Un Giovanni

      Yo nací a mi vida humana en 1850 en Venecia. Viví y crecí en lujosos palacios donde aprendí mucho sobre la etiqueta, sobre la economía y sobre la muerte.

       Desde muy pequeño la estudié, al principio de forma histórica en la biblioteca familiar (Grandes plagas, desastres "naturales, psicología del suicida...), más tarde a los 18 años aprendí el aspecto físico de la muerte estudiando medicina forense (histología postmortem, venenos, zonas extremadamente sensibles a los impactos con armas contundentes, etc...) y finalmente estudiando su aspecto espiritual, cuando fui convertido en ghoul.

       Como todo buen ghoul Giovanni estudié la Necromancia, pero me entrenaron especialmente en el combate, ya que mis primeras misiones fueron de guardaespaldas, para ser exactos mi misión era la de cubrir a mi sire a gran distancia con un rifle de precisión, armado con balas incendiarias; y si llegara el caso, estaba perfectamente instruido en el combate cuerpo a cuerpo y en la disciplina de la potencia.

       Calibre: 7.82 Warbird. Capacidad: 3 Tiros (1 en recámara). Longitud: 1m 21cm. Peso: 10.2 libras. (vacío sin mira telescópica).

       Actuando como se esperaba de mí le salvé la vida a mi Sire (Gianluca Giovanni) como consecuencia de mi actuación, y de un Flammewerfen sufrí muy severas heridas en mis pierna y brazo derechos (especialmente este último). Mi naturaleza de Ghoul y buenas dosis de sangre de mi agradecido Sire hicieron que literalmente me naciera un nuevo brazo que increíblemente poseía mucho mejor pulso que el anterior. Durante el tiempo que estuve convaleciente me dedique de pleno en la mejora de mis dotes económicas y en un solo mes aumente exponencialmente mis posesiones materiales y mi presencia en las empresas más boyantes. Para ser exactos siempre me han obsesionado dos: Ferrari y Lazzeroni, los mejores automóviles y los mejores rifles respectivamente.

       Cuando estuve completamente restablecido, tuve que viajar con mi Sire Gianluca a España; este ya confiaba plenamente en mí, por lo que pidió permiso para darme el abrazo. Y le dieron permiso; pero él esperó a que yo hubiera comprado ciertas propiedades en Madrid y nos hubiéramos establecido por completo. Después de eso me convertí en un Vástago.

       Mi Sire creó un nuevo Ghoul y lo mismo hice yo unos meses despues. Mi Ghoul, no es un ghoul de defensa, ya que yo me puedo defender perfectamente, sino un ghoul de defensa-social, Verónica (es una bellísima mujer) se encarga de asistir a todas las reuniones de las empresas en las que trabajo, cuando estas son durante el día, y también va a ciertos acontecimientos sociales nocturnos que son demasiado frívolos para mí.

       Es irónico, yo fui creado para luchar y ahora mi pasión es el estudio. Lo bueno de ser inmortal es que una vez que has adquirido cierta potencia física no necesitas estar entrenando para no perderla; el dinero llama a dinero, cuanto más dinero inviertes mayores son los beneficios (ojo, pero también las pérdidas). Pero el estudio de la Muerte es algo que te absorbe, no puedes dejarlo, es una forma de trascender a los hechos hasta alcanzar cierto tipo de equilibrio. Precisamente por eso pasé muchos años obsesionado con mis estudios y fui dejando un poco de lado mi propia seguridad.

       En 1982 fui atacado por una manada de brujah antitribu y Gangrel de Ciudad, que seguían las órdenes de un Lasombra: Luis Toledo. Me atacaron en mi propia casa, afortunadamente la manada estaba formada por Vástagos muy jóvenes, así que me encargué personalmente de dos Brujah y un Gangrel. Para conseguir quitármelos de encima, me bebí un vial de Vitae de Nosferatu que siempre llevo colgado al cuello para emergencias. Creo que decapité a uno de los Brujah de un puñetazo en la cabeza, los otros dos huyeron vomitando sangre. Verónica resultó herida mientras luchaba contra un Gangrel, si no llego a ayudarla a tiempo habría muerto.

       Ella me dijo que había más rodeando el chalet de la colonia retiro donde vivo, así que cogí mi fusil, lo monté lo cargué con balas incendiarias y subí al tejado. Desde allí barrí la zona a tiros; a un gangrel antitribu le vacié tres tiros en el pecho y solo quedo un cráneo humeante en la acera. Un brujah, también antitribu saco una Uzi y regó mi casa con balas, un par me dieron a mí pero no me hicieron mucho daño ya que la Uzi pese a tener una increíble cadencia de tiro, no tiene un calibre muy peligroso. Salió huyendo con sus demás compañeros cuando 7 ghouls vestidos de Giorgio Armani, llegaron en dos mercedes negros. Al salir de los coches los ghouls blandían bastones, negros bastones terminados en una bola de plata. Más tarde me contaron que son un tipo de invento de Gianluca, y son un equipo de ayuda a los Giovanni en Madrid. No dudaran en ayudar a un Giovanni e incluso dar su vida por ellos. Conducen Mercedes blindados, llevan chalecos de kevlar, bastones de acero con punta y bola de plata (por si hay problemas con los garous).

       Mi Sire tuvo conocimiento del intento del Lasombra para eliminarme y me envió a este grupo de apoyo. Tras este altercado me preocupo más de mi seguridad. Viajé a Italia para conseguir unas Gárgolas, me costó conseguirlas pero al final conseguí dos. Compré los 4 chalets adyacentes al mío para evitar problemas. En casa hice 3 nuevos Ghouls, que están a las órdenes de Verónica. A uno de ellos le he entrenado yo personalmente en el uso de el rifle telescópico, su misión es vigilar el chalet constantemente desde el ático. Otro se entrena en el cuerpo a cuerpo y su misión es patrullar por los 5 chalets de mi propiedad. El último se entrena muy intensamente en todas las artes marciales que se pueden encontrar en los gimnasios de Madrid. Todavía se está entrenando, y es muy probable que dentro de un par de años yo no sea rival para él (al menos en destreza en combate) precisamente por eso su vínculo conmigo es increíblemente fuerte y nunca se le ocurriría dañarme, ni siquiera por omisión de ayuda. Las Gárgolas vigilan mi casa y toda la colonia respectivamente, y tienen una especial relación con Fernando el ghoul francotirador, ya que pasan muchísimas horas juntos, de hecho mientras Fernando descansa una Gárgola ocupa su puesto. Los chalets adyacentes están defendidos por Wraiths vinculados a ciertos objetos que encontré en los áticos y sótanos de los mismo chalets.

       La última medida de seguridad es una furgoneta blindada, armada con ametralladoras, equipada con un ataúd hermético, con combustible para recorrer 1000 Km y con una botella de Oxido nitroso, por si es necesario huir de mi refugio a toda velocidad.

       Actualmente mis esfuerzos se encaminan a la investigación de la no-vida en el espacio, y a acumular recursos para hacer viable una residencia fuera de la tierra. Quizá tarde varios Lustros, pero si hay algo que tengo es tiempo, ciertamente, una eternidad...