VIDA EXTREMA
© Abdul Alhazred
Fantasma
Me da alcance, me envuelve
una densa niebla
grotesca,
espesa como una pesadilla
que anega mis pasos
con un alud de pavoroso
deslinde.
He podido esquivar el golpe,
ha silbado en mi cuello
su rayo al pasar,
pero un aullido cercano
destila voces de dolor extremo
como sirena de barco a la deriva:
le ha alcanzado el costado,
se retuerce
a mis pies,
y grita,
y grita mucho,
y grita y aúlla letanías de muerte.
Por debajo del seno,
sus dedos no alcanzan a taponar
el tajo de la zarpa,
a la que me asomo:
músculo sajado,
desasistido;
por entre dos costilla
se asoman vísceras humeantes,
final extremo.
Sangre,
mucha sangre,
espesos borbotones bermejos
surten a intervalos de péndulo.
Me asfixia el denso clima de dolor,
ella,
desmayada,
apenas respira.
Una gota tibia carmesí ha salpicado
a mi temblosa mano,
la contemplo,
la observo con fijación,
y en su interior
dos espirales de vida
dan piruetas helicoidales
por vivir.
La vida celular se debate
ante la muerte
en agónica defensa de la vida.