Lord Sothus.

      - Cuando haya terminado este experimento será el final para los Tremere. Este nuevo tipo de vohzd será capaz incluso de contrarrestar su maldita taumaturgia, y finalmente los aplastaremos como las moscas que son...

       Quien dice estas palabras es una persona de unos dos metros de altura, y extremadamente robusta. Va vestido muy elegantemente, con un vestido de seda con dragones de oro bordados con hilos de oro, y una capa completamente negra cuelga de sus hombros. Pero lo que mas llama la atención de este hombre, este vampiro, es su estómago. De hecho, sus palabras no han salido de su cabeza, sino de la cabeza que tiene en la barriga. Surgiendo por un agujero en la túnica, agujero con la dobladilla perfectamente acabada, está el torso de una persona, con sus hombros, brazos, cuello y cabeza. Esta es la cabeza que expresa las palabras, llenando de eco la habitación en la que se encuentra. Es el busto de una pequeña persona, del mismo tamaño que lo sería un niño de cinco o seis años. Pero en sus ojos se puede observar una gran inteligencia, y una gran maldad. Esos ojos de un azul intenso, que parecen capaces de sostener la mirada incluso a una gorgona. Y esta cabeza contrasta con la que hay entre los hombros del cuerpo musculoso. Esta cabeza no demuestra ningún signo de inteligencia, es la cabeza de una persona anormalmente retardada.

       Delante de él (o de ellos) hay dos personas. Bien, mejor una persona y un ser. El ser tiene seis brazos, y es el más alto de la sala, con sus mas de dos metros y medio, y parece capaz de partir tres toros, cada uno con dos de sus manos. Se trata de un vohzd, un ghoul de guerra Tzimisce, una máquina de destrozar y matar. El otro, la persona, mide aproximadamente metro y medio de altura, y se encuentra completamente desnudo. En la palidez de su piel podemos observar que se trata de uno de los vástagos, uno de los hijos de Cain, un vampiro. Y por su altivez podríamos imaginarnos que se trata de un Ventrue, un Brujah o un Tremere. Pero por las palabras de la cabeza estomacal podríamos imaginarnos que se trata de uno de estos últimos. Sabed que el clan Tremere es el que mejor domina la taumaturgia, y el clan Tzimisce, el único capaz de crear y controlar los ghouls de guerra llamados vohzd, es el peor enemigo de los Usurpadores. Así que, ¿que mayor ironía que utilizar una variante del ritual Tremere para crear gárgolas para crear un nuevo azote del clan Tremere?

       - Preparaos, malditos Tremere. Vuestro clan está perdido...

       - No te saldrás con la tuya, Sothus. Aunque acabes conmigo, no conseguirás nada. Y aunque tu ritual funcione, nunca conseguiréis acabar con nosotros. No conseguimos la posición que ocupamos para que cuatro desgraciados como vosotros nos lo quitéis todo...

       - ¿Cómo te atreves...?

       Y en aquel momento, dos miradas se encontraron, dos pares de ojos se miraron entre si. Y una guerra empezó, ya que la mirada tiene mucho mas poder de lo que un mortal pueda llegar a imaginarse, y aún más si la voluntad de las personas que la cruzan es muy superior a la mediana. Una mirada puede marcar el final de una batalla. O el inicio de una guerra.

      

       - ¡Señor Parnov! ¡Me honráis con vuestra visita!

       - Ay, Vozid... ¿Cómo te he de decir que no me hables así? Somos amigos, ¿te acuerdas?

       - Pero señor, le debo un respeto. Usted ya lo sabe. Usted es el señor de todas estas tierras, de todo lo que se puede ver desde aquí, e incluso de tierras mas allá. Usted es mi barón.

       - Levántate, Vozid. Sabes que no soporto verte arrodillado delante mío.

       - A sus órdenes, señor.

       - ¿Qué haremos contigo, Vozid? Eres mi amigo, mi único amigo...

       Las dos personas que mantienen esta conversación parecen, a primera vista, bastante diferentes. Uno, el tal Vozid, va vestido con una armadura de cuero con tachas metálicas. De su cintura cuelga una espada, y en su espalda reposan un escudo y una ballesta. Él es un soldado, es el capitán de la milicia del pueblo de Eger, una persona dura y acostumbrada al esfuerzo físico. El otro, Lord Parnov, es el barón local de la zona. Unas cuantas poblaciones de aquel territorio están bajo su jurisdicción. Es un hombre que empieza a vivir su decadencia, con sus más de cuarenta años, pero que conserva aún parte de su robustez. Viste ropa lujosa, y se intuye una daga por debajo de su capa marrón verdosa. Es una persona acostumbrada a mandar y a ser obedecida de inmediato.

       - He venido, Vozid, porque me gustaría que pusieses algunos de tus hombres a las órdenes de mi Alto Mariscal, para que así podamos localizar y eliminar esta amenaza nocturna que parece asediar esta zona, mi baronia, heredada de mis antepasados. Hemos de encontrar este wampyr que dicen azota mis tierras. Pero yo creo que lo que encontraremos, juzgaré y condenaré es una persona normal, no a un ser de leyendas.

       - ¡Pero señor! ¡Mas de una persona dice haber visto este wampyr en la zona!

       - Sí, ¿no? Y después me diréis que se trata de un volkodlak, ¿no?

       - Pero señor...

       - ¡Bastante! ¡Mi padre eliminó a todos los wampyr que han existido nunca por aquí! ¡Y el miedo ha impedido que volviesen! ¿Osas contradecir su palabra?

       - No, señor. Haré lo que pueda, señor.

       - Así me gusta, amigo mío.

      

       - ¡¡Uoops!! Esta rana ha saltado mas de lo que pensaba. ¡Cógela, Vladi!

       Dicho esto, el cuerpo con una cabeza en la barriga se puso a saltar tras una rana de color naranja, con ocho patas en vez de cuatro, y uno de sus ojos colgando de una antena en la tercera pata de la derecha.

       - ¡Vigila, que me mareo! - Gritaba el busto llamado Sothus, mientras rebotaba arriba y abajo, golpeándose ahora con el pecho del gigante, ahora con las partes no mencionables del inmenso ser - ¡Juájuájuájuájuájuájuájuájuájuájuájuájuájuájuá! ¡Uuuuuh! ¡Es divertido! ¡Algún día tendremos que repetirlo, Vladi! ¡Ouch! ¡Vigila! Esto me ha hecho daño... Ranita, ranita... ven aquí, ranita...

       - Si crees que me cogerás es que estás mas loco de lo que creía, Sothus - contestó la rana - Has acabado con mi apariencia, pero conmigo no podrás... Croac

       - Vaya, ¿desde cuando las ranas hablan? Tendré que hacerle una operación en el cuello. ¿O mejor le obstruyo los pulmones? ¡Venga, Vladi, cógela!

       Y la persecución los llevó fuera de la mansión del ahora demente Tzimisce llamado Sothus, y pasó cerca de una expedición nocturna de caza formada por la guarnición personal de Lord Parnov y la milicia local del pueblo de Eger, expedición que había salido a la búsqueda de aquel ser sobrenatural que aterrorizaba sus tierras.

       - ¡Detente, Vladi! ¿Ves eso de ahí? ¡Son antorchas! ¡Fuego! ¡Aaaaaaaaaaaaah! ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Miedo! ¡Vuelve atrás, Vladi!

       Pero la rana no los vio a tiempo. Y la expedición de caza se topó de morros con ella.

       - ¡Allá! ¿Qué es eso? ¡Un monstruo! ¡Atrapadlo, ya tenemos al wampyr! ¡Cogedlo antes no se transforme en niebla y huya de nosotros! ¡Clavadle una estaca al corazón!

       - Lord Parnov, ¿dónde tiene el corazón un ser como este?

       - Lord Parnov puso cara de sorpresa, y respondió - Buena pregunta... - Pero, recuperando la compostura, gritó - ¡Cogedlo! - mientras señalaba el ser.

       Y unos treinta hombres, algunos de ellos con el escudo familiar de Lord Parnov grabado en la ropa, vestidos con pesadas cotas de mallas, y armados con buenas espadas de acero, y el resto vestidos con una simple armadura de cuero, y con una simple jabalina o espada corta como arma, empezaron a correr hacia aquel ser que acababa de aparecer de repente de unos matorrales, entre gritos de "¡Cogedlo!", "¡Atrapad esa cosa!", "¿Una rana?", "Da igual, estúpido. Tú cógela", "¡Muerte al devorador de moscas, digo almas!", "¡Matadlo!".

       Lord Parnov fue el primero en llegar al ser, y el primero en golpearlo. Y el primero en quedarse sin arma, ya que al arremeter contra esa cosa, la espada se le partió por la mitad. Alguna jabalina fue lanzada décimas de segundos después, pero rebotaban inútilmente. Su piel era demasiado dura. Ningún arma la podía atravesar.

       - ¡Retirada! - se oyó entre las voces de los atacantes - ¡Retiraos! ¡Huid! ¡Es inmortal! ¡Nos matará!

       De repente, la rana sacó su larga lengua y con ella atrapó al Lord. Y se lo llevó a la boca.

       - ¡Aaaaaaaaaaah! ¡Se nos comerá! ¡Huid! ¡Se cree que somos mosquitos! ¡Aaaaaaaaaaah!

       Tan solo una persona se quedó allí, impertérrito. Vozid, que intentó golpear la lengua que aprisionaba a su señor, pero sin conseguir resultado alguno. La rana se llevó su víctima dentro de la boca, y la cerró. Y de repente cayó al suelo.

       - Puag, que peste hace aquí dentro - Dijo Lord Parnov, mientras salía de la boca del animal, todo el sucio de saliva - ¡Vozid! ¿Has sido tu quien me ha salvado?

       - Señor... no, Lord Parnov. La bestia ha caído sola.

       - Bien, sea lo que sea que ha pasado, lo que importa es que está muerta. La quemaremos, y echaremos sus cenizas a los cuatro vientos, a ver si esto hace que los seres como este se asusten y no vengan mas. Por cierto, ¿sabes qué era?

       - Pues... no señor.

       Y dicho esto, los dos amigos se dirigieron a su pueblo, Eger.

      

       - ¿Has visto esto, Vladi? Estos hombres han conseguido matar mi creación. Deben ser muy poderosos. Tendremos que vigilar, Vladi. Tendremos que vigilar.

       Para no variar, Vladi no reaccionó a sus palabras. Nunca lo hacía.

      

       Y el tiempo pasó, y todo el mundo olvidó el incidente. ¿Todos? ¡No! Sothus tenía muy buena memoria, no olvidaba nunca un incidente. Por eso dejó de transformar sus ghouls en ranas, y los convertía en perros falderos, que son más cariñosos.

       Un día, uno de estos perros se le comió un gato, por lo que decidió que necesitaba un ayudante. Tenía a Vladi, pero a pesar de ser dos, no podían estar en dos lugares a la vez. Abrazaría a alguien, pero ¿a quién? ¿Ya está! Aquel hombre vestido con armadura de cuero parecía alguien valiente. Sería un buen mozo de cuadra.

       - Tú - dijo señalando a uno de los pocos ghouls que le quedaban con forma relativamente humana (este tenía que llevar capa para que no se le viese la columna vertebral) - ve al pueblo y averigua todo lo que puedas de él. Y cuando vuelvas, tráeme unas galletas y un litro de leche de cabra, que me gustan mucho.

       Y el servidor, sin contestar una palabra se dirigió al pueblo. Fue directamente a la taberna, lugar de reunión de todos los villanos, y mediante señas pidió un vaso de leche de vaca, y escuchó las conversaciones. Y llegó a saber quién es aquel hombre, así como supo también que de vez en cuando iba al castillo del barón. Aquel sería un buen momento para atacar. Así que se levantó, compró la leche y galletas, y volvió a la mansión de su señor.

       - Veo que has vuelto pronto, aún no había terminado con estas muñecas... - y tiró (bueno, de hecho las tiró el Vladi) dos muchachas de unos veinte años, con el cuerpo completamente rígido, a un rincón - ¿Qué has sabido? Dime, dime. Estoy impaciente.

       Y pasaron unos segundos.

       - ¿Por qué no contestas? ¿Se te ha comido la lengua el gato?

       Y el ghoul abrió la boca, enseñando su lengua.

       - ¡Ay, si, es verdad! Déjame, ven, yo te arreglaré esto - Lo tocó, y la lengua recuperó su condición normal.

       - Señor Sothus - dijo el ghoul - aquel que me ha dicho es Vozid, el jefe de la milicia del pueblo. Sabe, es amigo de Lord Parnov, y algunas noches va a visitarlo. Sería un buen momento para atraparlo...

       - Sí, tienes razón. Sería un buen momento. Y tendría un juguete mas. Uno que me vigilaría las mascotas. Ven, muchacho, que te recompensaré.

       Y el ghoul se le acercó. Sothus estiró sus pequeños brazos, le cogió la lengua, y se la arrancó. Total, podía hacerle crecer otra...

       - Venga, Vladi, iremos a esperarle mañana en el camino del castillo. Hoy tengo ganas de seguir jugando con mis muñecas... - y dicho esto cogió una de las ‘muñecas’ y empezó a golpearla con la otra.

      

       Durante este tiempo, ni Lord Parnov ni Vodiz habían estado ociosos. Parecía que el padre del primero no había terminado bien la tarea, por lo tanto los dos se entrenaban en el uso de las armas, para poder defenderse mejor. Lord Parnov consultó la biblioteca de su padre buscando información sobrenatural, pero no encontró gran cosa.

       Un día se encontraban el Lord y su amigo en la casa de este último entrenándose en el uso del arco, cuando a Lord Parnov se le rasgó la túnica, y Vozid le dejó lo único que tenía a mano : una cota de cuero. Siguieron el entrenamiento hasta las ocho de la noche, hora en la que Lord Parnov decidió volver al castillo.

       - Señor, déjeme acompañarlo. Es peligroso viajar solo a estas horas. Los monstruos y los bandidos, ya sabe...

       - No te preocupes, Vodiz. Además, tampoco iré solo, hay cuatro soldados esperándome para marchar.

       - Como quiera, señor.

       Y, apreciado lector, te imaginas lo que pasó, ¿verdad? De noche, con una armadura de cuero, un vampiro buscando una víctima con esa descripción... pues eso es justamente lo que sucedió. Sothus (Vladi) se encontraba emboscado a un lado del camino cuando llegó la comitiva. - Tendré que castigar aquel criado - pensó - no me ha avisado de que viajase acompañado. Aunque, ¿es él? Lo recordaba un poco diferente, más joven. Bah, da lo mismo, ya se sabe que el tiempo pasa muy rápidamente. Vladi, yo me esconderé tras la camisa. Tu encárgate de los soldados. Y sobre todo no le hagas daño a nuestro amiguito... no me gustaría tener que curarlo...

       Dicho y hecho. Vladi saltó sobre uno de los guardias, rompiéndole la nuca del impacto. Los otros desenvainaron sus armas, pero tampoco duraron mucho. Lord Parnov también desenvainó su daga, pero tampoco tuvo tiempo para reaccionar, Vladi lo inmovilizó. Hecho esto, Sothus salió de su escondrijo.

       - Hola, mortal. ¿Te asusto? ¡Bu!

       Lord Parnov se asustó de verdad. Intentó huir, pero la presa que le aplicaba aquel gigante era demasiado fuerte para el.

       - ¡Tranquilízate, hombre! Si sólo quiero hacerte un favor... mira, necesito un mozo para que cuide de mis mascotas. Y te he escogido a ti, Vodiz.

       - ¿Vodiz? - preguntó Lord Parnov con voz temblorosa - Se confunde, señor. Yo no soy él, ni él es yo. Yo soy Lord Parnov, el señor de estas tierras. Y si no me deja - y se suicida, no quiero monstruos como usted por aquí - inmediatamente, haré que lo persigan mis hombres.

       - Uy, que miedo me haces - levantó la cabeza hacia Vladi, y dijo - Mira Vladi, me amenaza. No lo había hecho nadie desde aquel Tremere. ¡Que divertido! ¿Podría volver a hacerlo, señor Vodiz?

       - Re... repito... yo soy Lord Parnov - dijo intentando arrancar el terror de su cuerpo - Señor de todo lo que ve. Y si no me suelta inmediatamente ¡se puede dar por muerto!

       - ¡Qué divertido! ¡Ha vuelto a hacerlo! ¿Has visto, Vladi? ¡Ha vuelto a amenazarme! Se cree que me hará miedo... Y dice que va a matarme, ¿sabes? ¡Pero si ya estoy muerto! Soy un vampiro ¡qué miedo! ¡Pero qué manía tienes con que no eres Vodiz! Tendré que llegar al fondo de la cuestión... - Y dicho esto lo miró seriamente a los ojos. Su cara se puso morada, y finalmente se relajó.

       - ¡Es verdad, Vladi! No es Vodiz ¡sino Lord Parnov! ¡Hemos capturado un noble señor! ¿Qué haremos con él? ¿Lo matamos? Sabe que somos en realidad... aunque no, lo haremos mejor. Los nobles siempre me han caído mal. Lo abrazaré, mejor lo abrazarás, y lo usaremos de criada. Desángralo, Vladi.

       Y Vladi le mordió el cuello al nobleseñor. La sangre empezó a manar, pero Vladi se la bebió toda. Primero un fuerte dolor invadió el cuerpo de Lord Parnov, seguido de un gran placer. Y poco a poco, debilidad. Lentamente, moría.

       - ¡Para Vladi, para! Ahora - le hizo un corte en el brazo - dale tu sangre para que beba. Bebe, noble señor, bebe y conviértete en uno de los míos...

       Y, forzosamente, Lord Parnov bebió. Y así pasó a formar parte de los Condenados.

      

       Lord Parnov se despertó. Abrió los ojos, y lo vio todo oscuro. - Un sueño. - pensó - Ha sido un sueño. Se incorporó y - ¡Auch! ¿Quién demonios me ha puesto una tapa en la cama? ¡Es un ataúd! ¡Me han enterrado vivo! ¡Socorro! ¡Auxilio!

       Y la tapa se levantó. Y Vladi sacó la cabeza. Y Lord Parnov pegó un grito.

       - Entonces ¡no era ningún sueño! ¡Soy un vampiro! ¡Estoy condenado a vivir eternamente matando a los demás, y todo eso que se explica!

       - No te creas ni la mitad de lo que se dice - oyó que una voz, Sothus, decía. - Vladi, muévete de forma que lo pueda ver. Sí, así está mejor. Mira, no te creas nada de lo que dicen de nosotros. En realidad, no nos asustan ni los ajos ni las cruces - bueno, depende de quien use la cruz. Hoy, antes de que me barras la mansión, te daré la primera lección. Pero antes, toma bebe. - y se hizo un corte en la mejilla. Lord Parnov, al ver la sangre, se excitó, y sin ningún tipo de vergüenza se lanzó sobre su mentor y empezó a sorber. Tenía mucha hambre.

       - ¡Para hombre, para! ¡O si no me desangrarás! Bien, como te iba diciendo, hoy te daré una lección de historia. ¿Sabías que dicen que los vampiros venimos de Cain? - ¿cómo?, ¿que no sabes quién es Caín? Bien, da igual, porque eso es mentira. Gracias a mis estudios en la materia, he descubierto que en realidad, quien creó el vampirismo fue nuestro mas odiado enemigo. ¿El volkodlak dices? ¿Quién te ha dicho que seamos enemigos? No, nuestros peores enemigos son los Tremere. ¿Quién son los Tremere? Algún día te explicaré eso. Bien, tal como te decía antes de que me interrumpieses, el vampirismo fue creado por los Tremere. Dicen que de esto hace poco mas de un centenar de años, pero yo sé que en realidad hace milenios. Mira, había un demonio llamado Saulot. Y un grupo de mortales consiguieron acorralarlo. ¿Qué? ¿Que cómo acorralar a un demonio? Pues eran magos, ¿por qué te crees que dominan la taumaturgia mejor que nosotros, que la inventamos? Bien, como te decía, acorralaron aquel demonio y se le bebieron la sangre, quedando malditos. Eran ocho, esos magos. Y de ellos se dice que tienen una generación. ¡No me interrumpas mas! Uno de los ocho, el que da nombre al clan, se puso a dormir, se ve que se había cansado mucho, y los demás crearon mas vampiros, creándonos a todos nosotros. Y ahora toma esta escoba y límpiame toda la casa. ¿Cómo, que no quieres barrer? Pues te dejaré encerrado, castigado a no comer. Ala, por malo. - Lord Parnov intentó levantar la tapa, pero no pudo. Vladi, por órdenes de Sothus, se había sentado encima.

       Y así pasó su primera noche como vampiro Lord Parnov.

       Pero mientras tanto, ¿qué había sucedido en el castillo? Lord Parnov era un señor muy justo, y sus súbditos le querían mucho. Por eso, al llegar el día siguiente y no haber vuelto aún su señor, decidieron hacer expediciones de búsqueda. Y encontraron los cadáveres de guardias asesinados. Y se asustaron mucho, y lo buscaron por todas partes. Recorrieron valles y montañas, exploraron partes desconocidas del mundo, pero nada. A nadie se le ocurrió buscar en la mansión abandonada que había a pocas horas de camino del pueblo.

       Y el tiempo pasó, y el noble desaparecido aprendió mas cosas sobre los cainitas, como que el resto de los clanes les llama demonios porque les tienen envidia por ser mas guapos, o la razón por la que los Lasombra no se ven en los espejos. Y un día aprendió lo que es un ghoul, y tuvo una idea: si convertía a su amigo Vodiz en ghoul, este no moriría nunca, y podrían estar juntos para siempre.

       Así, una noche se escapó y fue a Eger a buscar a su amigo. Cuando lo hubo calmado se lo explicó todo, y lo convirtió en ghoul. Y entre los dos se inventaron la historia de que había contraído una infección muy contagiosa, y que por eso había estado fuera tanto tiempo. Y utilizarían aquella excusa hasta que su mentor le permitiese volver. Y fue también ese día cuando descubrió también que es eso de un príncipe, ya que fue capturado por dos vampiros de la ciudad, y lo llevaron ante él. Allá explicó su historia, e hicieron venir a Sothus. Le abroncaron por crear progenie sin permiso, pero él le hizo la pelota hasta tal punto que el príncipe redujo la caza de sangre por la prueba de la bestia, de la cual obviamente salió indemne. Y durante el camino de vuelta le explicó de qué va esto del principado: un príncipe es alguien a quien le gusta que le hagan la pelota, así que tu dile que sí mientras haces lo que te da la gana. Así de simple.

       Poco después le dio un nuevo conocimiento: el poder de los vampiros proviene del nombre que tienen. Así, si quieres que un vampiro que creas pueda llegar a tener algo de poder, ha de llevar el nombre de su sire o su mentor. Y eso debe ser verdad, ya que un par de días después de adoptar el nombre de su mentor consiguió ver su aura. Y descubrió entonces que estaba como una chota. No todos los vampiros eran así. Y eso fue un gran alivio, ya que ya se veía encerrado en un manicomio a los pocos años...

       Y pasó aún mas tiempo, tiempo que aprovechó para aprender mas cosas sobre el mudo de la noche, hasta que hubieron pasado cincuenta años desde el día que había sido abrazado. Aquel día, delante de un pastel de aniversario, Sothus le dijo:

       - Sothus, hijo mío, ya me he cansado de ti. Así que vete y no me molestes mas.

       - Pero señor, ¡yo aún puedo aprender mucho de usted!

       - Mira, vuelve de vez en cuando, pero no me cabrees, que si no...

       - Sí, señor - dijo mientras lloraba - ¡No le olvidaré nunca!

       - ¡Ala, vete y deja de molestarme!

       - Sí, señor...

       Y así Lord Sothus volvió a sus tierras. Dijo que la enfermedad lo había vuelto albino, por eso estaba tan pálido, y que por lo tanto tan solo lo verían de noche.

       Y un día, no se sabe porqué, hizo venir a un tal Jonathan Harker, se compró un pisito en Londres, y se fue allí a pasar una temporadilla de vacaciones.