CLAN DRACUL

       "Y entonces los dragones levantaran sus garras, recordando su naturaleza; y si entonces ellos consipraren en gran numero para perseguirles, entonces aquellos encontraran un obstaculo, y callaran su poder, y levantaran el vuelo.
             - Evangelios Apocrifos, 2 Esdras 15:31-32


       Degenerados, surcadores de las noches, eso es lo que nos habéis llamado durante siglos. Nos habéis expulsado de vuestra sociedad con la esperanza de que nos diluyéramos y murieramos; aún así hemos prosperado. Habéis sido tentados para cazarnos y vernos crucificados, y aún así sobrevivimos para ver otra noche más.

       Vuestros inútiles Príncipes y vuestros inútiles Concilios, con vuestros cónclaves y vuestros discursos, que os han llevado a la inútil creencia de que ostentais el poder. Y vosotros, patéticos líderes del Sabbat, que pensáis que poseeis la alternativa real al poder de la Camarilla. Os enloquecéis vosotros mismos. Os enseñaremos el verdadero significado de lo que es ostentar el poder.

       Lo que no veis es que sois vosotros los que realmente sois manejados por nosotros. Incluso ahora controlamos el funcionamiento de muchos de los procesos internos de la sociedad de los Vástagos, y lo hacemos sin depender de vuestros rangos y clanes. Podéis buscar cuanto querais, pero nunca nos encontraréis porque estamos en todas partes.

       Nos llamáis la desgracia, cuando sois vosotros los que creeis que iremos pacíficamente a que nos vendáis a nuestros enemigos. Nos expulsasteis, cuando sois vosotros los que buscáis convivir pacíficamente entre seres inferiores. Cuando llegue nuestra hora, os enseñaremos el verdadero destino de la Estirpe. Entonces os arrodillaréis y nos adoraréis como ahora adoráis lo que os queda de vuestra preciosa humanidad.

       Capítulo Uno: "Vastagos, Unios!"

       Los Cielos seran alimentados por la oscuridad Tanto de dia como de noche
             - William Shakespeare, Enrique IV, Parte 1


       Aaron miró alrededor nervioso mientras se acercaba a la reunión. Cuanto más se acercaba a la multitud por detrás de el mas lo podía sentir. Su peso le oprimía, casi causando que se detuviera y corriera hacia atrás. Pero, al mismo tiempo, le atraía cada vez mas. No estaba seguro de lo que era, pero sabía que quería ser parte de aquello. Aaron miró a Constanza. Ella le había invitado a venir esta noche, o se lo había ordenado, era difícil de decir. Constanza se acercó a él sonriendo temerosa, pero con dignidad. Había algo en Constanza que atraía a Aaron de forma salvaje, el hecho de que mantuviera un halo de elegancia en todo lo que hacia.

       "Aquí hay mucho poder", dijo Aaron rompiendo el silencio.

       "Sí", contesto Constanza, "más poder del que hayas imaginado jamás"

       "¿Cómo puede haber tanto poder en este sitio?", pregunto Aaron, "¿Quizá porque han venido tantos juntos?"

       Constanza miró a Aaron por primera vez desde que llegaran a este lugar, "En parte, jovencito. Es cierto que una reunión como esta sólo puede ayudar a generar un gran desencadenamiento de poder, pero la mayoría del poder que sientes viene de aquel de allí".

       Constanza gesticuló hacia un grupo de hombres y mujeres. Estaban rodeando a un hombre alto y robusto, vestido con una túnica roja que llevaba bordada un dragon negro en la espalda. Era probablemente la criatura mas bella que Aaron había visto nunca.

       "¿Quién es?", pregunto el joven neonato, "¿y por qué los otros le tratan con tanta reverencia?"

       Los ojos de Constanza no se apartaron de la alta y galante figura del hombre que permanecía ante ellos, "Su nombre es Martin. Es bastante joven para ser uno de los nuestros, pero posee un poder que rivalizaría con muchos vastagos que multiplican su edad. Es uno de los chiquillos de nuestro progenitor".

       Los ojos de Aaron se abrieron como platos ante las palabras de su Sire. La idea de estar en presencia de alguien tan cercano al fundador de su clan le atenazaba los nervios. Tras unos momentos, consiguió articular su voz "¿Es uno de los chiquillos de Dracula?".

       Constanza sonrio, ante la reaccion de su chiquillo. "Sí, pequeño, lo es".

       "¿Qué está haciendo aquí?"

       Constanza fijo su mirada en Aaron, "El es la razon por la que estamos aquí, en Transilvania. Él es el que vigilará el plan de esta noche, como siempre hace, como siempre ha hecho durante todos estos años". "Trátalo con respeto, pero mantén tu dignidad. Lo que más odia es ser considerado un dios. Siente que es una burla hacia su misión que la gente se postre a sus pies".

       Aaron dejó que las palabras de Constanza se perdieran, pero antes de que pudiera responder, se encontró ante el hombre del que hablaban. Martin era mas alto de lo que Aaron se había percatado. Medía más de dos metros y su presencia era imponente.

       Martin miró a Constanza y sonrió, la tomo en sus brazos y le dio un abrazo calido, "Stanza, me alegro de volver a verte. Nuestra reunión estaría vacía sin ti. ¿Y quién este joven?" Aaron sintio un escalofrio cuando los ojos del hombre se posaron en los suyos.

       "Es Aaron", dijo Constanza, "ha venido para presentarse ante el clan". La presencia de Martin hizo palidecer a Aaron. Martin le acogió en sus brazos de igual forma que habia hecho con Constanza, "Al fin has traido a alguien de tu sangre a la hermandad."

       Martin se separó y le miró de arriba abajo. "Si lo hace bien esta noche podría ser una buena adquisición para nuestra sangre". Sus ojos buscaron los de Aaron una vez mas, pero ahora de forma más afectuosa, "Quizá algún día también te unirás a la Orden como hizo tu Sire". Aaron los miro a los dos, confuso "No se lo que quieres decir, ¿qué Orden?"

       Martin posó una mano en el hombro de Aaron, "Algún día, cuando estés preparado, Stanza te lo dira. Hasta entonces, te basta saber que perteneces a una línea especial en nuestro clan, y encontrarás esto muy útil en el futuro".

       Nada de esto aclaró las ideas de Aaron, pero no pudo evitar sentir cierto orgullo al haber escuchado estas palabras de la boca de alguien como Martin. Constanza le cogió del brazo y le condujo a tomar asiento en la reunion.

       El grupo formó un círculo alrededor de dos hogueras con una plataforma levantada entre ellas. En la plataforma había un altar y una cesta de madera que contenía una espada. Pronto comenzó el cántico.

       El sonido de las voces recordaba a Aaron los cánticos gregorianos de los monjes benedictinos. Provocaba un sentimiento de paz e incluso incrementaba la sensación de poder que flotaba en el ambiente del lugar. Mientras los cánticos crecían, Martin subió las pequeñas escaleras para situarse sobre el altar, se volvió para estar de cara a la multitud, colocó sus brazos de forma que a Aaron le recordaban la forma de un crucifijo. El cántico subió de volumen hasta que Aaron pensó que enloquecería por el sonido. Justo cuando el terror le asaltaba ante el estruendo, el cántico terminó. El silencio cayó como una losa.

       Martin habló, "Hermanos y Hermanas de sangre, nos hemos reunido de nuevo aquí, donde nuestra línea fue fundada, para, una vez más, presentar a aquellos que podrían ser aceptados en nuestro clan. Esta noche nos reunimos para celebrar nuestra unidad como clan tal y como algun día celebraremos nuestra unidad como estirpe en todo el mundo".

       La multitud murmuró las primeras palabras como si de una congregacion de iglesia estuviese escuchando a uno de los evangelistas. Martin pareció ignorarlos. Sin detenerse continuó dirigiendose al grupo.

       "Esta noche traemos al grupo el primer chiquillo de uno de los mejores entre nosotros. Bienvenido, Aaron, progenie de Constanza".

       Aaron sintio la llamada que le impulsaba a abandonar su puesto en la reunión. Constanza tocó su mano mientras él abandonaba su puesto con la mirada baja. El fuego no le causaba terror en este instante. El ambiente calmaba su espíritu, y las llamas parecían infundirle vigor. Cuando Aaron subió a la plataforma, Martin le miró. Por instinto, comenzó a arrodillarse ante él, y Martin posó una mano sobre su cabeza. "Aaron, progenie de Constanza, progenie de Gerant, progenie de Athena, progenie de Carmilla, progenie de Vlad, llamado Dracula, ¿juras lealtad eterna al clan Dracul?".

       Sin pausa, Aaron contestó "Sí, juro"

       Martin continuó, "¿Juras servicio a los miembros del clan Dracul, ayudándoles en momentos de apuro e incluso con la muerte, defenderles y al clan Dracul?"

       "Sí"

       "¿Juras evitar cualquier acto que cause perjuicio al nombre del clan Dracul?"

       "Lo juro"

       "En el momento en el que traiciones el juramento que has tomado ante esta reunión ante tus compañeros de clan, ¿ofreces tu vida a cualquiera que pueda dar pruebas de tu traición?"

       "Daré mi vida"

       Martin se inclino ante el altar y cogió un gran cáliz. Entre las joyas que lo decoraban, Aaron vio el relieve de un dragón tallado en ónice. El dragón era idéntico al que adornaba la toga de Martin.

       Martin sostuvo el caliz enjoyado y miro a la multitud. Lo bajo de nuevo a la altura de los ojos de Aaron. Esta vez Aaron pudo oler el contenido... sangre. Olía de forma más dulce, y más fuertemente que la sangre que Aaron había tenido la oportunidad de probar hasta entonces. Martin habló de nuevo "Entonces, sobre este juramento, prueba el contenido de esta copa, la sangre de nuestro fundador, y vuélvete uno con nosotros."

       Aaron sorbió del líquido puesto ante el. Martin tuvo que apartar la copa antes de que Aaron bebiese demasiado y no hubiera suficiente para el resto de los que tenían que ser presentados esta noche.

       "Levántate, Aaron, y participa en la reunion como un miembro del clan Dracul".

       Aaron se levantó y se volvió hacia la multitud, embriagado por el poder de la sangre. Oyo los comentarios de aprobación y buenos deseos mientras volvía a su sitio en la reunión, junto a Constanza. Ella sonrió aprobadoramente y dijo "Disfrútalo, no muchos vástagos tienen la oportunidad de probar la sangre de un antediluviano". Inclinó su cabeza y le besó apasionadamente recogiendo la sangre que quedaba en los labios de su amante, su chiquillo.

       Capítulo 2: Dragones y Demonios (El nacimiento del clan Dracul).

       Debe notarse que la historia del clan Dracul es, en su mayor parte, la historia de su fundador, Vlad el empalador, Drácula. Las actividades pre-vampíricas de Vlad están bien documentadas en muchos libros históricos y ningún libro de folklore vampírico está completo sin su mención. Obviaremos pues la mayor parte de su historia de sus días mortales y comenzaremos cuando la historia real empieza.

       La crueldad y los métodos sanguinarios de Vlad le han convertido en uno de los gobernantes más temidos y despreciados. A pesar del hecho de que torturó y asesinó a miles de rumanos a los que consideraba enemigos del Estado, su propio pueblo le consideraba un héroe nacional. Durante su reinado, lo que más le reconforto fue su mujer, Cneajna. Tras su suicidio en 1462, que marcó el inicio de su exilio de Valaquia durante cuarenta años, Vlad se obsesionó con la muerte y como podría conquistarla. Comenzó a estudiar las prácticas más secretas de ocultismo hasta que por casualidad hizo el descubrimiento que le cambiaría la vida por siempre. Vlad había oido hablar de los vampiros de la region. Recordaba historias de poderoso vampiros con habilidades mágicas que montaban grandes bestias aladas. También oyó historias sobre criaturas que podían cambiar la forma de la carne y los huesos para crear horrendas perversiones de los hombres, o hacerse a sí mismos más bellos que cualquier criatura de la naturaleza. Drácula creía que esas historias eran mera superstición, pero descubrió que no.

       En principio, las tradiciones del Clan Dracul son adaptaciones de algunos aspectos de los clanes Tzimisce y Tremere, pero en profundidad son más complicadas y secretas. Como los Tzimisce, los Dracul tienden a ser extrañamente leales a sus sires, y normalmente actúan como ayudantes, aprendices o incluso sus bibliotecarios. Sin embargo, esta lealtad no depende de los vínculos de sangre, sino del hecho de que saben que el resto de la Estirpe no confía en ellos, y que no durarían mucho como neonatos sin la tutela que sus Sires les ofrecen a cambio del servicio. También puede actuar de incentivo el hecho de que aquellos que sin haber sido presentados al clan se niegan a obedecer alguna orden de sus sires, suelen ser asesinados por estos. Aquellos que prefieren no mancharse las manos con la sangre de sus chiquillos rebeldes, sulen expulsarles de sus refugios, y mientras el neonato busca otro refugio desesperadamente, le envían una nota anónima al Principe de turno revelándole la verdadera identidad de su chiquillo, y de que clan procede. Estos chiquillos tienden a desaparecer y se hace muy poco, si es que se hace algo, para esclarecer lo que ha pasado por parte del clan Dracul. Los Príncipes y demás vástagos tienden a mirar hacia otro lado cuando un Dracul se "desvanece" o es encontrado muerto.

      La mayoría de la progenie de los Dracul, sin embargo, sirven a sus sires no por el respeto hacia su posicion, sino porque así pueden obtener una sabiduria que de otra forma no podrían obtener (en forma de rituales koldunicos, normalmente).

       La Senda del Dragón

       Ética.

       Teme tu poder, pues los que no lo hacen enloquecen con su uso y son maldecidos con la muerte a causa de su vanidad.
       Busca toda la sabiduría que puedas adquirir, pues al final esa es la verdadera fuerza y poder.
sigue cuando debas. Saber cuando hacer una cosa u otra es la llave a la verdadera sabiduría.
       Lucha con ferocidad, pero reprime tu ira. Deja que tu rabia alimente tu lucha, pero nunca dejes que te controle, pues te convertirás en una criatura instintiva en vez de racional.
       Comparte tu sabiduría y experiencia, pero con cautela. La sabiduría es tu poder, y demasiada concedida demasiado pronto sólo puede conducir al desastre.
      

Jerarquía de Pecados
10 Mostrar tu poder innecesariamente.
9 Cesar en la busqueda de sabiduría sobre ti mismo y el mundo a traves de la meditación.
8 Negarte a compartir tu experiencia con otros a los que sería útil.
7 Vanagloriarte de tu sabiduría ante otros.
6 Atacar por la ira.
5 Rechazar una oferta de consejo y/o aprendizaje por parte de uno de tus antiguos.
4 Matar por ira.
3 No calibrar todas las partes de una situación antes de actuar.
2 Rechazar ayudar a otros en su búsqueda de la sabiduría.
1 No resistirte al Frenesí.

Por Steve Darnell : bladrunr@aye.net