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| Waster
desde Madrid
, España
-- Viernes, 25 de Mayo de 2007 a las 03:23.
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Graciosa, tierna, crítica, irónica y triste película en la que David Mamet vuelve a dejar su identificable sello, garantía de cine de calidad.
Con un tono amable y acertados retazos de comedia de enredos, el director plasma nuevamente su universo, su visión moral y social, individual y colectiva. Nos movemos, pues, dentro de la constante en su cine del mundo como teatro, como un juego lleno de relatividades, donde no hay lugar para lo absoluto, y donde el engaño y las identidades variables son el pan de cada día. El mundo, al fin y al cabo, como un mercado donde todo está a la venta, donde el dinero se superpone a cualquier tipo de ética. Así, el director nos presenta a dos seres, ambos hombres derrotados, pero opuestos en su concepción moral, que tendrán la picaresca oportunidad de convertirse en aparentes posesores de cargos de poder dentro de una importante familia mafiosa. Nuevamente, Mamet habla del dinero como motor del mundo; un mundo corroído por un capitalismo ciego y canibalizante, que en su crecimiento devora y aplasta a los más débiles, sin dejarles ninguna oportunidad de salir de su gris existencia. Y en este sentido, yo entiendo la película como un reverso cómico de El búfalo americano, obra teatral escrita por Mamet, pero que cambia el aire sencillo, divertido y ligerísimamente optimista de este film por un tono árido, violento, desesperanzado.
La película comienza con un album de fotos que pasan. Fotos muy antiguas. Deducimos que pertenecen al pasado del inmigrante italiano que interpreta Don Ameche, que recuerda tiempos mejores, antes de que viajara a América para medrar. Pero las cosas cambian (¡qué título tan significativo y pensado!), y en un mundo ambicioso, codicioso, donde los más poderosos aplastan a los débiles, sólo queda la amistad, o lo que es lo mismo, la lealtad a la palabra dada. Eso es lo único que no cambia, el valor rígido y absoluto que guía la vida de Ameche/Johnson. Y aunque eso no lleve a los protagonistas a su anhelado triunfo, al final, es la única manera de vivir que merece la pena.
Absolutamente genial la perversión del cuento de la cigarra y la hormiga que pone Mamet en boca de Ameche, mostrando su vena más ácida y corrosiva.
Diálogos magistrales, llenos de ideas, pensados línea a línea; estupenda fotografía y excelentes interpretaciones de Don Ameche y, como siempre, Joe Mantegna, en un papel divertido y poco acostumbrado.
Es una de las mejores películas sobre perdedores que he visto en mi vida. Me quedo con la reserva de ponerle el 10, quizás porque en los momentos "delirantes" se echa en falta un poco más de frenetismo. Pero, en fin, una obra maestra, cine grandioso en todos los sentidos.
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