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Entre los siglos XIII y XIV los chiquillos del clan Lasombra se volvieron contra sus ancianos cometiendo amaranto sobre sus sires.
Viendo el éxito de una empresa tan alocada, los Tzimisce les imitaron rebelándose contra el sin par yugo bajo el que sus ancianos les mantenían. Aunque según algunos, curiosamente hubiesen sido los Lasombra quienes copiaron la rebeldía de los Tzimisce, y no al reves, pero parece asumido que fueron los Lasombra quienes iniciaron el alzamiento.
Habiendo sido destruidos Lasombra y Tzimisce en persona por su propio clan, en otros clanes surgieron individuos que se rebelaron contra su clan, formando los denominados anti-tribu.
Los intentos (y éxitos) de amaranto a lo largo de Europa trajeron la atención de los mortales y la iglesia, y los vampiros fueron perseguidos y quemados muchos de ellos en la hoguera.
Hardestadt, un Ventrue, inició un movimiento político que desembocó en la firma de la Convención de Thorns en 1493, creándose la Camarilla. Temiendo el poder de los ancianos de la recién nacida Camarilla (que afirmaba tener autoridad sobre cualquier cainita existente, partidario de ella o no) muchos rebeldes volvieron con la cabeza gacha prefiriendo las represalias a destinos peores.
Este concilio (la Camarilla) fundó las seis tradiciones de Caín, y puso fin a la colaboración que los rebeldes mantenían con el clan Assamita, pues este clan había colaborado con los rebeldes dando caza a otros vampiros movidos por su adicción a la vitae vampírica. Como parte de este tratado, el grueso del clan se sometió “voluntariamente” a un ritual lanzado por Tremere y sus 7 discipulos (el consejo de los 7 del clan Tremere) por el cual los Assamitas quedaban incapacitados para realizar amaranto, a cambio de lo cual, los antiguos de lo que ahora era la Camarilla se comprometían a cesar en sus ataques contra su fortaleza de Alamut en Oriente Medio. (Si bien algunos Assamitas renegaron de este pacto y se unieron a los rebeldes como anti-tribus).
En lo sucesivo, los rebeldes que se mantuvieron firmes en su decisión de combatir a los antiguos comenzaron a usar el termino Sabbat para referirse a pequeños grupos de nunca más de una decena de vampiros que se mantenían unidos a través del tiempo.
Venciendo la Camarilla en Europa, los rebeldes en general emigraron al Nuevo Mundo, donde los antiguos nunca habían pisado. Abrazando sus ideales de libertad, en el Nuevo Mundo estalló una guerra interna entre los rebeldes (que ya usaban el termino Sabbat para referirse a los opositores a La Camarilla) causada por aquello de querer cada vampiro todas las libertades para si, chocando siempre su libertad con la de otros. En medio de estas luchas internas, la Camarilla entró en el Nuevo Mundo y se hizo fuerte. Sorprendido el Sabbat con la guardia baja. Nuevamente fueron derrotados por los antiguos.
Negándose a fracasar, los rebeldes miraron hacia dentro viendo claramente cual había sido su error: la desorganización. Así que en 1803 se redactó el acuerdo de la compra (llamado así porque en ese mismo año Thomas Jefferson compró Luisiana a los franceses) momento cumbre en la historia de la secta, pues aparece el Sabbat como institución y se forja un espíritu de hermandad y “todo por la causa, la causa lo primero”. Aparecen los ritae, muchos de ellos influenciados por las tradiciones nativas americanas, pero todos ellos emanando directamente de los Tzimisce, corazón del Sabbat en ese aspecto. De todas formas, habiendo básicamente perdido toda América por su descuido excepto Canadá y México ante la Camarilla, Lasombras y Tzimisce se culparon mutuamente y estalló la segunda guerra interna entre los Sabbat.
Nuevamente, en 1933, el Sabbat recapitula sobre su forma y redacta el código de Milán (introduciendo el concepto de ley en la caótica organización amante de la anarquía) en New York, ciudad que a pesar de sus intentos la Camarilla no había logrado arrebatarles. El código de Milán abre lo que es el Sabbat actual.
De cualquier forma, estalló una tercera guerra interna en el Sabbat (la más breve de todas, únicamente 100 noches de gore y sangraza). Estalló un tumulto de los Brujah antitribu en New York contra la unidad de los líderes del Sabbat, Tzimisces y Lasombra, que fracasó pero enemistó a los brujah antitribu con la secta. No pudiendo permitirse esto, el Sabbat reconoció a los caitiff (vampiros que ignoran a que clan pertenecen) el status de clan por derecho propio, tras muchos años de reivindicaciones por parte de su líder político Joseph Pander, otorgándoles el nombre de clan Pander, conocedores del aprecio de sus brujah por estos “desechos” y esperando ganárselos así nuevamente para la secta.
La idea funcionó y en solo 100 noches todo estaba arreglado.
Por tanto, aunque la camarilla ve / hace ver al sabbat como un aquelarre de vampiros salvajes, inhumanos y caóticos armados con armas de fuego y motosierras, partidarios de la anarquía y la ruptura de La Mascarada, que noche tras noche buscan cometer diablerie como adictos, y realizan ritos infernales, la realidad no es esa.
Ciertamente los Sabbat son más inhumanos que la Camarilla, y caminan mucho menos entre el ganado, y ciertamente, no siguen las preciadas tradiciones de la camarilla (aunque a la hora de la verdad los Sabbat astutos reconocen la bondad de La Mascarada cuando es necesario) pero son (en su mayoría, pues a veces la Camarilla está en lo cierto) realmente rebeldes que ven como los antiguos manipulan a la estirpe a su antojo esperando el día de Gehena, en el que los Antediluvianos saldrán de su letargo y saciarán su sed con mortales y vástagos.
El sabbat ve lo que los antiguos pretenden hacer, arrojar a sus chiquillos a los antediluvianos con la esperanza de negociar ellos su propia salvación, y se rebelan contra ello con fervor Brujah. Para los verdaderos Sabbat, la causa es lo primero, amantes la libertad, revolucionarios, pero al final................marionetas como todos ???
Tzimize : mousejouse-tzimize@yahoo.es