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Fatima al-Faqadi es un cazador de cazadores. En vida, esta letal asesina assamita fue una mora almohade de semejante habilidad que el clan Assamita violó su antiguo precepto en contra de Abrazar mujeres para inducirla a ella hasta su posición. La confianza del clan no estuvo extraviada: Fatima rápidamente llegó a ser una de las estrellas de los sarracenos, asesinando antiguos, anarcas, hombres lobo y magos por igual. Su única debilidad consiste en su única amistad con la Lasombra Lucita; ellas se conocieron en los campos de batalla de la Reconquista, y las dos vampiras han sido alternativamente socias, amantes, rivales y enemigas bajo los siglos.
Fátima es una de las más letales combatientes vivos o no-muertos que hay fuera o aún dentro del clan Assamita. Ella es tan veloz como el viento del desierto, y su proeza con armas de todo tipo es legendaria aún entre los vampiros (ella prefiere decapitar a sus víctimas con una vieja cimitarra de Damasco). Su maestría de Ofuscación le permite a ella aparecer como alguien o alguna cosa o volverse completamente invisible, mientras su poder de Extinción le permite a ella usar su sangre como un veneno o un agente corrosivo. Ella es sobrehumanamente fuerte y puede inspirar un terror sobrenatural en sus presas.
A través de los años ella ha mantenido su ardiente relación de amor-odio con Lucita; el honor de clan de Fátima ha forzado a menudo el conflicto con la Lasombra, aunque la mora ha aparecido también ocasionalmente de la nada para salvar a Lucita de cierta condena. Ahora, en la noches de sangre y terror, quién sabe qué camino seguirá este enigmático halcón del desierto.