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Entrevista a Luis G. Prado, editor de Bibliópolis Fantástica

Artículos de Dreamers


Después del desastre que le causó un Hacker a Dreamers, algunos contenidos parecieron perderse.
Como usuario de Dreamers, recupero una entrevista que le realicé a Luis G. Prado, editor de Bibliópolis.

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En Alas de la Canción, una de las últimas novelas publicadas por Bibliópolis

La trayectoria editorial de este joven no puede ser más prometedora: desde sus inicios con el fanzine El Fantasma hasta llegar a Artifex Segunda Época ha dado muestras de ser un profesional como la copa de un pino que sabe de esto de la edición más que un veterano.
Merced a su buen trabajo en el mundo los fanzines ha logrado convertirse en director de la revista profesional 2001 y editor de toda una señora colección profesional llamada Bibliópolis Fantástica.
Hoy nos ha cedido parte de su tiempo para charlar con Dreamers.

Dreamers: Lo primero, una pregunta típica: ¿cómo comenzaste a leer cómics y novelas?

Luis: Supongo que como todo el mundo que ha llegado en este mundillo: porque leía mucho desde muy pequeño. Si te refieres a la ciencia-ficción en concreto, la primera novela que leí fue Fundación e Imperio, de Isaac Asimov (sí, es el título medio de una trilogía, pero a mí siempre me ha gustado ver las películas ya empezadas), con diez u once años. Ya había leído El Señor de los Anillos y otros libros fantásticos, pero Asimov me introdujo en el mundo de la ciencia-ficción, mucho más interrelacionado que el de la fantasía: una vez dentro, puedes ir de libro en libro, explorándolo. Y el primer cómic que me enganchó y me convirtió en coleccionista fue el nº 9 de Green Lantern, de Zinco, con esa misma edad, aunque naturalmente ya leía de antes.Añadir Anotación

Dreamers: En aquella temprana época como lector, ¿qué autores o colecciones eran las que más te impresionaron?

Luis: En literatura me convertí en un adolescente fanático de Asimov, Tolkien y King: hasta los dieciocho años leí casi toda la obra de narrativa de estos tres autores. Quizá hoy de las únicas lecturas compulsivas de las que me arrepiento son las novelas alimenticias de Asimov (Los límites de la Fundación, Robots e Imperio, etc.), que ya entonces me parecieron sensiblemente peores que los clásicos del Buen Doctor y que sin embargo compré y leí hasta la última. En cómic, fui un fan acérrimo de las coleciones de mutantes cuando llegó a España el boom de La Patrulla X y todas sus colecciones hermanas (aunque yo siempre preferí a personajes ambiguos como Magneto –en esa época en que se volvió bueno, pero uno nunca sabía- que a los más espectaculares y populares, pero también más predecible, como Lobezno).Añadir Anotación

Dreamers: Ya sabemos que eres un aficionado a la ci-fi y los cómics, ¿qué te llevó a meterte en el mundillo de los fanzines?

Luis: A comienzos de los noventa había en España muchísimos fanzines fotocopiados dedicados el cómic, y como en aquella época yo guionizaba y dibujaba (nunca llegué a hacerlo particularmente bien, pero lo disfrutaba mucho), colaboraba en varios de ellos: Zoom de los hermanos Gallego, Noveles de Rafael Martínez Pina... Al cabo, me apeteció hacer mi propio fanzine, y así nació en 1993, con el rimbombante y absurdo título aliterativo de Un fantasma recorre Andorra (luego reducido a El Fantasma).Añadir Anotación

Dreamers: ¿Cómo fueron los inicios en este mundillo?

Luis: Fáciles. Como ahora, siempre he tenido la sensación de estar rodeado de colaboradores de valía que me echaban una mano de mil amores. Un fantasma... empezó nutriéndose de ilustraciones y relatos de mis compañeros de instituto, donde tuvo un pequeño éxito, y de colaboraciones esporádicas de los colegas de otros fanzines, como los anteriormente citados. Claro que por entonces yo no estaba en contacto aún con el mundillo de aficionados a la ciencia-ficción, al que no me sumaría hasta más tarde.Añadir Anotación

Dreamers: El fanzine El Fantasma tuvo algunos autores de primera fila entre sus colaboradores: Angel Torres Quesada, Rafael Marín, Carlos Pacheco, entre otros. ¿Cómo pudo una publicación, entonces, tan modesta conseguir reclutar a esta gente? ¿Ésa fue tu intención, el tener a los “mejores” desde un principio?Añadir Anotación

Luis: No. Como todos los fanzineros, los primeros números (y aun los primeros años) yo estaba un poco desnortado. Supongo que es importante tener el rodaje suficiente para ganar confianza y mejorar las publicaciones, así que resulta inevitable pasar por un periodo caprichoso y de decisiones no del todo justificables. En mi caso, los tres primeros números de El Fantasma contuvieron sólo alguna colaboración puntualmente destacable, pero a partir del cuarto, con un importante lavado de cara, se empezaron a notar las ganas de hacer las cosas mejor. El cambio definitivo a mejor tuvo lugar en torno al número 8, cuando conocí, por un lado, a un maquetador en condiciones, José Antonio Piñero, y por otro, a un aficionado a la ciencia-ficción de grandes conocimentos, Alfredo Benítez (que murió en un accidente de tráfico hace cuatro años). Alfredo me influyó mucho a la hora de entender que el editor es un seleccionador de material, y que debe ser inflexible en sus criterios para ofrecer una publicación con personalidad. Y además, a través de él conocí a Rafael Marín, Ángel Torres Quesada y Félix J. Palma, grandes escritores gaditanos que se han convertido el amigos y colaboradores habituales.Añadir Anotación

Dreamers: También en aquella época editabas cómics y relatos a partes iguales, ¿porqué cambiaste esa política al renombrar la revista como Artifex, cuando pasa a ser una revista sólo de relatos y reseñas, en detrimento de los cómics?

Luis: En realidad, eso no es exactamente así. Desde el empujón que la nueva maquetación y los nuevos colaboradores dieron a El Fantasma, me rondaba por la cabeza cambiar la cabecera para hacerla más seria, más alejada del fanzine de instituto de sus comienzos. El nº 15 fue el primero en aparecer con el nuevo nombre de Artifex (encontrado, por cierto, en The Diamond Age de Neal Stephenson: un artifex es, en esa novela, un ingeniero nanotecnológico, pero me atrajo también el resto de los muchos significados de esa palabra latina), pero ya hubo antes números bajo la cabecera anterior que aparecieron sin cómics, como el 14 (un especial Asimov), y hubo luego cómics en siguientes Artifex (en el último número, el 20/21, sin ir más lejos).Añadir Anotación

Dreamers: Se que durante la etapa de El Fantasma y el primer Artifex una persona te influyó mucho en tu modo de ver la edición de fanzines, en la selección de los contenidos, etc... Recordándole, ¿qué nos podrías decir de él y de cómo influyó en tu mentalidad de editor?

Luis: Ya lo he mencionado más arriba: Alfredo Benítez. Oficialmente, constó en El Fantasma y luego Artifex como “asesor editorial”, además de redactor frecuente de estupendos artículos y reseñas. Este cargo quería dejar constancia de que las charlas con él durante el periodo en que le conocí fueron como un goteo permanente de influencia. Alfredo tenía una personalidad bastante peculiar, y un rasgo suyo muy acusado, la inflexibilidad, no le hizo la vida precisamente fácil. Pero era un auténtico manantial de conocimientos y opiniones, a veces de cosas absurdas, pero siempre impresionante. Y precisamente su exigencia de rigor, a sí mismo y a los demás, junto con su dominio de los temas fantásticos, fue lo que más me marcó, teniendo en cuenta que yo venía de hacer unos fanzines que, como es inevitable a ciertas edades y en ciertos momentos de la vida de un editor, no eran mejores porque yo no me los tomaba más en serio. Así que, más allá del primer impulso de editar una publicación y seguir con ella durante años, que desde luego partió sólo de mí, Alfredo me inculcó el primer prurito de profesionalización adicional, de ir más allá de la fanedición (en espíritu, si no en dólares).Añadir Anotación

Dreamers: Durante esta etapa de fanzines más o menos modestos, ¿cuales eran entonces tus metas inmediatas, tenías pensado que llegarías a convertirte en todo un señor director de una señora revista y editor de una colección profesional?

Luis: Bueno, ojalá fuese ya un “señor editor”, pero me consta que me quedan algunos escalones que subir todavía. No, en aquella época mi vida profesional iba por otros derroteros: hice las carreras de Derecho y Ciencias Políticas, oposité durante unos pocos años a la carrera diplomática... Los fanzines parecían un entretenimiento que debía mantenerse en su compartimento estanco, especialmente porque durante muchos años estaba claro que las tiradas ridículas y las economías de pura compensación de gastos eran todo el horizonte que se podía divisar. Pero quizá el cambio mayor de entonces a ahora sea de mentalidad: en la época de El Fantasma y Artifex me parecía evidente que el mundo de las publicaciones sólo podía ser un entretenimiento, y que la “profesionalidad” era más una autoexigencia de calidad que una necesidad; ahora, con mis primeros libros profesionales en la calle, me parece evidente que el ser capaz de exigirme un nivel de calidad, aunque no fuera necesario para sobrevivir, me estaba dando una preparación imprescindible para dar el salto a la profesionalización.Añadir Anotación

Dreamers: Tras El Fantasma llegamos a Artifex Segunda Época: ¿una continuación de la revista que publicabas antes o un paso adelante en la “profesionalización”?

Luis: En primer lugar, fue una consecuencia de evaluar racionalmente el trabajo realizado con El Fantasma / Artifex. Aunque lo disfrutaba muchísimo, era agotador elaborar una revista que, aunque acabase fotocopiada y vendiendo 300 ejemplares, tenía detrás el trabajo de una publicación de más aliento: relatos ilustrados, artículos, reseñas, comentarios, etc., etc. Todo maquetado con pulcritud y corregido varias veces. Tras seis años con esta publicación que quizá abarcaba más de lo que podía apretar (aunque me consta que aún muchos lectores la recuerdan con nostalgia), me pareció que debía decidir con qué parte estaba más satisfecho y tratar de maximizarla, de ir más allá. Como para entonces ya estaba convencido de que lo que más me gustaba era mi labor como editor de relatos fantásticos en castellano, la salida se hizo evidente: refundar Artifex como revista de narrativa, de periodicidad amplia y con formato de libro. Al sumarse Julián Díez al proyecto como coeditor, Artifex Segunda Época quedó definido. Y así llevamos cuatro años.Añadir Anotación

Dreamers: Hasta hace unos años, coincidiendo con el final de la primera época de Artifex te convertiste en miembro de la Junta directiva de la AEFCF. ¿Qué nos puedes comentar sobre esa etapa de tu vida, te dio disgustos, alegrías... ?

Luis: En realidad, no existió coincidencia entre el cambio de época en Artifex y mi participación en la Junta de la Asociación Española de Ciencia Ficción y Fantasía. Esto último vino porque la AEFCF, fundada a comienzos de los noventa, se encontraba en 1998 en un momento bastante malo, dentro de una relativa estabilidad. En la Tertulia de Madrid, una animada reunión de aficionados madrileños que yo frecuentaba desde hacía un tiempo (y a la que sigo acudiendo), algunos de los más veteranos acogotaban a los aficionados de incorporación más reciente con una visión perfectamente pesimista de la cf y el fandom español. Y me pareció que había que demostrar que no; que precisamente el hecho de que hubiera caras nuevas significaba que se podían hacer nuevos esfuerzos no contaminados por las decepciones de los mayores. La AEFCF parecía la vía ideal, porque aunque como digo no estaba en su mejor momento, tenía cierto aura de legitimidad, de institución interina entre buenos tiempos (en fin, lo diré: como la Fundación de Asimov), que la hacía muy apta para reunir colaboradores y buena disposición general. Junto con otros aficionados madrileños como Alejandro Salamanca, Eduardo Vaquerizo, Ramón Muñoz, Francisco Canales y Héctor Ramos, presentamos una candidatura en la siguiente conovocatoria de elecciones a Junta Directiva y resultamos elegidos. La experiencia, fue, para mí, fenomenal. Ciertamente, hubo momentos de actividad agotadora, se crearon tensiones innecesarias entre amigos y quizá nos excedimos multiplicando las actividades; pero trabajamos como mulas y la respuesta de los aficionados fuera arrolladora: durante nuestro mandato se triplicó el número de socios. Personalmente, la Junta me dio la oportunidad de conocer los últimos recovecos del fandom que aún se me escapaban, y por primera vez tuve la sensación de entender la situación de la cf española, si no es su totalidad, sí en buena parte.Añadir Anotación

Dreamers: Otro paso adelante la creación de la excelente web Bibliópolis. ¿Podrías contarles a los lectores de Dreamers cómo fue su nacimiento y qué pensabais ofrecer a los lectores con ella?

Luis: Uno de los sacrificios personales que los miembros de la Junta de la AEFCF tuvimos que hacer durante nuestro mandato (1998-2000) fue abstenernos en muchísimas ocasiones de opinar como meros aficionados, para no dar lugar a confusiones entre la opinión de cada uno de nosotros y la de la Junta, y así propiciar un buen ambiente de entendimiento y colaboración. En esto creo que tuvimos un éxito rotundo, pero cuando se acercaba el relevo, algunos descubrimos que echábamos de menos la libertad de criticar y fuimos preparando una vía para hacerlo una vez cesásemos en nuestros puestos. Y esa vía es Bibliópolis, que para mí recupera la parte de reseña y crítica de la primera época de Artifex y la amplia considerablemente con nuevos colaboradores. A los lectores les hemos ofrecido, durante estos dos últimos años, uno de los mejores planteles de críticos que se han reunido en una publicación española de cf, y unos textos que se dirigen al lector especializado y exigente, sin trivializar el género (o los géneros, con las sucesivas ampliaciones de las columnas) ni aligerar nuestros contenidos para llegar a un público mayor. En Bibliópolis, por ejemplo, nunca nos hemos planteado abrir un foro, porque sin necesidad de hablarlo partíamos de que, sencillamente, no todas las opiniones son iguales. Esto puede parecer antipático, pero es lo que nos ha dado una personalidad tan acusada.Añadir Anotación

Dreamers: Ya que tienes una página web, ¿en qué crees ha beneficiado este medio de comunicación al fandom y al aficionado medio?

Luis: Voy a decir lo que todos sabemos: Internet ha sido esencial para acelerar los contactos entre aficionados y permitir algunos proyectos impensables hace unos años. Quizá ha fomentado también, en cierta medida, el buen momento actual de la cf española, pero como éste está lejos de ser un boom, me consta que Internet no ha sido un maná para el fandom. En otras palabras, chateamos más a menudo con nuestros amigos del fandom, pero se venden más o menos los mismos libros (y algunos escritores chatean en lugar de escribir... sí, ellos saben a quiénes me refiero. ¡Al tajo!).Añadir Anotación

Dreamers: Ahora te voy a hacer una pregunta que motiva alguna que otra polémica en la lista de correo en Internet del fanzine ¿Para ti, qué es Artifex Segunda Época, una revista, un fanzine o un recopilatorio?

Luis: Para mí es una revista semestral de narrativa, con dos matices. El primero es que mi coeditor Julián Díez siempre ha sido muy estricto a la hora de calificar de “revista” a una publicación, exigiendo que reúna requisitos administrativos, pero sobre todo de profesionalidad en los pagos. Y Artifex es inviable como publicación profesional en la que los colaboradores (¡o los editores!) cobren, así que ahí tengo que darle la razón. Y el segundo es que llevamos ISBN, lo que nos identifica como libro, aunque la explicación es sencilla: resulta mucho más fácil de obtener que el ISSN (que es la identificación de las revistas). No obstante, en los premios Ignotus de la AEFCF, Artifex obtuvo más votos en primera elección que ninguna otra publicación de su categoría (Mejor Revista), así que parece que los lectores ya han decidido.Añadir Anotación

Dreamers: Hablando de Artifex, me da la impresión que casi todos los relatos que publicáis podrían englobarse dentro del llamado “realismo fantástico” que tanto gusta en España. ¿Tenéis preferencia sobre unos géneros que sobre otros?

Luis: Sí, claro: a Julián le gusta particularmente la ciencia-ficción, y a mí también, aunque reconozco que me pierde el fantástico a lo Cortázar. La selección de Artifex, como ya hemos explicado en alguna introducción, se hace con criterios estrictos de calidad (matizados por el hecho ocasional de querer incluir a un autor determinado: siempre se exige más calidad para reaparecer en Artifex que para salir por primera vez); eso quiere decir que lo que publicamos es lo mejor que nos llega (y que pedimos) de toda la narrativa fantástica que se escribe entre nuestro amplio círculo de autores conocidos (y más allá, desde que Artifex goza de una buena distribución). Si el resultado se decanta hacia el fantástico más autóctono, psicológico o humorístico, es porque en nuestra opinión es lo mejor que están escribiendo los autores que más nos gustan.Añadir Anotación

Dreamers: ¿Qué criterio de selección tenéis para elegir los relatos de la revista?

Luis: Creo que a esto he respondido ya en parte, pero añado algo sobre nuestro sistema. Habitualmente, Julián o yo recibimos los relatos de los diversos autores: hay algunos que tratan más con él y otros más conmigo. La lectura individual es una primera criba: si no es suficientemente bueno, no se da a leer al otro. Así nos hemos ahorrado carretadas de lecturas duplicadas, claro. En el caso de que el cuento nos guste lo suficiente, se lo pasamos al otro, y si da su visto bueno, se incluye en la lista de cuentos aceptados. Entre dos y tres meses antes de la fecha de salida de cada volumen, sacamos la lista y propongo unos contenidos determinados, Julián replica con su opinión, y la última palabra la tiene la extensión de los textos, que permite incluirlos o dejarlos para más adelante (por ejemplo, tenemos entre manos desde hace meses una excelente novela corta de David Soriano que no podrá salir hasta el vol.9 precisamente por su longitud).Añadir Anotación

Dreamers: Ahora que recuerdo, se me pasaba por alto preguntarte algo sobre las colecciones hermanas de Artifex y ASE, Artifex Serie Minor y Artifex Estelar, dedicadas a publicar novelas de autores españoles...

Luis: Artifex Serie Minor fue mi primer intento, junto con José Miguel Pallarés, de hacer una colección de libros. Aunque publicamos títulos de auténtica altura (una novela corta del ahora enormemente popular Pablo Tusset, otra de Eduardo Vaquerizo, los cuentos de Enrique Lázaro, la primera novela de Félix J. Palma, una antología crítica de la cf española de los noventa...), nos faltaban conocimientos básicos sobre edición y distribución, y aunque los hubiéramos tenido la colección nunca se planteó ambiciones comerciales. Artifex Estelar, en cambio, es una colección en formato de bolsillo que abordé con abiertas intenciones profesionales: abonando derechos de autor, sacando títulos populares y aspirando a ventas suficientes. Sin embargo, las ventas, sin ser pequeñas, no permiten más que cubrir los gastos, y esto me ha obligado a cerrarla con su cuarto título, Arena de Víctor Conde (que prometimos a los lectores, y hemos cumplido).Añadir Anotación

Dreamers: Todo esto que hemos comentado lo hiciste como editor aficionado. Hace un año te llegó la oportunidad de dirigir una revista profesional sobre el género fantástico de distribución masiva en quioscos llamada 2001. ¿Es el sueño de todo fanzinero?

Luis: Desde luego. Poder hacer lo que siempre me ha gustado (elegir temas, seleccionar contenidos, coordinar a los colaboradores...) en una publicación con perspectivas comerciales, amplísima tirada y circulación en quioscos ha sido una maravilla, y estoy muy orgulloso de mi trabajo en 2001, donde he vertido todo el caudal de mis experiencias, sin guardarme nada, y he reunido a un equipo sensacional de redactores que creo que ha puesto el listón muy alto en cuanto a calidad, refiriéndonos a este tipo de publicaciones dirigidas a un público no especializado. Lamentablemente, a lo largo de los siete números bimestrales que he dirigido para los editores, Equipo Sirius, han ido surgiendo una serie de disensiones con ellos: la maquetación, que nunca me convenció y que al parecer no había forma de mejorar; el control de la calidad para evitar errores repetidos en un número tras otro, tan tontos como pies de página distintos o códigos de barras erróneos; la escasa mano en el trato con colaboradores y lectores, que no percibían interés por parte de los editores; y sobre todo la falta de convencimiento de que hay que pagar a los colaboradores, y hacerlo a tiempo. Todos estos problemas, más la enorme cantidad de esfuerzo que ha supuesto arrancar Bibliópolis Fantástica y que me hacían preguntarme si merecía la pena agotarme en otro proyecto que ya no ilusionaba, me han llevado, tras meditarlo durante dos meses, a presentar mi dimisión.Añadir Anotación

Dreamers: Llegados a este punto, cuando ya está a punto de finalizar la entrevista, permíteme preguntarte unas cuantas cosas sobre Bibliópolis Fantástica. ¿Otra colección profesional de género fantástico en un mercado ya tan saturado?

Luis: Sí y no. Otra, desde luego, porque los libros existen como tales y no voy a pretender que en realidad no lo son... Y una diferente, porque el mercado español de fantástico, lejos de estar saturado, es pobrísimo en comparación con el de otros países. Como explicaba Alejo Cuervo, que en cierta forma indicó el camino con Gigamesh Libros, precisamente el estado paupérrimo de la ciencia-ficción y la fantasía en grandes editoriales permite que los pequeños editores, con gastos controlados y conocimiento profundo del medio, se abran un nicho en el mercado. En otras palabras, lo peor que nos podría pasar, en términos comcerciales, no es que los lectores compren poco: es que las grandes editoriales decidan que la ciencia-ficción y la fantasía están de moda. Hay algún signo preocupante de que esto puede ser así, pero ante la imposibilidad de competir con los grandes hay que aferrarse a la diferencia de los títulos que uno ofrece, a la particularidad y originalidad de la propia selección.Añadir Anotación

Dreamers: ¿Qué piensas publicar en esta colección, autores, obras, etc.?

Luis: En Bibliópolis Fantástica me interesa especialmente recuperar obras de hace unas décadas de autores consagrados, que tienen una cantidad enorme de inéditos, algunos de los ellos de tal interés que resulta increíble que no hayan sido publicados en España todavía. Además, a poco que las ventas acompañen, procuraré traer a España obras de referencia de las literaturas fantásticas de otras lenguas europeas, lo que es un riesgo, porque vivimos a espaldas de las tradiciones fantásticas no anglosajonas, pero también una fuente de satisfacciones (si prospera en alguna medida, claro).Añadir Anotación

Dreamers: ¿Habrá títulos de autores españoles?

Luis: No los tengo previstos el primer año, y sería una imprudencia, a la vista de las ventas habituales de fantástico español, editarlos sin tener un buen colchón de ventas de otros títulos. Desde luego, lo que a mí más me gustaría es que fuera viable editar regularmente españoles, y de hecho tengo ya apalabrados algunos títulos, a la espera de contratarlos si la colección se establece como espero que lo haga.Añadir Anotación

Dreamers: ¿Cuales van a ser las primeras obras que van a salir?

Luis: La primera tanda de novedades de Bibliópolis Fantástica consta de dos libros: El último deseo, de Andrzej Sapkowski, el rey de la fantasía polaca; y Los ladrones de cuerpos, de Jack Finney, el clásico en el que se basaron las películas de Don Siegel, Philip Kaufman y Abel Ferrara. El primer libro tiene el interés adicional de que el autor ha sido invitado a presentarlo en la HispaCon que se celebrará en Barcelona del 31 de octubre al 3 de noviembre, además de realizar actos adicionales en Madrid y Barcelona.Añadir Anotación

La siguiente tanda de novedades incluye Magia de reina, magia de rey, de Ian Watson, fantasía épica con tratamiento de ciencia-ficción, y En alas de la canción, de Thomas M. Disch, ciencia-ficción citada en El canon occidental de Harold Bloom.

Dreamers: ¿Y cuando las veremos en las librerías?

Luis: A finales de octubre y principios de noviembre deben estar distribuidos El último deseo y Los ladrones de cuerpos. La segunda tanda, Magia de reina, magia de rey y En alas de la canción, saldrán el próximo mes de marzo.

Dreamers: ¿Cual será su formato y precio?

Luis: El tamaño es de 15,5 por 23 centímetros, con solapas y la cubierta plastificada en mate. Los libros tienen 256 páginas, van cosidos y su precio es de 16,95 euros, aunque para los suscriptores de Artifex hay un sustancioso descuento si además se suscriben a Bibliópolis Fantástica.

Dreamers: Ahora, te dejo un espacio para la publicidad y diles a los lectores de Dreamers porqué deben comprarse las novelas de “Bibliópolis Fantástica”:

Luis: El último deseo, porque Sapkowski es un superventas en Europa Central (1.500.000 ejemplares de su saga de Geralt de Rivia), con cómics, serie de televisión y una superproducción basados en sus libros, y su escritura es un prodigio de mezcla de géneros (fantasía, novela negra, western...), humor, diálogos inteligentes y dosificación de la tensión.Añadir Anotación

Los ladrones de cuerpos, porque la obra de Finney estaba inédita en español después de cincuenta años, y resulta imprescindible para entender el origen de la espeluznante trama de películas como La invasión de los ladrones de cuerpos, La invasión de los ultracuerpos y tantas otras que han tratado sobre invasiones silenciosas.Añadir Anotación

Magia de reina, magia de rey, porque Watson es el rey de la ideas originales en la ciencia-ficción, y esta incursión en la fantasía épica, con dos reinos de aire eslavo que combaten una guerra eterna y cíclica según las reglas del ajedrez, es una maravilla que mezcla magia, intriga, acción e imaginación desbordante.Añadir Anotación

En alas de la canción porque Disch es uno de los maestros de la ciencia-ficción social y psicológica, y aquí describe un futuro cercano donde, con elementos autobiográficos, narra la historia de un muchacho, Daniel, que viaja de la Iowa fundamentalista a la Nueva York liberal para realizar un sueño prohibido: aprender a volar.Añadir Anotación

En la HispaCon de Barcelona, Bibliópolis contará con un stand donde atenderé gustosamente a cualquier lector que tenga interés por estos libros.

Dreamers: Un par de preguntas y terminamos. ¿Cómo ves el panorama actual del género fantástico?

Luis: Algo he dejado caer antes al respecto. En cuanto al fantástico internacional, creo que las editoriales españolas no están dando cuenta de la variedad de las novedades que se están produciendo en la ciencia-ficción y la fantasía anglosajona, y no digamos ya en otras lenguas: siguen muy apegadas a los autores seguros y a las series que garantizan ventas, cuando no, directamente, a las franquicias. Quizá el esfuerzo más interesante a este respecto lo está realizando La Factoría, que se ha atrevido a publicar a muchos nuevos autores, y en algunos casos con cierto éxito, rompiendo con la superstición de que hay que ser Orson Scott Card para que te publiquen en España: puedes llamarte también China Miéville y vender. Respecto al fantástico en castellano, mientras las ventas de autores españoles mantengan diferencias considerables con las de autores extranjeros, su presencia en las colecciones será, si acaso, sólo testimonial, y eso es quizá lo peor que puede decirse sobre su situación, máxime en un momento en el que hay muchos escritores produciendo un excelente material.Añadir Anotación

Dreamers: ¿Qué consejo le darías al futuro aspirante a editor de fanzines que quisiera progresar en este medio?

Luis: Es complicado ofrecer consejos en un medio que, en sí, no tiene barómetros para el éxito: si te va muy bien, te profesionalizas y por lo tanto ya no eres un faneditor. En fin, yo estoy satisfecho de haberme dado cuenta en un determinado momento de que nadie te agradece, a la larga, que no ejerzas un control severo de calidad: hay que ser serio en este tema. Y en general: controlar las expectativas de los colaboradores, sin prometer nunca lo que no se puede dar, es una garantía de durar.Añadir Anotación

Dreamers: Y sobre ti, ¿qué planes tienes para el futuro?

Luis: De momento, el plan es que no hay plan: estoy a la expectativa de los primeros resultados de las ventas de El último deseo y Los ladrones de cuerpos, y según vengan podré empezar a trazar el futuro. Esperanzas: que Bibliópolis Fantástica funcione lo suficientemente bien como para permitir editar entre ocho y doce libros al año, y ampliar la editorial con otras gamas de publicaciones.Añadir Anotación

Dreamers: Pues creo que ya está. Ha sido un placer charlar contigo.

Luis: El placer ha sido mío.Añadir Anotación


José Luis Mora
jmazarias@dreamers.es

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Artículo enviado por DCFan el 19 de Junio de 2003
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