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Por miles de años, la Vampiros Occidentales han desolado el Mundo de la Oscuridad. Claman como su descendencia al Primer Asesino, Caín. Estos parásitos han acribillado el Viejo y el Nuevo Mundo por igual. La influencia de los hijos de Caín, subvierte y pervierte las categorías más altas del gobierno, economía y cultura de los mortales. Nada, según ellos, escapa a su toque corruptor. Pero están equivocados.
Este reino elude sus garras: la antigua tierra de Asia. Aunque Asia ofrece incontables riquezas y océanos de sangre, los Occidentales que vienen aquí lo hacen con miedo y mucha sutileza. Desde las noches de los galeones, los Vampiros Occidentales ha intentado explotar estas tierras para encontrarse con un depresivo y horrible fracaso.
Pero es otro tipo de vampiro el que dirige las noches de Asia. Estos vampiros desprecian el mito de Caín - para ellos son grupos de espíritus y demonios, más no indulgencias derivadas de la generación - el respeto, el poder y la edad son los privilegios que se deben ganar. Su maldición no es un abrazo inútil aleatorio, como el abrazo que reciben los occidentales, sino una deuda karmica que tiene que ser pagada. Su Bestia no es un adversario insensato, pero es un arma de doble filo. Es así como los Vampiros Occidentales han tenido que aprender, para su consternación, que sus contrapartes del Este han desarrollado poderosas facultades y poderes arcanos.
Enemigos Afines
Misterio y misticismo son las marcas de calidad del exótico Oriente. Ningún volumen único puede explorar todos los secretos de Asia y es por eso que cada compendio se abre para dar a conocer otra capa más compleja que la última. Para los vampiros del Este (Kuei-jin), los acertijos se mueven desde lo sublime a lo esotérico, de lo diabólico a lo celestial. Las preguntas están sobre la mesa; y ahora es el momento de contestar.
Buscando prestigio e influencia, los vampiros de la Camarilla y el Sabbat esparcen sus brazos a través del océano a las cortes de Asia. Cada secta hace uso de sus recursos y conocimiento propio para obtener control sobre los millones de mortales del Este, y para tener total dominio sobre los vampiros de ese territorio. En sus juegos de guerra, ellos pelean por el poder en las ciudades...
Los Kuei-jin tienen poca tolerancia para con los gweilo - los indeseables vampiros extranjeros - que plagan sus tierras. La sociedad de los rabiosos ancianos Cainitas no son nada más que locos maldecidos perdidos en el ansia de conseguir poder temporal. Esos ateos no tienen ningún respeto ni comprensión. Su misma sangre ensucia la tierra y da origen a gimoteos en el mundo de los espíritus. Tales tipos de amenazas no pueden permanecer ni permitirse en la sociedad civilizada - y por esto los Kuei-jin tranquila y eficazmente luchan por quitar de su camino a aquellos ignorantes que traten de alterar el Gran Ciclo.
Para algunos Kuei-jin, como era de esperar, el Reino Medio no es suficiente. ¿Si los Cainitas van de todos modos al Reino Medio, no será más que seguro que también quieran infestar todos los rincones del mundo? ¿Cómo se puede vencer a los enemigos si no se sabe de sus maneras y tácticas? Y por esto, entre otras razones, los Catayanos (Kuei-jin) finalmente se dispersaron de sus hogares tradicionales, para al final tomar bajo su mando los avances en un mundo que está cayendo rapidamente en la Sexta Era. La gran pared se derriba: ahora, los Kuei-jin y los Kin-jin (vampiros occidentales) están parados frente a frente, cara a cara, y es así como los elegidos del infierno deberán probar sus fuerzas o perecerán.
Kin-Jin en Asia
La maldecida estirpe de Caín no comprende límites. Inútiles para cuidar sus propias tierras, ellos contaminan el Reino Medio con sus prácticas poco armoniosas. De capacidades y temperamentos variantes, todos ellos comparten las características comunes de torpeza y una carencia de iluminación. Su sola presencia perturba el Chi de las tierras, y muchos Kuei-jin creen que la presencia de los Kin-jin sirve solamente para acelerar la llegada de la Sexta Era.
Los Kin-Jin no son odiados solamente por alguna antipatía cultural. Más bien, su misma sangre - los medios por que ellos sobreviven y medran - es un ultraje aún para los Catayanos. Cuando un Kin-jin hace llamados sobre su sangre, rasga la corriente de Chi de energía a su alrededor. Esta perturbación puede ser sentida por cualquier Kuei-jin a simple vista, y es particularmente visible a aquellos que tienen conocimientos en las Artes del Chi. Convencidos de la destructividad de tal uso impío de Chi, los Kuei-jin cazan y destierran a cualquier Kin-jin que esté en el Reino Medio - eso si los Kin-jin son suficientemente afortunados de sobrevivir al encuentro.
Extracto del libro "Vampiros Orientales" (Kindred of the East).
Traducido por: Mayka Shezard : lucecita@wildmail.com