La Danza del Dragón Asesino

       Virtud: Yang

       La jaula del aliento liberó a un pájaro.
       Anidó entre los barrotes y reposó sobre la paja.
       Las alas de pájaro eran montañas
       Cubiertas de bosques.
            
-- Los Sutras de la Sangre.

       Como los árboles, los Arco Iris que Ríen del Dharma del Dragón Asesino surgen del suelo fértil y se unen con el cielo encendido. Estos vampiros están todo lo vivos que pueden estar los no-muertos. Llenos de energía vital, los seguidores del Camino Verde recuerdan a las fuerzas de la Naturaleza: demasiado poderosas para ser acalladas, demasiado vívidas para ser reales.

       Estas fuerzas inspiraron a Xue para bajar su bastón y meditar. Mientras una tormenta alimentaba los ríos y la hierba, el Arhat dejó a un lado su miseria y se consoló en la lluvia. A su alrededor las hormigas se arrastraban; a su espalda los insectos se escabullían. Rodeado por diez mil hojas, los pájaros se llamaban los unos a los otros. Por mucho que lo intentara, Xue era incapaz de acallar el incontenible pulso de la Vida. Al final, la lluvia amainó y el Arco Iris apareció en el cielo. Xue rió cuando los pájaros atravesaron sus colores, y en ése momento despertó.

       Movidos por una fuerza demasiado poderosa como para ser encerrada, estos dragones se revuelven como serpientes inquietas. Su comprensión procede de las señales vivientes y del murmullo de los bosques. Por lo que a ellos concierne, la creación es un Arco Iris: Ilusorio, pero demasiado colorido como para ignorarlo. En sus tonos perciben la unidad y la simetría del Cielo. La idea, tal y como la ven los Dragones, es experimentar cada uno de los colores con la mayor intensidad posible. Como amantes de la Reina Escarlata, encarnan su fuerza vital: como primos del Dragón de Ébano, lo someten o perecen en el intento.

       Por lo general, los Arcos Iris que Ríen son desordenados y vulgares, y disfrutan de fiestas salvajes y orgías alcohólicas, celebraciones que también incluyen “entretenimiento” en vivo. Tailandia, Camboya y Malasia ocultan templos del Arco Iris tan infames, que hasta los vampiros los evitan. La Senda del Dragón Asesino no es malvada en sí, pero su acercamiento agresivo hacia la vida suele incluir la fornicación de todos los modos concebibles (y algunos inconcebibles), voluntariamente, o por la fuerza.

       Por supuesto, estos Kuei-jin hacen algo más que copular. Ignorando las restricciones sociales, explotan la infinita exuberancia de la vida mediante las artes marciales y las prácticas tántricas. Como la vida asume diez mil formas, casi todos los Dragones Asesinos dominan las artes de la transformación. Para correr junto a los animales, antes hay que convertirse en uno de ellos.

       El estudio requiere de sujetos adecuados. Mientras la lejana Flor de Hueso vaga por los cementerios, el Dragón Asesino recorre las ciudades, los bosques y los mares. Su ferocidad atrae a otras criaturas a su lado, y muchas de ellas se unen voluntariamente a su danza. Carismáticos como los tigres, éstos vampiros reverencian a sus víctimas, aun cuando les roban la sangre que les da la vida. El recipiente es divino en la senda del Arco Iris, más que el demonio que lo consume. Cuando el festín termina, se lleva a cabo un ritual de agradecimiento. Es importante honrar a los guardianes del Yang, aunque les estés escoltando hacia el otro lado.

       La Senda del Dragón Asesino es muy animista. Observando atentamente la Naturaleza, cada Arco Iris ve a los espíritus bajo la piel de la vida y los honra con agradecimientos, regalos y ritos. Los más hábiles pueden ir más allá de la Muralla y hablan con los espíritus en su propia lengua. Los más jóvenes reconocen a los Kami y les ofrecen su respeto. En sus momentos más calmados, un Dragón Asesino puede ser amable y compasivo. Como la madera, crece alto y fuerte, aunque se dobla antes de partirse. Nutre la vida, pero se alimenta de ella sin remordimientos. Su Camino es mantener la frescura del Ciclo.

       Entrenamiento: antes de su muerte, muchos Dragones Asesinos negaban su carne, pero todas estas represiones vuelan por los aires cuando la deuda Kármica pasa su factura. Algunas personas ferozmente carnales regresan para terminar lo que iniciaron en vida, pero casi todos los Arcos Iris aprendieron a reír sólo tras su muerte. En los ritos de los Dragones Asesinos tienen mucha importancia las posturas tántricas. Copulando con un compañero vivo, el vampiro roba su energía, refinándola en potente Chi: la fuerza vital que muchos negaron con anterioridad.

       Debilidad: como podía esperarse, los Dragones Asesinos son violentos, desvergonzados, impulsivos y lujuriosos. Muchos van desnudos, o prácticamente desnudos y disfrutan ignorando las normas sociales. Para estos vampiros, la iluminación se encuentra en la confrontación, y hacen todo lo posible por iluminar a todos los que le rodean.

       Esa voracidad va más allá del sexo; el hambre toma un giro literal en la filosofía de los Dragones Asesinos. Ansiosas por conseguir Yang, éstas criaturas suele comerse crudas a sus presas (y normalmente también vivas). Aunque se ha dicho de los Arcos Iris que Ríen que son caníbales, no devoran vampiros. Un Dragón Asesino normal piensa lo mismo de la Diablerie que de comerse a un gato muerto y putrefacto.

       Sin embargo, bajo toda esa diversión muchos Dragones Asesinos se odian a sí mismos. En cierto modo, su hambre es una negación de aquello en lo que se han convertido. Consumiendo fuerza vital esperan secretamente deshacer su maldición; no funciona, pero no dejan de intentarlo. No hace falta decir que estos apetitos no han hecho muchos vampiros para la Secta; los vampiros Budistas encuentran a los Dragones Asesinos especialmente repulsivos, y a menudo rechazan su presencia en sus cortes.

       Augurios propicios y símbolos: arcos iris, tormentas, flores, sangre, símbolos de yoni y lingam.

       Afiliaciones: madera, el número tres, el color verde y la dirección este.

       Conceptos: artista, prostituta, doctor, terapeuta, tantrica, granjero, intérprete, silvicultor, ecoterrorista, aventurero, activista, caníbal.

       Cita: “Puede que esté muerto, pero siento más profundamente que cualquier alma viva”

       Principios:

             1. Entra en sintonía con la vida en todas sus formas.
             2. Medita sobre las pasiones; no las niegues: experiméntalas.
             3. Emplea tus poderes como un granjero sus aperos: rompe los tallos, cosecha el arroz, esparce las semillas y ayúdalas a crecer.
             4. Ayuda a todas las cosas vivas. Si una criatura parece moribunda, consúmela y devuélvela al Ciclo.
             5. La media-vida es un estado abominable. Intenta estar todo lo vivo de lo que seas capaz.
             6. Guía al sol cada mañana. Duerme cuando ya se haya alzado.
             7. Ríe a menudo y ayuda a los demás a ver el humor de las sombras.
             8. Protege a los espíritus. Sin ellos, la danza de la vida se detiene.

       Sendas Rivales:

             El Tigre-Diablo: la poesía del dolor disfraza su ignorancia. El único color que ven es el rojo de la sangre.
             La Grulla Resplandeciente: respondo ante una ley más antigua que la tuya. Crúzate en mi camino y la espada estará en mis manos.
             La Canción de la Sombra: dulce hermana, por favor, deja de llorar. ¡Toma mi mano y ríe!
             Los Mil Susurros: El ciempiés no es inmune a su propio veneno.
             Vástagos: ¿bebiste la sangre de una cosa muerta? (ruido de la cabeza de un vampiro siendo arrancada y arrojada a un cubo de basura) ¡Ahí es donde deberías estar!

Sardum.