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| Esta saga habría estado mucho mejor en tomo. | |
Antes que nada, decir que la colección de Lobezno lleva MUUUUUCHO tiempo de capa caída, sin presentar nada reseñable o con un mínimo decente de calidad. Quizá la saga de Skroce y, en menor medida, la última saga de Tieri y Chen se salven, pero no se puede decir que ambas sean imprescindibles, que digamos. Además, ganan mucho gracias a que cuentan con un dibujo de Chen y Skroce inmejorable.
Pues bien, todos estábamos deseando un equipo creativo como el que tenemos ahora, el de Rucka y Robertson, y es que ambos son autores bastante decentes.
La saga tiene una trama muy sencilla, en el apartamento donde vive Logan matan a una vecina suya sin que éste pudiera impedirlo, una pobre niña con la que estaba haciendo buenas migas (en el buen sentido, claro). Entonces, Logan se obsesiona con ello y decide ir a por los cabrones que la mataron. Para ello debe hacer multitud de cosas, desde interrogar a un vendedor de armas, encontrar al padre de la niña, interrogar a la policia corrupta que ayuda a la llamada Hermandad (los secuestradores y asesinos de mujeres) y finalmente, acabar por completo con el grupo. Todo esto, mientras una teniente es metida en el embrollo y conoce a Lobezno, obsesinándose con él, pero porque quiere capturarlo.
Rucka ha entendido muy bien a Lobezno, ha sabido usarlo con cierta sensibilidad, preocupado por los inocentes que están imponentes a los chulitos que pueden y abusan de ellos. Por no hablar de uno de los ataques de rabia del personaje mejor hechos que jamás haya visto, y muy justificado. La teniente, por otra parte, es un personaje secundario interesante que se pasea por la saga paralelamente a Logan, y parece que todavía no ha dicho su última palabra, ya que la veremos más adelante. Esperemos que Rucka haya dado a la serie un personaje secundario de categoría, porque eso es lo que parece.
La única pega que le encuentro a esta saga es su lentitud, que es excesiva, esta historia podría haberse contado perfectamente en tres números. Pero aun así, leída seguida, sorprende esa lectura tan fluida que tiene y que además le da un toque de cotidianidad a la trama, solo hay que ver esa escena donde Logan se saca las balas, buff. Por no hablar de lo veloz que sucede el número final, llegando a impresionar más y mejorando el clímax. Y la historia no es demasiado compleja, es casi una trama que podría haber sido protagonizada por cualquier tipo duro (excepto en el final, donde Lobezno sorprende a los miembros de la hermandad con su bestialidad), sin embargo, lo mejor es la manera en que está contada, que juega a favor si la saga es leída seguida pero en contra, diría que MUY en contra si es seguida mes a mes. Y es que llega a aburrir leer una pequeñísima parte de la trama, que es lo que tiene un solo cómic. Esta saga está hecha para ser sacada perfectamente en tomo, que habría sorprendido de haber sido así.
Por otra parte, Robertson es el dibujante perfecto para Lobezno. Olvidémonos del Lobezno clon de Hackman que habíamos visto hasta ahora, porque Robertson hace al lobezno de siempre, el pequeño enano canadiense con muy mala leche y que resulta carismático. Y bueno, el dibujante tiene una narración muy buena, las expresiones que dota a los personajes son de categoría y parecen ilimitadas, además, tiene una buena puesta en escena, es como ver una película bien rodada, magistral. Por no hablar de lo bien que transmite el ambiente sórdido y desértico donde se encuentra Logan. Rucka tiene esta vez un buen dibujante en el bolsillo, y lo digo por su poco afortunado paso por Elektra en cuanto a calidad de dibujo.
Pues bien, una buena saga que se recomienda leer seguida para mejor comprensión y aprecio de lo bien contada que está. Por fin Lobezno dispone de un equipo creativo de categoría, a ver con qué nos sale ahora, en la siguiente saga. Muy recomendable.
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