PASADA LA LÍNEA DE LA MUERTE



Ignorantes me temen recordando fantasías,
como tú, ellos no entienden que mi muerte sea mi vida.
¿Y que habrías hecho tú? ¿No lo habrías aceptado?
Ven y acércate querida, acomódate a mi lado.

Los días, largos ya en vida, son eternos para mí,
ya no logró recordar esa luz que un día vi.
Habitante de la noche sin calor y sin pasión,
con el alma caducada y marchito el corazón.

¿Por qué tiemblas, criatura? ¿Es que acaso tienes frío?
No me temas, aún no, pues careces de motivo.
Los colmillos no los uso por antojo, devoción,
mas tu cuello me seduce, bien serías la excepción.

En las noches solitarias, es Luna mi compañía,
puntual y reluciente, y, como yo, temiendo al día.
Mas llega el amanecer, me sumerjo en mi burbuja,
Envuelto de soledad y temores que me estrujan.

Cuando mis ojos se nublan, busco recuerdos en mi corazón,
recuerdos que me hagan feliz, que anestesien mi desolación
¿A caso crees que no tengo sueños?¿Ni cosas por las que sonreír?
Pequeña ingenua, mi amada, también yo lucho por sobrevivir.

Aunque carezca de alma y oculte mis sentimientos,
existe un lugar en mi, donde habitan buenos pensamientos.
Tiéndeme la mano, confía en mí, deja que te muestre,
aprenderás aquello que yo aprendí… pasada la línea de la muerte.

Nerea y Joaquín (16/12/03) : joaquinocon@hotmail.com