Jean Pierre el Ermitaño.

      Saludos colegas:

       Mi nombre es Jean Pierre y me apodan por estos rumbos el ermitaño. Pertenezco al clan Nosferatu y se puede decir que me dedico al estudio y la recolección de información en torno a todo lo relevante a la historia de la estirpe.

       La historia de mi ocupación es prácticamente lo que ha definido mi vida y mi no vida, además de traerme infinidad de problemas. En parte esta es la razón por la cual en parte no pueda hablarles de momento del lugar en donde me encuentro, pues me siguen. Soy dinamita.

       No me gusta mucho hablar acerca de mi vida, pero lo más relevante es que desde mi juventud fui enfermizo, por lo que en lugar de pasar el tiempo saliendo a las calles como los de mi edad, me di a la lectura. Estudié un poco de violín pero lo dejé cuando mis padres se vieron imposibilitados a seguirme pagando los estudios. Después decidí estudiar Filosofía en la Universidad de La Sorbona de París, mi ciudad natal, había conseguido el favor de un banquero que tenía problemas con el gobierno municipal y quiso dar una buena imagen al público y me proporcionó una beca, era más o menos el año de 1878. Posteriormente hice estudios en Historia Antigua y finalmente Filología clásica en Basilea Alemania.

       Para 1885 me dediqué a dar cátedra primero La Sorbona pero por problemas con las autoridades de la Universidad opté por trasladarme a Inglaterra donde se me ofreció dar clases de Pensamiento Medieval en la Universidad de Oxford. Durante mi estancia en Oxford cada vez pasé más y más tiempo encerrado leyendo unos extraños libros que habían llegado a mi poder, eran unos libros publicados por una sociedad teosófica inglesa que hacía unos estudios muy interesantes relacionando conceptos de la teología cristiana con cosas medio orientales. En realidad este fue el comienzo de mi inquietud por el estudio de la teología y posteriormente de lo que es el ocultismo.

       Lo que más me llamaba la atención era el tratamiento tan fanático y pobre que se le había dedicado. Todo comenzó con una investigación que realizaba sobre los ritos de los gnósticos y su controversia con los padres apostólicos de lo que vendría a ser la iglesia católica. Era sumamente interesante como con la caída del imperio Romano empezaron a circular toda una serie sectas y grupos de estudio que buscaban relación ente la filosofía griega antigua y la sabiduría de los antiguos egipcios, hebreos, y por su puesto del emergente cristianismo. Pronto entablé amistad con el profesor Robert Rengaw un sujeto que estaba dedicado al estudio de los libros del antiguo testamento con quien comencé investigaciones alrededor del mito de Caín, la información de Rengaw era sorprendentemente fantástica pero al mismo tiempo muy sugerente por la complejidad de su tratamiento. Se basaba en el descubrimiento de unos libros que encontró en el museo británico que databan del siglo XII de nuestra era, en donde se hacía alusión a los vampiros y el mito de Caín, todo perfilado a la búsqueda de un documento o código llamado el libro de Nod.

       Al principio me parecieron patrañas, pero al fin Rengaw me convenció de que revisara los textos y fuimos hasta el Museo Británico para verlos. El hallazgo fue sorprendente, se trataba de un documento que de lo que en su tiempo debió haber sido un libro, escrito en latín y según indicaciones y algunas expresiones que encontré en las primeras páginas parecía haberse escrito a mediados del siglo XII, estaba en latín, pero llegué a dudar de su autenticidad pues había partes en que el lenguaje parecía no corresponder a la época, el lenguaje era más antiguo que al usual en el siglo XII había expresiones que bien podrían ser propias del último periodo del imperio romano, usaba expresiones muy antiguas del latín culto, pero el papel y la técnica de escritura era menos viejo. Era un caso muy interesante, o bien nuestro personaje era un sujeto muy erudito y conocía el modo de expresión de un latinista culto en el siglo XII o el texto era más viejo y el autor le puso siglo XII. Le aposté como es obvio a la segunda opción. Esto era muy raro. ¿Cómo llegó este libro tan raro hasta acá? Pasamos horas revisando el manuscrito que llegaba a tener cerca de 50 páginas aunque al llegar al final nos dimos cuenta de que estaba incompleto.

       Un dato interesante es que el texto tenía muchas inscripciones en extraños caracteres y runas, en lo que se suponía eran una especie de rituales u oraciones.

       El tema general del libro era algo así como un diario, en partes aparecían reflexiones sobre el libro de Nod, (no entendí si se trataba de un nombre o un lugar) y aparecían innumerables símbolos y metáforas relacionadas con la sangre, satán y se refería de una manera muy particular de el mito de Caín. En una parte comentaba una serie de rituales que involucraban runas y los extraños caracteres de los que hablé antes.

       No se crean, llegué a sospechar de Rengaw, pues era un tipo muy obsesionado con su trabajo y era muy erudito, pero su formación no era de filólogo así que difícilmente habría él mismo falsificado esa obra. Por fin aunque con mis dudas llevamos los textos con un especialista, para corroborar su autenticidad. Fue entonces cuando empezó la pesadilla.

       Era el invierno de 1888 y me disponía a reunirme con Rengaw y el Dr. Arthur Heine, mi antiguo maestro de la Universidad de Basilea que accedió viajar hasta Londres para reunirse con nosotros. Sinceramente me pareció muy curioso que el Dr. Heine dejara sus investigaciones y sus cátedras para venir hasta Londres para venir con nosotros a revisar el libro. Me disponía a tomar un carro para dirigirme al estudio de Rengaw, cuando sudé frío al tener la sensación de que alguien me miraba, viré mi cabeza a un costado y descubrí con pavor a mi observante. Un sujeto vestido todo de negro, con capa, sombrero de copa y bastón, todo un catrín, usaba una bufanda que le cubría una parte del rostro. Se me quedaba mirando acusadoramente. El cochero me distrajo y me preguntó que adonde iba, le señalé la dirección a la cual deseaba ser transportado y me subí al carro. Arriba intenté buscar la extraña figura que me seguía, más fue vano, empezó a bajar la bruma justo en ese momento y se perdió entre las sombras. Lo más curioso era que la calle estaba casi desértica, insólitamente se esfumó en la oscuridad.

       Pronto llegué al estudio de Rengaw, quien me estaba esperando. Estaba feliz porque la Universidad había autorizado la petición para que el Museo Británico nos prestara el documento. Las autoridades del Museo aceptaron y el hallazgo de Rengaw ya estaba en la mesa de su estudio.

       Poco después de mi llegada arribó el Dr. Heine, estaba muy nervioso y exigió, apenas saludándonos fríamente, que se le mostrara el documento. Rengaw y yo nos quedamos pasmados ante la actitud de mi antiguo maestro. Accedí y le indiqué a mi colega que le mostrara el texto Heine. Rengaw todavía un poco nervioso, le invitó a pasar a la biblioteca de su estudio en donde nos sentamos a analizar el texto entre los tres, o más bien al principio, cada uno en un flanco del Dr. Heine, observamos la minuciosa lectura que el Dr. Heine hizo de algunas páginas del Texto.

       "Señores" dijo Heine, "disculpen el atrevimiento, pónganse cómodos que ahora les contaré el interés que tenía por este texto". No entendía nada, ¿el texto era verdadero o no? Pregunté, más Heine me puso una mano sobre mi hombre y me miró paternalmente pidiendo que le escuchara.

       "Cuando llegué a la Universidad de Basilea había un sujeto cuyo nombre prefiero no recordar, que se dedicaba a la impartición de la cátedra sobre el antiguo testamento y sobre la historia del pueblo hebreo. Era de origen judío y estaba orgulloso de su raza y sus costumbres, más no por eso no era crítico aún con sus mismas creencias y las de los suyos. Durante muchos años estuvo obsesionado con el libro del génesis y el carácter simbólico que tenía este libro. En múltiples ocasiones lidió con Nietzsche, quien fue su alumno, sobre esos símbolos de la biblia. En el ambiente académico era muy respetado y la Universidad enfrentó duras críticas por grupos antisemitas y nacionalistas. Aunque este hombre era judío, era alemán y también amoroso hacia su patria natal y veía con tristeza que su escuela fuese atacada con esos argumentos tan pobres. En cierta ocasión, cuando me hice de su confianza, me comentaba que había encontrado indicios de la existencia de un misterioso libro llamado "El libro de Nod" donde se narraba la historia de Caín después de haber sido castigado por Dios. Me contó que era un libro muy peligroso que podría poner en duda los cimientos no sólo de la iglesia católica, sino del judaísmo mismo. Discutimos un poco acerca de eso pues la idea me sonaba de lo más disparatada, no podía creer que este señor, toda una autoridad en la materia saliera con esas tonterías. El hombre me mostró documentos y avances de sus múltiples investigaciones al respecto y el dato más contundente era un documento del siglo XII en el que se hacía alusión a la búsqueda de ese libro. Yo vi el documento, el cual se trataba de un triste fragmento, constaba solo de tres hojas, pero sin duda era real, aunque lo curioso era que el estilo era muy antiguo, no correspondía al siglo XII aunque estaba firmado con esa fecha, 1109, la misma en que está firmado el tesoro que ustedes encontraron."

       Pregunté a Heine que había pasado con ese hombre y me contestó lo siguiente "Mi maestro tuvo una muerte trágica y repugnantemente sádica. Encontraron su cuerpo colgado de las muñecas en el interior de su casa de Berlín, estaba desnudo con múltiples heridas producidas por pequeñas pero profundas cortaduras, en todo el cuerpo, había muerto producto del dolor y del desangramiento, en el suelo lleno de sangre, estaban los fragmentos quemados del documento que me había enseñado hacía menos de un mes. Yo descubrí el cadáver cuando fui a verlo, y conservé los restos inservibles del documento, supe que era ese porque lo único que sobrevivió de este fue un pedazo de la primera línea. En su diario escribió en la última página simplemente: "Saliendo, pues, Caín de la presencia del Señor, prófugo en la tierra, habitó en el país que está al oriente del Edén." Estaba escrito en hebreo y corresponde al versículo 15 del capítulo cuatro del libro del génesis. Las autoridades dijeron que se trató de un problema xenofóbico, pero a mí me dio la impresión de que se trataba de algo peor."

       La historia me dejó muy nervioso y no lo dudaré un poco asustado. Rengaw se veía excitado y apasionado por el relato. Aún así guardamos silencio un rato. Después dejamos el texto por un momento y decidimos beber un trago. Después de la reunión en Londres, el Dr. Heine, pidió permiso para hacer unas investigaciones y trabajó un poco con nosotros en Oxford, después todos estuvimos trabajando durante varias semanas en el estudio de Rengaw. En ese tiempo dejé la cátedra por completo y mis anteriores investigaciones y como poseído por algún demonio, dediqué todos mis esfuerzos a las investigaciones con respecto al extraño documento que decidimos llamar simplemente "las cartas" aunque Rengaw había propuesto nombres más extravagantes.

       Un día el Dr. Heine me mandó un telegrama diciéndome que era urgente que nos viéramos al día siguiente pero en un café. Al otro día me paré temprano para ir a la cita con el Dr. Heine cuando ya de salida, llegaron agentes de Scotland Yard, quienes me informaron que el Dr. Heine, murió asesinado el día anterior en su apartamento. Cuando acompañé a los agentes al lugar de los hechos parecía una pesadilla. Había muerto de la misma forma en que había descrito el asesinato de su amigo el judío, solamente que esta vez le habían cosido la boca. Su lengua le fue extirpada y clavada en el escritorio con un anzuelo al lado de un papel que decía: "El pez por la boca muere". Estaba escrito a máquina de escribir. Después me llevaron a las oficinas de Scotland Yard donde se me interrogó sobre los hechos, dijeron que sabía que había estado frecuentando al Dr. Heine y que les contara todo, así lo hice, les platiqué que estábamos en una investigación académica y les dije que podían preguntar a nuestras respectivas instituciones universitarias. Como sea comprobé que en el momento del crimen yo estaba en mi casa, y me dijeron que debía permanecer en mi casa y mantenerme en contacto, a lo que contesté que lo haría con gusto y que lamentaba la muerte de mi maestro. También me preguntaron si sabía del paradero de Rengaw, les dije que no. Entonces decidieron darme protección policial para mi seguridad.

       Esto era como una maldición, y lo peor es que los agentes no me dejaron entrar al apartamento de Heine para revisar si había algún indicio de eso que era tan importante. Esa noche pasó lo peor. Llegué a mi casa y preferí tomar mi viejo violín, fumar un cigarrillo y tratar de poner en orden mis ideas. Toqué mi preciado instrumento por un rato a la luz de unas velas, me sentí tranquilo y cerré los ojos para concentrarme mejor. En mi "viaje" de pronto me sentí perturbado, era como si alguien estuviera observándome. Abrí los ojos rápidamente y pude constatar que estaba sólo en mi habitación. Pero al mirar a la ventana descubrí a mi observador: el oficial de policía que me protegía me miraba embelesado por la música, y al darse cuenta de mi molestia, siguió su ronda. Me sentí aliviado.

       Cansado decidí sentarme en mi butaca y reposar un rato. Todo estaba en una exquisita calma y sentí que al fin podría descansar un poco. En el momento que cerré los ojos, súbitamente una mano apareció no sé de donde y me cubrió el rostro con fuerza con un trapo, sentí que me ahogaba y creo que quedé inconsciente.

       Me despertó un pequeño dolor en el cuello y cuando volví en sí, me percaté que lo que originaba mi dolencia era una extraña criatura que me había clavado los dientes y me succionaba con fuerza la sangre. Creo que me desmayé del espanto, cuando desperté no sabía exactamente porqué pero ahora era yo quien bebía de la sangre de la muñeca de esa criatura, no me lo cuestioné, era como si mi vida dependiera de ello y en realidad así fue.

       El espectáculo era espantoso, pero eso no era lo peor. Al parecer volví a perderme y al despertar me sentía muy enfermo, mi cuerpo presentaba manchas y me dolían los huesos. Me encontraba en un cuarto muy oscuro inundado por una penetrante pestilencia. Se escuchaban goteras y me asustaron los chillidos de las ratas, era como si estuviera en un calabozo. De las sombras apareció un insólito personaje, quien me saludó cordialmente sin decir su nombre, ya nos conocíamos, era el mismo traje con capa y sombrero de copa, solo que ahora que lo vi más de cerca, me percaté de lo sucio y desgastado que estaba su atuendo. Su rostro estaba lleno de llagas y su nariz o lo que se supone que estaba en su lugar más parecía un pedazo de carne que en cualquier momento se podía desprender. Más esa mirada era la misma, no cabía la menor duda, él era quien me seguía ese día que fui al estudio de Rengaw.

       No sabía que decir, me quedé callado. Después de saludarme y preguntarme como me sentía, hizo una mueca repugnante que interpreté como una risilla. "Sabemos quien eres y a qué te dedicas, te he seguido durante muchos años, al igual que a tu maestro, de quien lamento su muerte. Todo tiene una explicación, hasta tu estado. Primero debo decirte que ya no existes, estás muerto" entonces me mostró un periódico que decía: "Prestigiado académico de la Universidad de Oxford muere durante el incendio de su casa, sus restos fueron convertidos en cenizas" No pude más que llorar y lamentarme amargamente por mi suerte tan vil, lo miré con odio y le pregunté que porqué me hacían esto. "Te necesitamos, lo siento, era esto o permitir que ellos terminaran con tu vida al igual que con la de tu maestro. En cierta medida era la única manera de salvarte y salvarnos. De ahora en adelante viviras en este refugio, al menos hasta que aprendas las costumbres de la sociedad nocturna. Somos vampiros Jean Pierre, inmortales seres nocturnos que rondan en busca de sangre para sobrevivir. Pero el asunto no se reduce a esa mundana tarea, no todos los vástagos como también nos llamamos somos iguales, de hecho ninguno es igual a otro. El grupo o familia a la que perteneces se dedica a la investigación y la recolección de información, sí el conocimiento es poder, y el poder es otro elemento igualmente preciado por los vástagos como por los mortales. El conocimiento que tienes es peligroso no sólo para tu sociedad mortal sino para la sociedad cainita en general, bueno en realidad no sabes mucho pero para efectos prácticos sabes más que los demás. Debes saber que perteneces al clan de los Nosferatu, y desgraciadamente estamos condenados a que nuestros cuerpos padezcan terribles transformaciones, más no todo está perdido, yo sé que no eres afecto al cuidado en extremo de tu cuerpo y sabes lo que es estar enfermo, no te preocupes todo saldrá bien, yo soy tu sire y tu hermano. Todos los Nosferatu estamos unidos, por ahora ten calma y descansa pronto sabrás más cosas."

       Los primeros años fueron difíciles, mi transformación duró casi un mes y las consecuencias fueron catastróficas, mi cuerpo está muy dañado y casi no tengo fuerza para hacer cosas que hacía antes. También el hecho de tener que alimentarme de la sangre de otros me pareció algo incómodo, afortunadamente mi sire me proporcionó de un ayudante y una mujer para que me sirviera de alimento, él le llama rebaño pero yo prefiero llamarla por su nombre, es una buena chica y es muy inteligente, dice que le parece un buen intercambio que le proporcione conocimientos y ella me dé su sangre. A mi me pareció algo enfermizo pero en fin, tenía que sobrevivir. Mi sire me enseñó mucho de lo que ahora sé de los vampiros, además de haber recuperado parte de mi biblioteca la cual fue donada a la biblioteca del clan en Londres, donde tenía mi refugio. Después mi sire desapareció.

       Hoy ya no es tan difícil el asunto ya le he restado importancia al asunto de la alimentación, nunca trato de preocuparme demasiado por esas cosas, hay quienes las disfrutan, yo prefiero dedicarme al estudio. Aunque pasé una etapa difícil eso no quiere decir que ahora esté en calma, al contrario tengo más problemas que antes. Mi condición de "intelectual" si así le quieres llamar, me lleva a tener que estar todo el tiempo escondido pues he descubierto cosas que podrían poner en peligro las tradiciones de la estirpe. A veces pienso que todos están locos, aún los de mi mismo clan andan todos paranoicos recopilando toda la información posible de casi cualquier cosa. Más de una vez han intentado asesinarme (ya que me importa, me mataron hace algunos años) aún así paso la mayor parte del tiempo huyendo, hoy día dedico mis investigaciones a la recuperación de la historia de la estirpe durante la época que me tocó vivir como mortal, pues aún hay muchos misterios. ¿Quién mató a mi maestro? ¿Qué pasó con Rengaw? ¿Quién mató al judío? ¿Quién era ese sujeto? Nadie ha querido responder a mis preguntas y en realidad no requiero la ayuda de nadie, tarde o temprano encontraré las respuestas, total, tengo todo el tiempo del mundo.

       Esa es mi historia, les advertí que no tenía nada de relevante... Espero poder ayudarles en algo, si requieren de mis conocimientos, estoy a su servicio, claro si están dispuestos a proporcionarme cierta información.

       Atte. Jean Pierre el Ermitaño