Facciones dentro del Clan Lasombra

       Los Lasombra, como individuos, ven el mundo y su papel en él de muchas formas distintas. En aras de la supervivencia, los vampiros con tendencias similares tienden a unirse, sobre todo en el Sabbat. Sólo se unen con Vínculo a aquéllos que les gustan o a los que respetan al menos hasta cierto punto.

       La mayoría de subculturas Lasombra no tienen organización ni una denominación definida. Son puntos de vista, más que instituciones. La única institución que afecta a todo el clan es el Tribunal de la Sangre (y los Amigos de la Noche, por detrás de éste). Todo lo demás no es oficial. Un grupo que consiga la organización y fuerza suficientes para desafiar a los Tribunales sería adoptado en los Amigos o destruido, dependiendo de cómo sus líderes defiendan el caso.

       Los Sin Faccion.

       ¿De qué demonios estás hablando?
             - Druitt, miembro de manada, Detroit


       La mayoría de Lasombra se identifican así: "Soy Lasombra y soy Sabbat". No se preocupan demasiado por otros detalles, y no se sienten impulsados a identificarse con cualquier otra clase de subgrupo.

       Los Sin Facción no son seguidores del estatus quo sin mente, o al menos no tienen por qué serlo. Muchos de ellos toman parte en los debates sobre las políticas futuras de los Amigos de la Noche y del Sabbat como conjunto. Discuten cómo tratar con los Lasombra antitribu, quiénes son los enemigos más poderosos del Sabbat y otras cuestiones prácticas.

       Los Lasombra sin facción tienen muy diversos puntos de vista sobre la atención que deben prestar a la herencia de su clan. A veces es inevitable, debido a la Disciplina propia del clan y el papel de éste en la historia del Sabbat. No todos los Lasombra aprenden Obtenebración, y por supuesto gracias al intercambio de sangre entre compañeros de manada, algunos no Lasombra la aprenden. Algunos vampiros se deleitan en el hecho de descender del clan, orgullosos de portar la herencia de poder, gloria y tradición, y poder usar esa herencia de forma efectiva. Otros no se interesan. Se preocupan más de construir sus propios imperios, sean como sean, y ven la herencia del clan como irrelevante o incluso una molestia que les presiona a adaptarse a normas que rechazan.

       Los Cruzados.

       Somos un ejército, no un club de fans, no un club deportivo, no una filosofía. Un ejército. Camináis por la cuerda floja de la destrucción a manos de los peones de los Antediluvianos. Habláis de independencia, pero sólo deseáis la independencia que os llevara a la aniquilación. Yo os haré sobrevivir y triunfar, sin importar lo que creáis que queréis ahora. Someteos a mí y ganad.
             - Dr. Julius Sutphen, Obispo de Atlanta


       Una minoría de Lasombra son "cruzados". Cainitas que ven el Sabbat como una organización religiosa y militar hasta llegar al punto de despreciar la idea del Sabbat como una ideología de libertad. Este punto de vista es más favorecido por los antiguos que por los neonatos, pese a que un número sorprendente de Lasombra abrazados en los últimos tiempos comparten las preocupaciones de sus antiguos, debido a la cada vez mayor posibilidad del advenimiento de la Gehenna.

       Asignar números y fracciones a cualquier grupo de vampiros es un arte inexacto. Existen muy pocos vampiros, y las ideas no suelen extenderse por el mundo. Cualquier ciudad Sabbat tiene al menos unos pocos cruzados en sus filas. En algunas ciudades grandes y unas pocas pequeñas, los cruzados dominan la jerarquía local. En la mayoría de reuniones, los cruzados son el molesto puñado de vampiros que o no tienen ningún papel efectivo porque todo el mundo les odia o por el contrario toma todas las decisiones porque acaban con sus críticos.

       En el Sabbat como conjunto, la facción Ultraconservadora incluye tanto a antiguos Lasombra como a Tzimisce, junto a algunos antiguos antitribu, especialmente Ventrue. Los cruzados favorecen explícitamente el liderazgo Lasombra en el Sabbat, señalando que ellos lo comenzaron, y a veces citando profecías de dudosa veracidad para demostrar que los Lasombra lo completarán.

       Los Creyentes.

       Cuando Jesucristo fue crucificado, estábamos allí, oscureciendo los cielos hasta que Él murió. Seguimos aquí, oscureciendo los corazones que rechazan una salvación de la que no podemos escapar, y guiándoles a la destrucción. Al final, reuniremos toda la oscuridad sobre nosotros y descenderemos al Abismo, dejando atrás el mundo que Dios creó. Para eso le servimos.
             - Hermano Pablo, Franciscano, Barcelona


       En las noches lejanas, muchos Lasombra se tomaron el cristianismo muy en serio, igual que en menor número otros abrazaron el Islam, el judaísmo u otras creencias. Se vieron a sí mismos como servidores de Dios, atrapados en una cierta o casi cierta condena. Sus acciones no les concederían el perdón de la ira divina, pero podrían posponer el juicio final mientras fueran herramientas útiles.

       El Cardenal Monçada personificó este punto de vista. Durante siglos fue él más claro exponente de la facción Creyente del clan, sobreviviendo a la destrucción de muchos de sus camaradas. Buscó encender la chispa de la fe en las nuevas generaciones, pero no obtuvo mucho éxito. Los vampiros que vivían en culturas que no se preocupaban mucho por Dios pocas veces desarrollaban un interés tras su Abrazo. Incluso el pequeño proyecto del Cardenal de Abrazo en masa durante el resurgimiento de la religión tuvo un éxito moderado. Pocas características de las religiones postmedievales se prestaban a las preocupaciones del cardenal. El abrazo de encantadores de serpientes, predicadores en lenguas extrañas y evangelistas no tuvieron utilidad para la cosmología que el cardenal ofrecía.

       Con la muerte de Monçada, los Creyentes carecen de un líder fuerte. Media docena de rivales, casi todos Arzobispos latinoamericanos o del Mediterráneo, buscan establecerse como el "heredero de Monçada" pero ninguno de ellos ha podido dar un verdadero golpe de efecto. Menard, el Arzobispo de Nicaragua es el que más apoyos ha conseguido por el momento, combinando un fervor por el romanocatolicismo más tradicional con una devoción fanática por las guerras del Sabbat.

       Desafortunadamente para su objetivo de suceder a Monçada, su visión se centra en los problemas latinoamericanos, y muchos Creyentes acaban aburriéndose de sus diatribas sobre la influencia izquierdista en el catolicismo iberoamericano y la necesidad de una purga.

       Los Angeles Negros.

       ¿Rastros de pecado en mi alma? ¡Joder, claro que sí! Cada uno de mis actos lo pone de manifiesto. Déjame compartirlo contigo.
             - Madd Killah, Ductus en instrucción


       Desde los primeros siglos de la cristiandad, algunos Lasombra han interpretado su papel como demonios en la tierra de forma literal, sirviendo la voluntad de Satán y alimentando la oscuridad moral y física. Incluso antes de la expansión cristiana, estos movimientos existían al amparo de las creencias de Zaratustra y otras tendencias dualistas. En la Edad Media, los Angellis Ater o Ángeles Negros provocaron constantemente a los Amigos de la Noche mediante sus temerarios e incansables ataques a la sociedad humana. Sus depredaciones y cazas alimentaron el apoyo popular a la caza de brujas de la Inquisición. Los supervivientes más capaces entre los Ángeles Negros jugaron un papel fundamental uniendo al Sabbat alrededor de una doctrina de supremacía en la maldad.

       Aproximadamente en los últimos treinta años los Ángeles Negros han resurgido desde los márgenes de la cultura Lasombra. La dedicación explícita a la maldad captura a un sorprendente número de neonatos que han crecido en sociedades débiles y sin principios. Parece que cualquier código de conducta les serviría, siempre que justificase sus depredaciones.

       Los Hijos del Abismo.

       No hay verdad excepto en las tinieblas. El mundo no me interesará hasta que todo rastro de luz haya sido arrancado de él para siempre. Sólo existo para provocar la llegada de ese último día.
             - Filipe Toreaso Maguno, miembro de manada, Cali, Colombia


       Los Hijos son los practicantes del misticismo del Abismo. Parecen preocuparse por el Sabbat tan solo mientras éste les conceda un espacio seguro en el que continuar su estudio. A veces se arriesgan en batallas, demostrando extraños poderes de Obtenebración e invocando en ocasiones fuerzas ocultas poco familiares. Luego vuelven a sus laboratorios y librerías. Los obispos Lasombra gustan de tener algunos Hijos de Abismo junto a ellos en momentos de crisis, igual que les encanta verlos desaparecer cuando la crisis ha pasado. Los estudiosos del Abismo son extraños incluso para lo que es normal en el Sabbat.

       Sólo hay unos cuantos Hijos del Abismo en cada ciudad, pero se cree que existen enclaves de místicos del Abismo localizados lejos de las fortalezas Sabbat. Sus componentes o no se mezclan con el resto del clan o lo hacen disfrazados de tal forma que nadie los ha podido descubrir. Los escépticos piensan que esto no es sino un rumor más para mantener la atención vampírica alejada de lo que deberían ser sus verdaderos objetivos.

       Los Reyes y Reinas de las Sombras.

       Sí, creo en el gobierno desde las tinieblas. Quiero ser una sombra que se extienda más allá de los mortales alejándose de la luz, vinculándose estrechamente con ellos y transformándolos sin que se den cuenta. Mi reino son sus almas.
             - Gloria Yee, Ductus, Manila


       Algunos Lasombra se toman la condición vampírica como un mandato de gobierno sobre la humanidad. Tienen una función importante en el Sabbat, realizando gran parte del trabajo que los ghouls tienen asignado en la Camarilla. Toman parte en las instituciones mortales ejerciendo influencia y reuniendo recursos, manteniendo la sociedad mortal débil y susceptible al control del Sabbat en general.

       Pese a la grandiosidad de su apelativo, los Reyes y Reinas de la Sombras son casi parias entre su clan. Deben retener su humanidad en vez de adoptar una Senda, o perderían totalmente su capacidad de mezclarse con los seres humanos, aún más, deben retener mucha Humanidad para actuar en compañía de humanos que no sean psicópatas. Esto significa que deben evitar algunas de las actividades comunes del Sabbat, incluyendo algunos de los ritos más importantes. Ser asignado a actividades con mortales es muchas veces un castigo que significa para el transgresor la separación explícita de su manada, elegir las actividades con mortales muestra una tremenda dedicación o algún defecto oculto de la voluntad. Pocos vampiros conceden a los Reyes y Reinas de la Oscuridad el beneficio de la duda.

       En ocasiones, estos vampiros forman sus propias manadas, que reciben atención especial (y a veces crítica) por parte del obispo. Algunas veces a lo largo de un siglo salta un escándalo, cuando estas manadas son destruidas por herejía contra la doctrina del Sabbat y conspiración contra la organización de la secta. A veces los cargos son ciertos, separados de otras formas de pensamiento, los miembros de esas manadas llegan a pensar que ellos forman el auténtico Sabbat y formulan planes para establecer su gobierno. En otros casos, los cargos son simples excusas para quitar del medio a vampiros que se han acostumbrado a estar pegados a sus cargos y muestran demasiadas simpatías por los conceptos de Mascarada de la Camarilla.

       Los Corsarios.

       Tres cuartas partes del mundo están cubiertas de agua. Hay más territorio sumido en la absoluta oscuridad bajo las olas que en todos los refugios y cuevas de la tierra. Cuando la tierra perezca por la polución y vuestras preciosas ciudades ardan en la guerra final contra el ganado, mis dominios seguirán intactos. Dime tú quién pierde el tiempo en persecuciones triviales.
             - Louisa Baker, Obispo de la Flota de Madagascar


       La mayoría de los Lasombra toman interés en el mar de vez en cuando. El impulso de pasar tiempo alrededor de las costas oscuras se muestra incluso muchas generaciones más allá del Antediluviano. Unos pocos Lasombra dedican sus no vidas al mar. Los corsarios incluyen tanto individuos disciplinados que fueron oficiales navales en vida, o así les hubiera gustado, como aventureros impetuosos. Algunos corsarios actúan por su cuenta, explotando la navegación por ordenador en sus barcos o haciéndose con submarinos privados.

       Algunos corsarios instituyen sus imperios privados en los barcos, alimentándose de la tripulación y los pasajeros, moviendo su refugio de un navío a otro. Quizá nunca pongan pie en tierra, o pueden pasar la mayor parte del año atendiendo negocios cerca de la costa. En las últimas décadas cada vez más corsarios se dedican a la piratería, concretamente en el sudeste asiático y en ambas costas de África. La mayoría de europeos y americanos no se dan cuenta de que miles de personas tienen una vida provechosa y violenta gracias a prender el comercio naval de aquellas zonas. Manadas enteras de vampiros se dedican a ello plenamente. Muchos obispos que tratan con manadas especialmente violentas "recomiendan" la piratería para mantener a los vampiros más problemáticos lejos de las miradas indiscretas. Los piratas mortales provocan las suficientes carnicerías por si mismos como para encubrir casi todas las acciones del Sabbat.

       Un puñado de corsarios se relaciona con los barcos a escala mundial. Al menos un submarino de ataque rápido está en manos de los Lasombra, un Soviet Kilo vendido a Irán en 1995 y "perdido en el mar" dos años después. El Colmillo Negro ataca principalmente barcos controlados por la Camarilla y, cuando es posible, navíos que transporten miembros importantes de ésta. El Arzobispo Ferrari de Marruecos dirige las tres manadas necesarias para operar el submarino. Los vampiros pueden ignorar los sistemas de mantenimiento de vida, con una ganancia sustancial en eficiencia y sigilo. Esto compensa por las dificultades de conseguir mantenimiento de calidad.

       Los Amigos de la Noche mantienen los movimientos del submarino en el más absoluto secreto, y en varias ocasiones el Tribunal de la Sangre ha dado sanción para destruir a Lasombra no corsarios que han tenido la mala suerte de ver el buque en acción. Al menos una docena de manadas ambiciosas están intentando controlar barcos y submarinos que se pudren en puertos ex soviéticos y otros puntos conflictivos. Hasta ahora, nadie lo ha conseguido.

       Los Transhumanistas.

       "Cada día que pasa somos cada vez mejores". Es un gran momento para estar no muerto. No importa toda esa cháchara de la Gehenna, mira el desarrollo cibernético, la tecnología de materiales, comunicaciones y todo lo demás. Tenemos las mejores herramientas para construir un imperio de sangre que nunca caerá. Y yo quiero estar ahí durante el resto de la eternidad, conquistando tierras nuevas por siempre.
             - Malcolm Federsen, miembro de manada, Denver


       Mucha gente moderna (viva y no-muerta) no se da cuenta de que las teorías de la evolución se remontan a la antigüedad. Darwin no inventó el concepto, tan solo identificó la selección natural como el mecanismo. Desde el principio de los tiempos algunos Lasombra han asumido como su objetivo primordial llegar al dominio de todas sus habilidades, evolucionando hacia seres que muestren el potencial absoluto de la no-vida.

       La extensión de las ideas de Darwin hizo el concepto aceptable para vampiros modernos que no coincidieron con el misticismo pitagórico y otras filosofías antiguas que trataron la evolución. Mientras que aceptan pertenecer a un estado intrínsecamente sobrenatural, los transhumanistas señalan que muchas leyes naturales se siguen aplicando a su condición y explican su progreso continuo en términos científicos. Los transhumanistas modernos se dirigen hacia la creación sistemática del vampiro perfecto.

       Este pensamiento confunde a antiguos y neonatos que conciben el vampirismo en términos místicos. Los transhumanistas cuantifican sus poderes, crean taxonomías o buscan reducir el vampirismo a datos. Algunos retienen su humanitas simplemente porque la carnicería y la maldad les parecen aburridas. Otros desarrollan Sendas puramente inhumanas porque piensan que la humanidad es una presa para el torrente de ideas, forzando la innovación por otras vías.

       Muchos transhumanistas muestran interés por la alta tecnología, ordenadores, biología, medicina, ingeniería aeroespacial y todos los campos en general. Otros buscan una perfección que no confía en herramientas, pese a apreciar la lógica y el método. Tampoco es que sean una versión con colmillos del Dr. Spock, reconocen que la pasión y la destrucción son parte del vampirismo al igual que la percepción y la lógica, y cuando toman parte en los ritos, muestran en ocasiones la mayor motivación. Hacen todo lo que sienten que vale la pena con tanta dedicación como les es posible, sólo que explican su fervor en términos que el resto de los vampiros encuentran incomprensibles.

       Algunos Lasombra transhumanistas persiguen objetivos en común con los Tzimisce metamorfistas y otros antitribu con inclinaciones similares. Otros prefieren asociarse principalmente con su propio clan.

       Los Fatalistas.

       No importa. Todo el mundo lo dice, pero yo lo creo. Realmente no importa. Tu propio Sire puede hacerte lamer sus botas y que te guste. ¿Qué es lo que no pueden hacer contigo lo más ancianos?
             - Vincenzo Fiore, Sabbat nómada, actualmente en el sur de Italia.


       Los Fatalistas entre los Lasombra no se llaman así a sí mismos, no si quieren evitar su destrucción. Tal y como los Amigos de la Noche reconocen la existencia de la facción, la consideran un fallo recurrente de miembros del clan que serían muy válidos de otro modo. Los fatalistas sólo poseen una doctrina, no importa cómo aparezcan las cosas, no tienen una auténtica voluntad libre. Algunos afirman que el Abrazo convierte a todos los vampiros y a ellos mismos en una herramienta de los más antiguos, pero que los seres humanos retienen su libertad. Otros afirman que ninguna criatura racional retiene su voluntad porque los Antediluvianos roban las mentes en el momento de la concepción, en el nacimiento o en la época adulta, las roban para sus guerras interminables a nuestras expensas.

       EL fatalismo casi desapareció en los primeros siglos del Sabbat, hasta que gradualmente los jóvenes Lasombra fueron tomando conciencia de que seguían rodeados de entidades más poderosos que ellos. El crecimiento sin precedente de las calamidades en los últimos tiempos trajo de nuevo el fatalismo a la actualidad. Algunos fatalistas se dejaron llevar por el frenesí de la actividad, otros renuncian a todo y evitan hacer más que lo necesario para sobrevivir.

       Los Condenados.

       ¡Bebo en tu honor, capullo!
             - Garcilaso, miembro de manada, Ciudad de Méjico


       Algunos Lasombra se ven a sí mismos como héroes, guerreros y otros títulos autocontemplativos. Se dirigen hacia la conquista inmediata de todo lo que ven. No son lo suficientemente constantes para calificarlos como cultistas de la libertad, no se mezclan con algo tan abstracto. La pura y simple autoindulgencia es su objetivo. Algunos llegan al punto de mostrar siempre sus colmillos, tatuarse manos negras y otros símbolos prominentes en partes visibles del cuerpo, como en la cabeza afeitada, haciendo gala de su condición de una forma exagerada.

       Los condenados son exactamente lo que su nombre sugiere. La mayoría de Lasombra evitan a estos compañeros de clan. Una cosa es reinar por encima de la humanidad, y otra hacerlo de forma estúpida y corta de vista, una forma que invita a represalias contra vampiros que no están preparados. Hace falta mucha Fortaleza para librarse de un equipo de Operaciones Especiales, y más aún para tratar con cazadores con el temerario conocimiento de que hay vampiros rastreros vagando en su vecindad. El exhibicionismo no vale la pena, al menos no entre los Lasombra.

Corrientes y Facciones dentro del clan Lasombra, segun el Clanbook: Lasombra Revised