperar de sus acciones, y si el Antiguo les recompensa seguidamente conspirarán para construir su propio imperio. Ganan el coraje para intrigar contra sus pares ya que confían en la respuesta de su Antiguo. Y si el Antiguo no les recompensa de la manera que ellos creen que es debido caen en rabietas, lastimados y heridos complotarán para responder a su Antiguo como creen que es apropiado.
Un chiquillo que justamente se siente perjudicado es una criatura mucho más peligrosa que una que siempre debe estar buscando nuevas formas para complacer a un amo caprichoso. Sin embargo no siempre se debe retener una recompensa si se ansía demasiado, ya que el chiquillo empobrecido sin nada que ganar o perder es mucho más peligroso que un chiquillo malcriado.
Si se sabe cuando recompensar y cuando no el chiquillo es mantenido bajo el yugo de su Antiguo como un fino corcel. La recompensa es la deliciosa manzana del jinete, y la falta de ella es el látigo que le impulsa a seguir adelante. El dolor es pasajero, y cuando no está el chiquillo está ansioso de complacer nuevamente. Si la manzana se da ocasionalmente el chiquillo pasara sus noches contemplando nuevas maneras de complacer a su amo.
Entre el camino del Antiguo generoso y del Antiguo avaro se encuentra el camino del Antiguo Superior. Este es el camino más difícil, ya que el Antiguo avaro tiene el placer de su riqueza para el solo y el generoso tiene halagos sin fin.
El Antiguo superior debe ser reservado en cuanto a los halagos de sus chiquillos, los halagos de un chiquillo que acaba de recibir una recompensa hacen flotar las cabezas de los Antiguos entre las nubes del ego, pero cuidado, una cabeza que flota es una que se hunde.
Rivalidad
Un chiquillo es una criatura de ambición y energía sin descanso, y si sus impulsos no son hacia vuestro favor son en vuestra contra. No le de descanso.
El Antiguo Superior no espera que su chiquillo mire su posición con envidia, dirige su mirada hacia sus hermanos. Si vuestro preferido le ofende, revierta su posición. Si favorece al último por un tiempo el primero intentará complacerlo., en un intento por volver a vuestra gracia. Si ha el primero le ha dado un golpe secreto temerá que vos conozcáis esto, y que su posición se vea reducida. El último continuará complaciéndolo para mantener su buena fortuna.
El primero detestará al último e intentará hundirlo mientras que este intenta consolidar su posición ante vos. Mientras que no permitáis que en su lucha perjudiquen vuestras pertenencias o a vos, su rivalidad los mantendrá ocupados como para que lo elijan como centro de sus maquinaciones.
No permitáis que realicen estos actos en tiempo de Jyhad, favorezca sus rivalidades en tiempos de paz y golpee a aquel que realice estos actos en guerra.
Peligro
El chiquillo realmente ambicioso, quien conserva vuestras recompensas distribuidas, no intriga contra sus hermanos, o peor, hace la paz con ellos, es un peligro. No importa que crea que es el chiquillo más leal de la progenie de Caín, es él quien presenta la mayor amenaza para vos. Dáñelo.
Póngalo en el camino del peligro, envíelo al refugio del enemigo. Envíelo a espiar la guarida de los lupinos. Las energías que no consume con sus rivalidades internas serán gastadas en sus nuevos deberes. Si los cumplen estos aumentaran su riesgo, si no, no podrá complotar contra su Antiguo.
El chiquillo es una preciada pieza de ajedrez. No lo conservéis por miedo a perder un valuable peón, si es tomado del tablero vos seguís seguro, no menos seguro.
Vínculo
Un chiquillo que sobrevive el peligro es la más grande de todas las amenazas. Es suficientemente astuto como para florecer con las caprichosas e intermitentes recompensas. Es suficientemente sabio como para lograr la paz con sus hermanos, y suficientemente fuerte como para sobrevivir a los adversarios. Destruidle, puesto que puede llegar a ser más grande que vos.
Destrozad su voluntad vinculándole a vos mediante el ritual de sangre, pero temed la ira de los demás antiguos, puesto que ellos justamente temen a un ejército de estos chiquillos. Cuando la necesidad se haga presente se debe asegurar que sus maquinaciones nunca lleguen a su Antiguo.
Muerte
Si el chiquillo resiste el vínculo solo queda un camino abierto para vos, destruidle.
Si vos no le destruís, ya sea por insensato orgullo o insensata compasión el chiquillo os destruirá. Si no podéis destruirle entregadle vuestra sangre, puesto que se la merece, y alabad al nuevo Antiguo Superior.
Extraído del suplemento "Elíseo".