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Nota del autor: el origen de esta historia está en el relato “El último vuelo de Adrian Toomes”, que podréis encontrar en el apartado de relatos de Dreamers.
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Peter Parker había salido del instituto donde trabajaba como profesor, una vez finalizada su jornada laboral. Cuando iba caminando hacía su casa sonó su teléfono móvil. Era su esposa, Mary Jane:
- Peter, te han llamado del “Daily Bugle”
- ¿Quién era?
- Ben Urich. Era por algo referente a Spiderman. Y como sabe la relación que tienes con él, llamaba para que se lo dijeras.
- ¿Y no te dijo de que se trataba?
- No.
- Bueno, gracias cariño, ahora llamaré a ver que pasa.
- Peter...
- ¿Sí?
- Ten cuidado. No sé porque tengo un mal presentimiento. No es que tema por ti, sé que sabes lo que tienes que hacer. Pero a veces no sabes lo que te puedes encontrar ahí fuera...
- Tranquila MJ, probablemente sea un asunto sin importancia de alguno de los de siempre. Voy a llamar a Ben, luego hablamos.
Colgó y buscó en la memoria del teléfono el número del Bugle. Apretó el botón y esperó unos segundos hasta que oyó la señal de llamada. Al poco le cogió el teléfono una chica joven, a la que no pudo identificar (“nuevo personal contratado por Jameson”, pensó):
- Buenas tardes, soy Peter Parker, ¿está Ben Urich?
- Un momento por favor, señor Parker.
Esperó un momento y al cabo de un minuto sonó la voz de Ben:
- Peter, te he llamado porque sé que conoces a Spiderman y hoy he recibido una llamada que le puede interesar. Me ha llamado Adrian Toomes, el Buitre, y dice que espera a Spiderman esta noche en el puente de Quensboro, que quiere tener con él el combate definitivo y decirle lo que sabe de su hija...
Peter dio un respingo al escuchar esas palabras.
- Peter, no sabía yo nada de que Spiderman hubiese tenido una hija, ¿es cierto?
- No lo sé Ben, pero no sé que pretende el Buitre, con lo cual es esencial que avise a Spiderman ahora mismo, tengo que dejarte, muchas gracias por el aviso.
Su hija. Cuantos recuerdos. Fue durante el periodo de tiempo en que Ben Reilly hizo de Spiderman cuando MJ le dijo que estaba embarazada. Esperaban a una niña, a la que iban a llamar May, pero cuando dio a luz, la niña nació muerta. Peter siempre pensó que Norman Osborn, que había aparecido de la tumba poco antes, tenía algo que ver con aquello, pero la sorpresa de su vida fue cuando no recuperó a su hija, sino a su tía, a la que él creía muerta. Entonces tuvo que rendirse a la evidencia, probablemente Norman a lo mejor no había tenido nada que ver en el asunto, y efectivamente su hija había nacido muerta por causas fatídicas pero totalmente ajenas a su personalidad de Spiderman.
Y ahora, tres años después, aparecía el Buitre, en quien menos pensaba él, para decirle que sabía la verdad sobre su hija. Esto era sorprendente y tenía muy mala pinta.
Veinte minutos después Spiderman se balanceaba camino al puente donde le había citado el Buitre. Al llegar le estaba esperando, pero no le atacó, sino que esperó tranquilamente hasta que Spiderman se acercó a él:
- Hola Spiderman. Me alegro de verte.
- ¿Qué quieres Buitre? ¿Qué significa eso que has dicho de mi hija?
- Tu hija nació viva. Te engañaron y durante todo este tiempo creíste que estaba muerta, pero su secuestrador me la entregó a mí.
- ¿Qué estas diciendo? ¿Qué pretendes? Explícate porque estoy MUY nervioso y eso que me estas contando me está sacando de mis casillas.
- Es lo que pretendo. Te he ganado Spiderman, porque sé algo que te duele, que te duele en lo más hondo de tu ser, y sólo de tener esa satisfacción puedo dejar que ahora mismo me mates que no opondré resistencia. Tengo cáncer y voy a morir. Lo puedes interpretar como remordimientos, pero necesitaba que antes de desaparecer quedará mi impronta en ti, lo mismo que hizo Kraven hace años. Por eso te mereces saber la verdad.
- No te creo, Adrian.
- Créeme. Tuviste una hija, los médicos os engañaron, me la dieron a mí y yo la utilicé para satisfacer mis más bajos instintos, y tras eso se la vendí a un productor de películas snuff, donde acabó muerta.
Spiderman saltó sobre el Buitre, lo tumbó y empezó a golpearlo.
- ¡Eres un monstruo, Toomes! ¡No puede ser verdad! ¡Me estás mintiendo maldito desgraciado!
- Sigue, Spiderman, sigue. Yo hice que mataran a tu hija..
- NO, NO, NO, NO – y mientras decía estas palabras seguía golpeando...
De repente Adrian Toomes tuvo unos espasmos y se quedó rígido. Spiderman no le había dado lo suficiente como para herirlo (en anteriores encuentros con él las palizas habían sido mayores) pero rápidamente lo agarró y se lo llevó hacía el hospital más cercano. Al llegar fue llevado a urgencias rápidamente, y Spiderman esperó hasta que salió un médico a informarle:
- Spiderman, la persona a la que ha traído usted ha muerto. Tenía un cáncer en estado muy avanzado y tenía el cerebro totalmente hecho polvo. Ni tan siquiera se como podía tenerse en pie, menos aún pronunciar alguna palabra coherente.
- ¿Quiere decir que la enfermedad que tenía le afectaba a su entendimiento? ¿Qué no sabía lo que se decía? Vamos, ¿qué estaba loco?
- Por lo que hemos visto tras hacerle algunas pruebas era un cáncer neuronal debido a una sobre-exposición a materiales electromagnéticos, lo cual le provocó una disfunción neuronal, la cual quizás le hacía creer cosas que no eran...
- ¿Pero no está seguro?
- Es sólo una teoría, pero ahora ya está muerto y sólo podemos hacer conjeturas basándonos en la autopsia.
Spiderman le agradeció al médico la información y salió por la ventana. Decidió que el Buitre, uno de sus primeros enemigos, simplemente se había vuelto loco y quiso hacerle daño antes de morir, que se inventó esta historia sólo con el ánimo de hundirle psicológicamente como lo había intentado también Kraven hacía años. Pero le salió el tiro por la culata. Todo era mentira, su enfermedad le provocó esa creencia de que era verdad lo que en si no eran más que fantasías de su mente enferma.
Aún así, ¿cómo sabía que había tenido una hija, y que había nacido muerta? ¿Quizás el Buitre también consiguió saber que bajo la máscara él era Peter Parker?
Una vez muerto su enemigo nunca lo sabría.
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Al día siguiente salió la muerte del Buitre en los titulares. No se hizo ninguna mención a lo que había dicho acerca de la hija de Spiderman, la gente sólo pensó que era un enfrentamiento más, en el cual el Buitre (un hombre ya bastante anciano) al final se había muerto debido a su edad.
Norman Osborn se sonrió mientras doblaba el periódico y lo dejaba sobre la mesa. Ya había un obstáculo menos de cara a cuando Spiderman supiera la verdad. Mientras pensaba esto sus ojos se dirigieron hacía una foto enmarcada en una estantería de su despacho. En ella se veía al propio Norman abrazando a una niña pelirroja de tres años...
FIN.... de momento.
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