Vampiro: Una Pequeña Introducción

      Hasta ahora, habías contemplado a los vampiros como el enemigo a abatir, el "malo" de la película un monstruo, en resumen. Si posees experiencia en otros juegos de rol, es probable que incluso hayas colaborado en el intento (al menos) de destruir a alguno de ellos, armado con estaca y martillos, símbolos sagrados, agua bendita y todos los demás instrumentos habituales.

       Si no has participado nunca antes a un juego de rol, aun así habrás visto alguna película en la que el vampiro era la encarnación del mal, o habrás leído alguna historia de terror del mismo estilo. En cualquier caso, tu perspectiva de estos seres será la misma. Así que ¿tendrás el valor suficiente para, por esta vez, ser tú mismo la Bestia?

       Con este juego aprenderás a verlo todo desde el punto de vista del cazador nocturno, incapaz de alimentarse de otra cosa que de sangre (sea de humanos o de animales), y teniendo que pugnar constantemente por evitar que su Bestia interior salga a la luz y lo obligue a cometer atrocidades. El decorado será un mundo muy parecido al nuestro: más oscuro, más siniestro pero familiar, al fin y al cabo. Es probable que las calles que cruces sean las de tu propia ciudad, y que los lugares que visites sean los mismos que sueles ver todos los días aunque probablemente distorsionados, no tanto porque esos lugares sean diferentes sino porque TÚ serás diferente. Igualmente, otros seres sobrenaturales se esconden en los rincones, haciéndolo todo aun más inquietante.

       Comprenderás que ser un vampiro no es nada fácil: ser inmortal no es sinónimo de ser invulnerable, como aprenderás muy pronto, y los vampiros (o Vástagos, como se denominan a sí mismos) tienen numerosos enemigos. En primer lugar, se encuentran los propios mortales, de los cuales se alimentan. Aunque los vástagos poseen poderes físicos y mentales más allá de la comprensión humana, la raza vampírica no sería capaz de hacer frente a cuatro mil millones de mortales, si estos descubrieran su existencia. Siglos de persecución llevaron a los Vástagos a instaurar la Mascarada, la conspiración por la cual lograron convencer a los mortales que los vampiros no eran más que productos de la imaginación del pueblo llano, y que todas las historias relacionadas con ellos eran meras patrañas. Hasta ahora, la Mascarada sigue en pie y su conservación es una de las máximas leyes en la sociedad vampírica. Aun así, un pequeño número de mortales sabe algo, o por lo menos sospecha y otros directamente saben más de lo que deberían, y han dedicado sus vidas a dar caza a los "engendros del Infierno".

       Los Vástagos también tienen como adversarios a otros seres sobrenaturales. En los lugares más salvajes se reunen los Hombre Lobo (o "lupinos"), los eternos enemigos de la raza vampírica. Son los principales defensores de la Naturaleza, y como tales no han perdonado jamás a sus enemigos el imparable crecimiento de las ciudades, a costa de los espacios naturales (los Vástagos, desde las sombras, han sido siempre los máximos promotores del crecimiento urbano, ya que ésto les permite disponer de cantidades masivas de humanos de los que alimentarse al alcance de su mano). Es por eso que pocos Vástagos en su sano juicio se atreverían a atravesar los bosques o demás lugares recónditos. Los propios parques de algunas ciudades son, a veces, una zona muy peligrosa. A parte de los lupinos, los Vástagos pueden tomar contacto con otros seres (magos, fantasmas,... ), en ocasiones con resultados poco agradables.

       Los Vástagos también deben prevenirse frente a los miembros de su propia especie: son manipuladores por naturaleza, y gustan de controlar a todo el que puedan, sea un mortal o un semejante. En las sombras, existe un estado de guerra inacabable, una guerra dirigida por los más antiguos de los Vástagos, que manejan a los más jóvenes como meras piezas en un juego en el que las consecuencias de un movimiento pueden no hacerse visibles hasta pasados varios siglos. Igualmente, existen numerosos roces entre los distintos Clanes (sub razas de vampiros que se caracterizan por un fundador y unos poderes y comportamientos concretos), que a veces terminan estallando en guerras abiertas. Ni siquiera los Vástagos que buscan simplemente la paz y la tranquilidad la suelen encontrar: antes o después se ven inmersos en alguno de los incontables conflictos que se producen en su mundo, sean conscientes de ello o no.

       Pero, por encima de todos, el peor enemigo de un Vástago es él mismo. Porque la Bestia está en su interior, y en cualquier momento puede salir a la superficie, llevando al Vástago a un frenesí de violencia en la cual los peores actos pueden llegar a cometerse. No es posible escapar eternamente al destino de los Vástagos: antes o después, la Bestia se terminará apoderando de él para siempre, cuando haya abandonado los últimos restos de su humanidad, y se convertirá en una máquina de matar que sembrará el terror hasta que sus propios congéneres terminen por darle caza. Aferrarse a la Humanidad es uno de los objetivos prioritarios de la mayoría de los Vástagos aunque existen numerosos grupos, asociados en el conocido como "Sabatt", que predican el despojarse rápidamente de todos los vestigios de Humanidad. Estos grupos ignoran igualmente la ley de la Mascarada, dando caza a los humanos de manera abierta.

       Aun así, hay un sitio para la esperanza. Se dice que algunos Vástagos han conseguido, a costa de grandes esfuerzos y mediante una búsqueda personal muy larga, alcanzar un estado en el cual la Bestia deja de dominar su pensamiento. A este estado superior se le denomina Golconda, y es considerado poco menos que una leyenda por los que han oído hablar de ella. Muchos afirman que la Golconda no existe, y simplemente intentan mantener bajo su control la Bestia todo el tiempo que puedan, mientras buscan más y más poder entre los mortales y su propia especie.

       Éste es el mundo en el que tendrás que vivir: un mundo de tinieblas en el que los violentos Brujah violan las reglas continuamente, los rústicos Gangrel atraviesan los lugares salvajes que sus semejantes no se atreven ni a considerar, los románticos Toreadores crean obras de arte una tras otra (cuando no están ocupados enamorándose de un mortal), los deformes Nosferatu se esconden en la oscuridad, los misteriosos Tremere estudian las artes mágicas, y los elegantes Ventrue realizan juegos de poder cada vez más y más retorcidos. Si logras sobrevivir o no en él, en tu papel de depredador urbano definitivo, eso es otra cuestión.