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Se dice que los príncipes que echan a los Ravnos de una ciudad recibirán “el tratamiento”, y algunos neonatos utilizan esta amenaza para que los príncipes les permitan quedarse en la ciudad. Decir eso es lo más estúpido que puedes hacer.
El tratamiento rara vez sucede, pero cuando lo hace es porque un antiguo con más conexiones que sentido decide comenzar una inusual venganza contra un príncipe que niega los derechos que todos los vástagos tienen en la ciudad. Ahora, no digo que si un príncipe echa a un Ravnos sin razón no merece ser castigado, simplemente digo que no es inteligente amenazarlo. No menciones el tratamiento. Si te dice que te vayas, tú te vas, así de fácil. Las posibilidades son de que sus sheriffs, azotes, o mercenarios (lo que sea que utiliza para protegerse) te superen en número, así que no cometas estupideces. Quedarse en la ciudad sería estúpido, y vas a estar contemplando alguna salida de sol con ese problema de actitud.
Bueno, la lección en todo esto es que el tratamiento existe, pero si se lo dices a un príncipe comenzará a matarnos en vez de escoltarnos a la salida, de hecho esta es una de las funciones de los azotes, matar a los vástagos molestos.
Métodos
Una de las razones por la que los Ravnos nos mantenemos juntos es por el potencial de ayuda muta. La libertad de ir de una ciudad a otra es lo mejor, pero si cada vez que entras a una ciudad te sacan con una patada en el trasero no es bueno, así que lo mejor es la cooperación.
Lo mejor es mantener contacto con otros Ravnos, correo electrónico, teléfono celular, casilla de correo postal, máquina contestadota, lo que sea que te ayude a mantenerte en contacto. Si vas a algún lado haz correr la voz, para que todos sepas cuando viajas. Di en donde estarás, si sabes por cuanto y si esperas volver, pasa mensajes de otros Ravnos, para que todos tengan una idea general de donde están. Si esperas encontrarte problemas deja aviso de ello.
Si pierdes el contacto con ellos puede que comiencen a interesarse por tu desaparición, todo depende de cómo es el príncipe de esa ciudad, que piensan de ti los otros Ravnos, y si arriesgarían sus traseros por ti. De igual forma vale la pena tener la posibilidad.
Si debes correr de la ciudad, es bueno avisar a los demás, y si puedes explicar como y porqué. Si sabes que cierto príncipe detesta a los Ravnos, evita su dominio. No te vuelvas molesto, no te quejes ni llores al príncipe, y bajo ningún concepto le amenaces, si mencionas el tratamiento no puedes esperar nada mejor. Es lo que todos conocen de nosotros, y jamás debes mencionarlo. Otros vástagos se vuelven extraños cuando hablas casualmente de dar vuelta la ciudad, y como quizá no conozcas tantos Ravnos como para convocar un Tratamiento con mayúscula mejor no hacer nada.
De igual manera se supone que si otros Ravnos te ayudan con el tratamiento tú debes devolver el favor.
Últimamente las cosas no son así, desde la semana de las pesadillas* la mayoría de los Ravnos prefiere pasar desapercibida, y es difícil juntar 5 Ravnos para aplicar el tratamiento si no consigues que 1 te dirija la palabra.
¡Esto significa guerra!
Asumiendo que ahora tienes una turba preparada para aplicar le infame tratamiento ahora es el momento de planear. Si, leíste bien, planear. Hasta el Sabbat tiene algo de sentido en sus planes, y los Ravnos no son la excepción. El tratamiento no eres tú y otros 5 vástagos armados luchando en el elíseo, es un cuidadoso plan, vuelvo a repetir, no cometes estupideces. Recuerda que el objetivo no es hacer una jugarreta para que tu enemigo quede como un tonto, esto es la venganza final, no un guión para una película de Adam Sandler. No rompas la mascarada, tu ego no lo vale, y por último, no dejes que te atrapen, jamás.
Primera parte: Planea.
No puedo enfatizar esto lo suficiente. Si vas caminando por la ciudad con nada más pensado que causar problemas, los poderes de la ciudad te destruirán antes de que puedas decir “Solo bromeaba”. Estos vástagos tienen mucho ego invertido en poder y títulos. Incluso el príncipe de la ciudad más pequeña llego a su puesto porque fue lo suficiente ambicioso y poderoso como para aplastar a todos en su camino. No preguntes que le paso al anterior príncipe, no necesitas las pesadillas.
Ve a un kiosco y compra un mapa de la ciudad, puedes encontrarlos en las gasolineras también, para que no tengas que volverte barroco. Lee el periódico o mira las noticias, busca por lugares problemáticos, estos son a la vez puntos débiles y lugares donde los vástagos concentran su poder.
Parte segunda: Vete de la ciudad.
Sería realmente estúpido quedarte en la ciudad a ver que ha sucedido. Si tu plan funciono bien, y si no, bueno, por lo menos puedes volver a intentarlo (aunque esto no debería suceder jamás). Ya has hecho tu punto, y no vale la pena quedarte a ver como la mierda llega al ventilador.
Lo mejor es si el príncipe o sus lacayos no saben si lo que sucedió lo has hecho tú o ha sido casualidad. No te sientas como que no eres importante, de hecho has probado que eres aún más inteligente que ellos; la confusión aumenta la mística del tratamiento, confía en eso.
Night Crow : night_crow@starmedia.com