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"Hay tres clases de ignorancia:
No saber lo que debiera saberse; saber mal lo que se sabe, y...
Saber lo que no debiese saberse."
La Rochefoulcauld
Es de noche, la ciudad parece estar anormalmente viva pero nadie nota el coche que avanza rápidamente por una de las principales avenidas. Avanza hacia un sitio desolado, un complejo urbanístico bastante lujoso y apartado, el chofer no se atreve a pronunciar palabra a la persona que va en la parte posterior, es como si el terror y el asco que le produce no pudieran ser superados.
Al fin llegaron a una lujosa mansión situada en una alejada colina.
Yo estaba reunido con Eliot por una cita de negocios, el arconte Ventrue aprovechó la ocasión para interrogarme amenamente sobre ciertos hechos que estaban ocurriendo en mi nightclub, dirás que como lo permití pero hizo uso de su encanto para estimular mi ego y esa es la perdición de los de mi clan.
Llamaron a la puerta, Eliot salió a recibir a su invitado, pensé que era alguien muy distinguido así que me dio curiosidad. Eliot ordeno a su chofer que guardara el coche mientras hablaba con el extraño. Solo pude escuchar cuando dijo:
-Estaba esperándote-, a su loable visitante.
Cuando pasaron a la sala recibí una de las impresiones más grandes de mi vida.
No podía creer como Eliot había permitido que esa cosa entrara en su casa. Se lo que estás pensando y no es porque yo sea un Toreador, no es porque el visitante sea un Nosferatu en una lujosa mansión del arconte del clan Ventrue, es algo más. Es como si una espada rozara tu garganta para evitar que grites mientras te despellejan, o como si vieras desnuda a una mujer de 60 años.
El sujeto caminó de forma lenta y pausada, sus piernas largas y huesudas chocaban entre sí produciendo un sonido espantoso, bastante alto y de contextura algo delgada. Sus brazos anormalmente largos tenían unas manos pálidas y verrugosas pero bastante fuertes. Estaba un poco encorvado y sus omóplatos sobresalían en una curva sinuosa.
Mientras caminaba hacia mí pensé que iba a vomitar, no me creía capaz de siquiera mirarlo. Detallándolo un poco mejor pude ver que llevaba una máscara. Las correas eran de cuero y se aferraban a su huesudo y prolongado cráneo gris. De las correas parecían salir protuberancias al igual que en el lado izquierdo de la máscara. Era totalmente negra, de cuero reforzado y con una extraña letra escarlata en la frente acompañada por un rasguño que surcaba toda la máscara de derecha a izquierda.
En mí había una mezcla de emociones, tenía un asco y un temor atroz mientras ese sujeto caminaba estaba a punto de gritar y salir huyendo de esa casa pero algo me detuvo. Pude ver sus ojos y me pareció ver una furia sin limite, como si estuviera listo para asesinarnos a todos así que decidí comprobarlo.
Usé los poderes de mi clan para echar un vistazo al aura del sujeto, me sorprendió un nítido color azul claro que predominaba el aura acompañado de destellos plateados y visos púrpuras.
Eliot rompió el silencio entre los dos diciendo.
-Shonn, te quiero presentar al arconte Nosferatu que fue asignado para esta ciudad-.
Quería que en ese momento alguien me prendiera fuego y acabara con mi vida, la sola palabra de ese sujeto era como la palabra del mismo justicar Petrodon.
La impresión de asco se quedaría gravada en él y exigiría venganza.
-Encantado-, dije de forma amable tratando estúpidamente de remediar la primera impresión.
Mi sire me dijo una vez: “La primera impresión es lo que cuenta, un vástago se acordara por siglos de la primera vez que te vio.”
Al estrechar su mano me dí cuenta que era bastante pesada y que su alma era oscura y atormentada.
-Lo conocen como “Le Étranger”- dijo Eliot en tono afable.
-Le fue encargada la investigación del grupo de vástagos que atacó tu club hace dos semanas- continuó Eliot.
Quería que mil espadas atravesaran mi pecho o que nunca lo hubiera visto para no tener que hablar con él. Se acercó a mí con su semblante sepulcral mientras sus pesadas botas chillaban contra el piso de mármol y acompañaba el sonido de sus rodillas al chocar.
Solo esa vez escuché su voz y jamás olvidaré lo que me dijo:
-Dígame quien le hizo semejante ultraje a tan selecto espécimen del clan Toreador-.
Su voz era ronca y profunda, parecía la voz de alguien que está a punto de morir por asfixia.
Traté de controlar mi miedo y verme lo más relajado posible, la mirada de aquel sujeto se clavaba en mí como si pudiera escudriñar mi mente y sacar toda la información que le fuera útil.
-No sé, no tengo enemigos- dije en tono airado.
-Todos los vástagos tienen enemigos- respondió el con severidad.
-No recuerdo a nadie- dije un poco temeroso.
-Entonces describa el edificio-.
Su tono imperativo congelo mi animo y entendí que era inútil guardar información. Le hablé de mis negocios, la gente que frecuenta el club, la logística, las puertas de acceso y si me lo hubiera pedido le habría dado también mis claves y números de cuentas bancarias porque en realidad parecía que estaba en mi mente y sabía de antemano lo que respondería.
Después de un interrogatorio de 10 minutos se levantó de un sillón tapizado con damasco rojizo y bordados de oro.
Sacó una pequeña cinta y se la entrego a Eliot mientras le decía:
-Yo me encargaré, mantén vigilada la zona y llámame si hay inconvenientes-. Eliot sonrió y lo acompañó al coche y este se alejó por la misma entrada por la cual entró hacia la ciudad.
Eliot no podía evitar reír mientras sostenía la cinta. Yo le miraba entre dubitativo e irónico, al fin me atreví a preguntar.
-¿Qué es eso?- .
-Tu declaración- sonrió Eliot.
-En esta pequeña cinta está todo lo que le dijiste a Le Étranger, así garantizamos tu cooperación- decía mientras acercaba a sus labios un vaso de cristal de Murano y bebía la sangre de una de sus criadas, la cual había acabado de servir antes de que llegara el arconte Nosferatu.
Al escuchar la noticia quería matarlos a los dos, en la declaración comprometí a varios vástagos importantes de la ciudad y afirmé que cierto grupo de Lasombras lo frecuentaban. Ese era el servicio que daba a la Camarilla. Información sobre los movimientos del Sabbat.
Fácilmente podían argumentar que yo era un conspirador y el príncipe exigiría una caza de sangre. Nadie dudaría de la palabra de 2 arcontes. Uno poderoso e influyente como Eliot Vann Hallen y otro tan despiadado y efectivo como “Le Étranger”. Ahora entiendo porque lo llaman el forastero.
Pelear contra el arconte sería una pérdida de tiempo, su sangre es más potente y poderosa que la mía y podría arruinarme con solo hacer una llamada. Tal vez será una trampa, ¿Quién lo sabrá?.
Miré fijamente los ojos de Eliot tratando de buscar una explicación pero no encontré nada.
-¡¡Quién es ese monstruo!!- grite desesperado.
-Es simplemente uno de los arcontes más temidos, se especializa en espionaje y cacería de diabolistas- dijo Eliot calmado. -Si te calmas y lo deseas puedo contarte todo lo que quieras sobre él-.
Nos sentamos en los finos muebles de caoba tapizados con damasco, me ofreció una copa de sangre que enseguida rechacé. Eliot adoptó una postura solemne y empezó a contarme una historia difícil de creer.
“Nadie sabe a ciencia cierta quién es su sire ni cuanto tiempo lleva con vida, como pudiste darte cuenta es bastante anormal y creo que lo disfruta.
Lo conocí hace 100 años y Brighite, una antigua de tu clan me habló de él. Me contó que hace 200 años, su sire, un vástago bastante loable entre la comunidad Toreador en París de nombre Francois Villen se fijo en un joven bastante apuesto, cuyo talento en la pintura y gran riqueza lo hacían merecedor de concederle el abrazo. Lo observó durante casi un año y al fín se decidió por darle el abrazo en una fiesta de disfraces que concedió en su mansión.
Francois tenía un enemigo acérrimo de muchos años, un Nosferatu del que se burló por investigar si había una especie de cura Taumaturgica que le pudiera dar una apariencia normal. Francois no solo se burló de él sino que sedujo a la mujer de la que estaba enamorado, una hermosa vástago del clan Ventrue conocida como Alicia de Lancree.
Esto destruyó al pobre Nosferatu, el cual tenía una posición envidiable en la camarilla y en su clan. Tenía un poder asombroso y su estudio en el arte de la taumaturgia lo hacían peligroso y fue así como en venganza se disfrazó entre los asistentes, el poder del antiguo destruyó a los guardias y le permitió colarse en la mansión. Usó las artes propias de su clan para disfrazarse acorde con la ocasión. Invitó al joven al jardín y estuvieron hablando amenamente, descubrió que el muchacho era completamente feliz y que no deseaba el don de la eternidad, parecía un alma adelantada a su tiempo pero al ver a Francois paseando con Alicia se convirtió en furia y desveló el engaño, Francois corrió lo más rápido que pudo para auxiliar a su pupilo pero solo pudo contemplar como se hacía el acto realidad, la sangre del antiguo entro en la boca del muchacho quién se transformó en una imagen viva del odio de su sire. El asco y el dolor impedían que Francois se acercara a su pupilo, Alicia sólo lloraba mientras contemplaba la escena. El antiguo Nosferatu sonrió satisfecho al ver su venganza consumada pero sintió pena por el chico al que le había robado su felicidad. Caminó lentamente hacia él y pudo ver su rostro, un rostro tan abominable que petrificó al antiguo y lo hizo enloquecer de pena y remordimiento.
El joven contempló extrañado sus manos y entendió que algo no estaba bien, por alguna razón no se sentía bien y al verse en una fuente estalló en llanto y su ira acabó con Alicia mientras el Toreador y el Nosferatu peleaban como neandertales.
Cuando el antiguo entró en razón raptó a su chiquillo y huyó. Fue allí cuando la transformación Nosferatu dio comienzo y tres noches después termino la obra. El chico estaba trastornado, se volvió loco durante algún tiempo pero gracias a su sire encontró un poco de alivió. El sire diseñó una máscara que el propio chiquillo decoró, el sire conjuró los broches para que no pudieran ser abiertos y así el chiquillo se transformó en Le Étranger, la personificación del odio que siente su clan.
Gracias al entrenamiento del antiguo Étranger pudo dominar sus poderes y se convirtió en un agente único usando su aspecto para desentrañar secretos.
¿La voz?, eso es simple. El antiguo apretó muy fuerte su garganta mientras succionaba su sangre y prácticamente lo asfixió para obligarlo a consumir la suya.
Esa herida no pudo ser sanada con vitae y por eso parece que estuviera ahogándose.”
-Pero es tarde, creo que deberías ir a descansar, has pasado por muchas cosas así que mejor vete. Pero antes recapitulemos-. Los ojos de Eliot se clavaron en los de Thomas mientras empezó a describir una serie de eventos.
-Hoy fuiste al nightclub para hacer la cotización de las reparaciones, te subiste al coche y mientras venías para acá te pasaste un semáforo en rojo. Llegaste a mi casa a las 9:30 PM para hablarme de la remodelización, hiciste una broma acerca de mi traje y nos sentamos en la sala, no bebiste la copa que te ofrecí porque según tú estabas lleno y me dijiste que tomara con confianza. Después fuimos a ver una nueva escultura que me proporcionó un artista al cual patrocino y te impactó muchísimo, vestía un gabán negro acompañado de un pantalón de cuero con una extraña correa que pasaba por su pecho, un sueter negro de cuello de tortuga y unas botas militares. Una máscara de cuero negra con adornos escarlata y broches de bronce cubría su cara que al parecer presentaba una ligera protuberancia. El sonido de la fuente parecía un chasquear y comentaste que si estuviera vivo sus rodillas sonarían así, después de decir que era el sujeto más asqueroso y terrorífico que habías visto, que ni siquiera el más horripilante de los Nosferatu se le acercaría me reprocharme el comprarla y me aconsejaste que la guardara en el desván para que nadie la viera. Después regresamos a la sala y empezamos a confirmar una cita para hacer la transacción pertinente, me acabas de proponer que te llame mañana a las 7:00 PM-.
En ese momento Thomas despierta de su trance y Eliot luce bastante fatigado. Thomas lo mira desconcertado recordando exactamente todo lo descrito por Eliot.
-¿Te sientes Bien?- pregunta un tanto alarmado.
-Creo que la sangre que bebí estaba un poco infectada o algo así- dijo Eliot fatigado.
-Entonces te dejo descansar-.
-Gracias-.
-Espero tu llamada, mañana a las 7:00 PM- dice Thomas sonriendo.
-Seguro-.
Después de la corta despedida el reloj marca la 1:45 AM, Elliot se va conduciendo en su coche deportivo y se aleja. Thomas sonríe satisfecho mientras saca la cinta de su bolsillo, la mira muy de cerca mientras murmura de camino a su cuarto.
-Que tengas dulces sueños Elliot, esta será una larga noche-.
Sigmund Sven : reptil07@hotmail.com.