El dulce porvenir ... A GRITOS
Valoración de los ciudadanos:
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Hay 4 gritos en total
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| Davis
-- Viernes, 12 de Mayo de 2006 a las 14:16.
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.83.40.62.94 |
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De los secundarios resalto a Bruce Greenwood que está genial.
La mejor de Egoyan.
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| el guardian ciego
-- Martes, 7 de Febrero de 2006 a las 16:43.
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.84.121.74.156 |
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Zarpazo de Atom Egoyan, que espolea conciencias y provoca lágrimas, evitando recorrer veredas convencionales y/o facilonas. Me ha parecido una auténtica obra maestra; solo por la preciosísisisima (que diría papuchi) escena SPOILER la película ya merece la pena. Cojonudamente narrada y fotografiada y aún mejor musicada. Además Ian Holm está enorme.
Desde mi ignorancia, creo que es una de las mejores películas de "cine de autor" de los 90.
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| Davis
-- Lunes, 20 de Junio de 2005 a las 15:12.
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.83.42.134.255 |
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Obra maestra de Atom Egoyan.
Dolorosa, sobria y fascinante por momentos. La dirección es muy buena y el reparto funciona estupendamente.
Magnífica fotografía de Paul Sarossy (de nuevo en parajes nevados como "Aflicción") y un guión excelente, con la turbadora voz en off de una espléndida Sarah Polley leyendo El flautista de Hamelin.
Ian Holm está enorme. Espero impaciente la nueva película del director canadiense, "Where the Truth Lies".
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| Piripiflautico
-- Martes, 7 de Junio de 2005 a las 22:58.
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.213.60.16.82 |
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A su música, a su fotografía y su pausado (y estupendo) ritmo narrativo y visual, un 10. Al resto, un 9.
Como me queda un 9.5, por amarrar, lo voy a redondear hacia abajo.
Aunque no es ni mucho menos lo más llamativo de esta sensacional película, debo decir que resulta curioso ver cómo en producciones de este estilo pero calidad insultantemente inferior (por ej. Erin Brockovich) y tono más aborregado y/o facilón, lo "bueno" es aceptar entrar en el juicio, porque ya sabemos que el dinero lo puede todo. En El dulce porvenir, el protagonista es un insensible sin escrúpulos como cuesta imaginar otro semejante (y eso que su retrato es de lo más aséptico, el calificativo se lo pongo por sus acciones), y la paz la encuentran los habitantes renunciando al juicio y a la posibilidad de lucrarse con la desgracia.
En fin, una película durísima, agotadora (pero filmada del modo más sutil) con la que el dolor se respira a través de la pantalla.
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