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Virtud: Equilibrio
Diez hombres bajaron de las colinas;
Diez hombres eran uno, pero diez eran diez.
Un hombre marchó y los demás cayeron,
¿Fue culpa de alguno de ellos?
-- El Junco Hueco.
Observa al humilde ciempiés. Al contrario que el grillo, no salta. Al contrario que la avispa, no vuela. Lo que hace es arrastrarse sobre sus cien patas, cada una conectada a un segmento de su cuerpo. Cada segmento se mueve de forma armoniosa, pero contiene su propio par de patas, su propio caparazón y, algunos dicen, su propio corazón. Xue notó la armonía del ciempiés, y por su ejemplo fue iluminado.
El Junco Hueco predica la moderación; mientras las demás Sendas se describen como tormentas o fuegos, el Junco habla del vacío que recibe forma. El título del sutra procede del ideal Dharma: ser como el junco, alimentarse del agua estando vacío, enraizado en el suelo, pero alzándose hacia el cielo. El nombre del Camino llega de la práctica de vivir múltiples vidas para lograr múltiples comprensiones. Para mantener el equilibrio, los llamados “Árboles sin Raíces” recorren mil caminos, cada uno usando un nombre diferente. Se trata de una Senda muy larga para alcanzar la iluminación, pero si algo tienen los vampiros, es tiempo.
Los susurros no creen que la Sexta Edad sea el fin de la creación. Para ellos es una muerte ritual, una de muchas. Como los juncos que surgen de la superficie del agua, los Sin Raíces confían en que, cuando termine la tormenta, su flexibilidad les haya permitido sobrevivir. Otros Dharmas no lo lograrán. El grillo estará ahogado. La avispa habrá sido derribada. El ciempiés seguirá intacto. El junco permanecerá en pie.
A los discípulos de ésta Senda les encantan los acertijos, y lo envuelven todo en simbología. Algunos vampiros afirman que los Mil Susurros escriben sutras sobre cada brizna de hierba, y aunque pueda tratarse de una exageración, captura la perspectiva del Camino. A estos Kuei-jin les encanta ver las cosas viejas con nuevos ojos. Se trata de cambiaformas talentosos que pueden cambiar su sexo, su alianza, su modo de vida y su temperamento con cegadora velocidad. Cada cambio, aseguran los sabios, enseña algo a los Susurros.
Este Camino es el más frecuente de todos los Dharmas, y por buenas razones: es el más difícil de conservar. Los Kuei-jin no son ni equilibrados ni templados. Para vencer su naturaleza destructiva, los Susurros cultivan la técnica de la Máscara Rota, una senda de múltiples personalidades hacia la iluminación. Mientras la mayoría se aferra a su identidad, los Árboles sin Raíces adoptan muchas diferentes, matándolas cuando parecen haber aprendido todas las lecciones. Como casi todas las vidas ocupan mucho tiempo, la mayoría de estos vampiros adopta sólo una o dos personalidades a la vez, preparando muertes trágicas y creando después una nueva identidad. Al ser inmortales, los Susurros pueden experimentar todo el rango de la perspectiva humana, elevándose sobre las limitaciones de una única visión.
Por supuesto, esta comprensión requiere un cierto tiempo. En las primeras fases de la senda, un Susurro se parece mucho a un Mono Corredor. Sus mayores se ríen de él y le ofrecen koans que exigen una visión más amplia. A medida que recorre diversas vidas, la perspectiva del vampiro se ensancha. Con el tiempo se asemeja a una delicada talla de jade: preciosa en su forma inicial, pero pulida de forma exquisita por la segura mano del artesano. La clave de la Senda es ser a la vez el escultor y el jade, de modo que pueda convertirse a sí mismo en una obra de arte.
Entrenamiento: para seguir la Senda de los Mil Susurros, un Kuei-jin debe morir y renacer constantemente. Cada pocos años sufrirá una “muerte” ritual, será enterrado y regresará con una nueva personalidad. Durante el enterramiento, el vampiro entrará en un profundo trance durante el que meditará sobre las lecciones de sus vidas pasadas. Ciertos Susurros poderosos proyectan su alma hacia los mundos espirituales mientras sus cuerpos duermen. La cáscara del Kuei-jin permanece en éxtasis, protegida por amigos mortales u otros Susurros. Los primeros suelen ser devorados cuando el vampiro regresa de sus viajes; los últimos le saludan y se alejan mientras él surge de la tumba. Cada vez que “muere”, el Kuei-jin corta todo lazo con su vida pasada; con el tiempo, se alejará también de su wu y de su corte.
En vida, casi todos los Susurros eran fanáticos de alguna causa o estaban dedicados a muchas de ellas. Ninguna Senda les permitía aprender sus lecciones kármicas. Cuando su entrenamiento comienza, los sifus realizan preguntas imposibles para luego despedir a sus pupilos, que deben dar con las respuestas. Los maestros dan tres nuevas identidades a los discípulos, tan diferentes entre sí como sea posible. Todas las habilidades necesarias serán enseñadas en el entrenamiento inicial, junto con algunos sutras, meditaciones y costumbres. También se les da algo de dinero. Cuando éstas tres vidas terminan, el discípulo puede partir solo.
Debilidad: es terriblemente difícil practicar la moderación, especialmente cuando eres un vampiro. A pesar de las meditaciones y de la técnica de la Máscara Rota, el tirón del Yin, el Yang, el Hun y el P´o desvía a muchos Árboles de su camino. Para mantenerse en su Senda, muchos Susurros miran a la tierra. Parece sólida, pero se funde como barro, forma remolinos en las arenas movedizas y se endurece como la roca. A veces se abre y engulle lo que le rodea. Nunca permanece quieta.
Para lograr el verdadero equilibrio suele ser necesario acudir a los extremos. Para evitar los apegos, los Susurros destruyen las cosas y la gente a la que quieren demasiado. Esta tradición dio lugar al segundo nombre de éste Dharma: la Senda del Ciempiés Sabio, un comentario sarcástico sobre la inspiración del Arhat. Los demás vampiros desconfían de los seguidores del equilibrio: ¿quién sabe cuando se volverá tu amigo contra ti?
Augurios propicios y símbolos: máscaras de jade, cuevas, ciempiés, cavernas, piedras talladas con forma humana.
Afiliaciones: tierra, el color blanco, el número cero y la dirección del punto central.
Conceptos: lunático, espía, profesor, artista marcial, errante, mercenario, extraño misterioso.
Cita: “ver cada nuevo amanecer con un nuevo par de ojos es grandioso. Ser cada nuevo amanecer es la iluminación definitiva.”
Principios:
1. Vive 1.000 vidas, cada una diferente de la última.
2. Aprende lo que puedas de cada vida.
3. Cambia todo lo posible entre alientos.
4. Si te acercas demasiado a algo, mátalo. No hará más que estorbarte.
5. Da la espalda a cada vida que abandones.
6. Da cuando la generosidad sea precisa; toma cuando el robo sea necesario.
7. Abre los ojos de los ciegos y haz que los mudos defiendan su estado con palabras. Todos los seres deben enfrentarse a elecciones; así que pregúntales a tu paso.
8. Cuando algo parezca desequilibrado, corrígelo. Si no eres capaz, destrúyelo.
Sendas Rivales:
El Tigre-Diablo: ¡Qué horrible máscara!. Quítatela antes de que te asustes a ti mismo.
La Grulla Resplandeciente: el Rey Mono avergonzó a todos los tuyos. Se necesitó a Buda y a todos los elementos para enseñarles a comportarse.
La Canción de la Sombra: yo también oigo los susurros, pero algunos de nosotros sabemos reír.
El Dragón Asesino: buen nombre; una gran actividad que no conduce a nada.
Vástagos: hormigas en el camino de la inundación.
Sardum.