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Virtud: Hun
Como a las flechas del bosque
El arquero te desnuda, te prepara y te tensa.
Arquero y flecha y objetivo son uno.
La lluvia observa, mas no contesta.
-- La puerta vacía.
La Tierra es un caótico espectáculo de sombras lleno de imperfecciones. El Cielo, por el contrario, es ordenado, seguro y tranquilo.
¿No debería parecerse un poco más la Tierra al Cielo?
Cuando las Almas imperfectas regresan al mundo material, el Cielo debe tener una tarea para ellas. Algunos Kuei-jin reconocen haber muerto manchados por el pecado; el Yomi no es suficiente penitencia, por lo que deben enderezar su curso.
Xue comprendió ésta necesidad. El orgullo había abofeteado el rostro del Cielo, y éste había respondido. Notó que los indignos no habían sido destruidos, sino que habían sido perdonados para meditar sobre su maldición. Quizá, razonó, si pudieran regresar a su antigua Gloria, el Cielo les perdonaría y su hambre se aplacaría. Xue meditó durante mil noches, bajo las cataratas de Tóng. Sus brazos se hincharon y su piel se volvió verde, pero la iluminación no llegaba. Al final, el hambre le alejó del agua y vagó desnudo por la nieve. No encontraba nada y se desesperó. Al borde de un estanque helado, vio una grulla blanca sacando a una rana del hielo. Cuando terminó, la depositó a un lado, y en ése momento la rana se transformó en una mariposa. Xue comprendió.
Como los Legalistas y los Confucionistas, las Grullas Resplandecientes ven que el sufrimiento surge de la imperfección. Si los gobernantes iluminados pudieran crear ejemplos (y leyes) para su pueblo, éste prosperaría. La clave está en la pureza de los legisladores; si los dirigentes son iluminados, sus leyes llevan la bendición del Cielo. Los Wan Xian trajeron la desgracia a su posición; sus herederos, las Almas imperfectas que regresan como Kuei-jin, son una vergüenza similar. Para aliviar ésa pena, los vampiros deben servir como Correctores del Cielo, como agentes y ejemplos del Camino Armonioso. La senda no es fácil: el Demonio ataca al propio honor, y el hambre devora las intenciones. Sin embargo, al resistir estas distracciones, se alcanza la Salvación: la salvación para las Almas perdidas de los vampiros y para la continuación del mundo mortal.
La Sexta Edad no está tallada en piedra. Puede evitarse su llegada mediante el comportamiento virtuoso, y las acciones correctas. Con un poderoso esfuerzo, el Gran Ciclo puede invertirse y comenzar una nueva Edad del Cielo. Los Guardianes del Hielo Resplandeciente, como se denominan algunas Grullas, tratan literalmente de salvar al Reino Medio de sí mismo. Se trata de una tarea ingente, ya que nunca antes el Mundo había parecido tan corrompido. Sin embargo el Chi, el poder del Cielo, fluye a través de todos los Kuei-jin. Tienen una última oportunidad de redimirse, y las Grullas están dispuestas a aprovecharla.
La Senda de los Ocho Lotos (un conjunto de analectas y Koans) da la fórmula para la salvación: el Primer Loto ofrece el reconocimiento de la Esperanza. El Segundo exige una existencia virtuosa. El Tercero habla del alimento (recompensando la virtud y corrigiendo la imprudencia) y el Cuarto pide la eliminación de los perversos. El Quinto Loto fomenta la instrucción, mientras el Sexto exige una Ley. Con el Séptimo Loto la Ley mortal da paso a la Armonía; el Octavo trasciende el mundo viviente y lo une con el espíritu. Meditando sobre la Senda de los Ocho Lotos, una Grulla descubre lo que debe hacer.
Los Guardianes del Hielo Resplandeciente reconocen que no es posible salvar al mundo entero. Las cosas llevan demasiado tiempo desequilibradas y va a ser necesario eliminar los árboles muertos. Casi todos los sabios ponen sus esperanzas en la redención de los Campos Dorados, de las Tierras de Oriente y sus gentes. La miseria ha sido provocada por los invasores extranjeros, desde los mongoles hasta los estadounidenses. Estos invasores traen con ellos la enfermedad, que debe ser purgada. Si para ello es necesario purificar la Sangre, que así sea. El Cielo se encargará de los perros como estime conveniente; los Kuei-jin han sido enviados para lavar los Campos Dorados.
Entrenamiento: las Grullas Resplandecientes reconocen su impureza y tratan de superarla. En vida, estos vampiros avergonzaban (o creían avergonzar) a sus familias con un comportamiento descuidado e/o inmoral. En el Yomi estos pecados fluyeron hacia la superficie, convirtiéndose en marcas como castigo por su desgracia.
A pesar de todo, hay Esperanza. La disciplina rigurosa, la generosidad y la benevolencia son moneda con la que se paga el Alma del Vampiro. Se recomienda a un Guardián del Hielo Resplandeciente que sea sabio, honorable, prudente y refinado. Se fomenta el ascetismo, pero no se considera adecuada la mortificación. Los maestros presentan ante sus pupilos complicados acertijos y recompensan la atención con grandes regalos.
Debilidad: las Grullas Resplandecientes no toleran la rebelión y su furia es como el Viento del Norte. En teoría, siguen el Camino Quíntuple religiosamente, castigando a cualquiera que se desvíe de él. En la práctica, los Guardianes son monstruos regios que interpretan la ley como les parece adecuado y que la imponen cuando estiman conveniente. Algunas Grullas siguen a los Tigres-Diablo como carroñeros, cayendo sobre los pecadores como las estalactitas de hielo que se desprenden. Se dice que las Grullas son honestas, frías y despiadadas como los inviernos de los que tanto disfrutan. En esa pureza esperan hallar el perdón, aunque no sean ellas quienes deben concederlo.
Augurios propicios y símbolos: flores de loto de ocho pétalos, grullas, mariposas, vientos fríos, hielo y nieve.
Afiliaciones: agua, el número 1, el color amarillo y la dirección Norte.
Concepto: policía, sacerdote, monje, soldado, abogado, maestro, artista marcial, enfermero, técnico.
Cita: “Como dijo el maestro, pocos son los que pecan por exceso de severidad”
Principios:
1. Sigue la Senda de los Ocho Lotos.
2. Sigue la Senda Quíntuple.
3. Cuando pierdas el control, enmiéndate. El Demonio te guía, pero no te posee.
4. Cuando aparezcan la injusticia o la corrupción, haz todo lo posible por corregirlas.
5. Sé generoso con los que lo merecen, defiende a los débiles e instruye a los jóvenes y a los errantes.
6. Cuando los perversos no atiendan a razones, enderézalos como tú fuiste enderezado.
7. Defiende a los fantasmas de tu familia y protege a tus allegados vivos. Sin embargo, no dejes que te vean: te has convertido en una desgracia para su honor.
8. Mantén la dignidad, el honor y la serenidad. Eres un ejemplo de aquello en lo que los condenados pueden convertirse.
Sendas Rivales:
El Tigre-Diablo: como los bueyes, portan una pesada carga, aplastan a los estúpidos y deben ser sacrificados para alimentar a la familia al final del camino.
La Canción de la Sombra: déjales que cuiden de sus fantasmas. Nosotros nos encargaremos de los vivos.
Los Mil Susurros: ¿Ve más claramente alguien que se ha arrancado los ojos?
El Dragón Asesino: como los niños desnudos, corren hacia la guarida de la araña y consiguen que ésta les pique. Pronto aprenderán la lección.
Vástagos: perros rabiosos y patéticos que hacen bien en estar aterrorizados.
Sardum.