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| Myers
desde Haddonfield
, Illinois
-- Domingo, 2 de Mayo de 2004 a las 21:49.
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Algo se mueve en el cine de terror actual. El fenómeno es imparable. Es un revival en toda regla. No en vano alguien decía que el cine el horror es un género CÍCLICO. Tras una etapa (gran parte de los 90) suavizada por la presencia juvenil, simplista y casi-paródica, se está recuperando el espíritu del cine de terror de los 70-80, aquel que subrayaba el componente explícito y enfermizo, de tono serio, de marcada dureza y capacidad transgresora, aunque con presupuestos más generosos y estética irremediablemente actual (por más que algunas apuesten por situarlas en dicha época). Las ambientaciones rurales y/o inhóspitas, las atmósferas, el miedo a lo desconocido y los personajes tienen mucho más peso, tal como ocurre en JEEPERS CREEPERS (con una segunda entrega nada despreciable), película de importancia por inaugurar esta corriente, entre otras cosas, o esta incomprendida (precisamente por no conocer el tipo de cine que homenajea) LA CASA DE LOS 1000 CADÁVERES, todo un antídoto para un género en contínuo cambio. Pero aún hay más, pueden dar la sorpresa (y de hecho está ocurriendo) las nuevas versiones como EL AMANECER DE LOS MUERTOS (remake de la seminal "Zombi" de Romero) o LA MATANZA DE TEXAS 2004 (destinada a engrosar la lista de honor de los mejores remakes de la historia del género, y a convertirse en la mejor película de terror contemporánea cuando, paradójicamente, poco o nada se esperaba de ella). Sin embargo, esta tendencia no asegura el éxito tal como demuestran la sonrojante y torpe CABIN FEVER, la previsible y estéril KM 666, la discreta WILLARD (remake de "La rebelión de las ratas", al cual no tenía muy complicado para superar) o la horrible HOUSE OF THE DEAD. Incluso hay algunas que no me atrevo a clasificar como MAY o THE TOOLBOX MURDERS (¿Volverá Tobe Hooper por la puerta grande?), ya que no he tenido oportunidad de verlas, aparte de proyectos anunciados como las dudosas revisiones de TERROR EN AMITYVILLE, ASALTO A LA COMISARÍA DEL DISTRITO 13 o LAS COLINAS TIENEN OJOS. Que me enrollo...
Al grano: esta película, claramente, no es apta para todos los públicos. Resulta demencial, hilarante, histérica, excesiva y surreal. El regreso del Grand-Guiñol al género, con alocadas vueltas de tuerca, situaciones perversas, humor visceral y presencia de la ya habitual pandilla de freaks de la "América Profunda". Un rotundo corte de mangas al reciente (no ya tanto) cine de terror adolescente más tontorrón y plano, y también un merecido tributo a nuestro añorado Tobe Hooper (sobre todo a sus films LA MATANZA DE TEXAS y LA CASA DE LOS HORRORES). Rob Zombie (que sabe lo que quiere en cada momento o al menos es es la impresión que da) rescata a los más decadentes restos de la Serie B, destacando Karen Black, que nos ofrece una pequeña lección de sobreactuación sin despeinarse, a lo Bette Davis. Consigue incomodar. Fenómeno de culto desde YA.
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