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Siéntate, siéntate. Aún nos quedan unos minutos antes de que tengamos que ir al teatro. Creo que la obra de hoy es Sweney Todd. Espero que recuerde correctamente, ya que ese musical siempre me emociona. Supongo que eso es más que natural.
¿Qué?. Oh, sí, fui médico; estudié las artes medicinales durante bastante tiempo. Empero, debo admitir que ahora me creo más bien un gourmet. Nunca habria pensado que contemplaria mi conocimiento médico en vena culinaria, por así decirlo.
¿Qué quiero decir con culinaria?. Bueno, he descubierto que ciertas arterias y venas tienen sus propias peculiaridades de sabor, cada una en sus placeres. En las arterias, como puede que sepas, la sangre fluye desde la aorta, rica en oxigeno, mientras que las venas transportan sangre venosa - sangre azul, para decirlo crudamente - de vuelta al corazón para reoxigenarse. Esto no quiere decir que esta sangre nos sea inservible. ¡Muy al contrario!
Si lo deseas, sin duda que comentaré este tema en términos comprensibles por el profano. Puede que te estés perdiendo los aspectos más delicados del placer de las comidas, y eso sería una verdadera lástima. Por dónde empezar... ¡Ah, sí!. El cuello. Uno de los lugares favoritos de nuestra especie, al menos en casi todas las salas de cine y la televisión.
Hay dos zonas de cena principales en el cuello: La arteria carótica y la vena yugular. Me gusta referirme a la arteria carótida como nuestra versión de la comida rápida. No hay mas que detenerse un momento, hundir los dientes y tu comida está completa. Desgraciadamente, el sabor es algo áspero y, digamoslo asi, vulgar. No hay sutileza en absoluto. Además es más bien escandaloso. Toda esa presión, al venir directamente de la aorta. Yo mismo no me rebajaría a una comida así a no ser que estuviese en una situación desesperada. Sin embargo, si tienes mucha prisa, éste es sin duda el lugar en el que tomar tu comida. Estás avisado, a pesar de todo: Si no eres delicado podrías acabar teniendo un recipiente muerto.
La yugular tiene un sabor un poco más sutil. Lo describiría como casi efervescente y muy refrescante. Tampoco es tan escandalosa como la carótida; ¡ciertamente un punto en su favor!. Sin embargo, sigue siendo una comida para el comensal menos refinado.
El brazo es quizás un lugar mejor que frecuentar, ya que uno puede, es más fácil tomarse tiempo en una comida. Yo prefiero el brazo. El interior del codo contiene la deliciosa arteria braquial, una cornucopia de delicadezas en sí misma. La riqueza del sabor y su sabroso bouquet son algo que no hay que perderse. A la atmósfera contribuyen el flujo más relajado y la delicada piel rozando tus labios. ¡Encantador!. Desde luego, ciertos sujetos han arruinado esta zona con pinchazos de jeringuillas y, cuando me encuentro con esa clase, me traslado a otro lugar.
La arteria radial de la muñeca es casi tan deliciosa como la braquial. Tiene un bouquet un poco más ligero, y es más delicado en sabor y flujo. Cumple mejor como aperitif, abriendo los sentidos a todos los sabores más ricos por venir.
El último lugar de interés para el gourmet tendría que ser la parte superior del muslo. Una zona realmente estética por sí misma, alberga tanto la arteria femoral como la vena femoral. La arteria tiene un sabor robusto y con mucho cuerpo y es deliciosa como plato fuerte. El flujo es fuerte, pero no demasiado. La vena tiene un sabor similar, pero no suele subirse tanto a la cabeza, ya que tiene un menor contenido de oxígeno. Conviene tener en cuenta que, si uno desea estar totalmente alerta, quizás debería escoger venas en lugar de las arterias, más embriagadoras y mucho más ricas en oxígeno.
Por supuesto, otros muchos factores son de gran importancia al escoger un compañero de cena apropiado. La edad, por ejemplo. ¡Ah, dulce juventud!. El solo aroma de la piel joven puede hacer dar vueltas a la cabeza. El vigor que se encuentra en los jóvenes puede ser muy embriagador. Los adolescentes, en particular, son toda una experiencia. ¿Quizás se deba a todas esas hormonas desbocadas?
Pero la juventud es sólo efímeramente satisfactoria cuando se compara con la riqueza que ofrece la sazón del tiempo. Aunque la viveza y la subida no son gratificantes de una forma tan inmediata, a menudo hay mayor complejidad de sabor, ya que el tiempo y todas las experiencias han dejado sus remolinos particulares. Sin embargo, suele ser mejor evitar a los muy ancianos. A menos que sean particularmente robustos, los muy añosos pueden resultar de sangre muy floja y poco satisfactoria.
Incluso el estado de ánimo de un mortal puede tener gran efecto sobre la propia comida. Si uno está particularmente hambriento, sugeriría seducir o aterrar al mortal para añadir a tu comida las especias de un corazón martilleando y la adrenalina inundando la sangre.
Ah, veo que es hora de que partamos. ¿Una última palabra, si se me permite?. El verdadero gourmet selecciona sus comidas con cuidado. Una buena dieta y una salud adecuada son esenciales cuando se escoge dónde cenar. Después de todo, "somos lo que comemos", como dice la frase. Los enfermos, especialmente los que sufren de anemia u otras enfermedades molestas, son quizás los menos satisfactorios de todos. Me acuerdo de cuando cené una vez en un hospicio en Inglaterra: Una experiencia horrenda. ¡No pude encontrar comida decente en todo el lugar!.
Muchos de nuestra especie pasan por alto estos aspectos incluso con miembros de su propio Rebaño. No deben de saber lo que se están perdiendo. ¡Yo sí lo sé!. Después del espectáculo, te llevaré en un pequeño recorrido de parte del ganado más sabroso que conozco. Pero, primero la obra. Deseo tanto que sea Sweney Todd: El Demonio Barbero siempre me da un apetito feroz. ¿No estás de acuerdo?.
Vampiro: Guía del Jugador (pags 157-159)
Autor: Lord Tzimize : mousejouse-tzimize@yahoo.es