XI
A través de la ventana
de mi habitación veo caer la tarde sobre Innsmouth, quedan
varias horas para cumplir mi misión, debo recuperar la reliquia
de Al-Cuhuir, conocido también como Naihotep entre los beduinos
del desierto con los que me crié, que el impuro de Alí
vendió a aquel extraño llamado Joseph Curwen, ¿como
se atrevió a semejante sacrilegio a los servidores de Al-Cuhuir?
Tras
media hora de automóvil, llego al pueblo donde se ha escondido
Curwen, sin mayores dificultades llego al edificio, entonces ocurre
lo imposible, alguien se me ha adelantado, le observo mientras en
silencio desliza un sobre bajo la puerta, espero con los músculos
en tensión a que se aleje hacia la escalera, entonces salto
sobre él cuchillo en mano y de un profundo tajo en la yugular
acabo con la vida de aquel que sin duda ayuda al entrometido extranjero,
lo escondo en una puerta de servicio y huyo al comprobar que seguramente
mi objetivo me ha oído, solo más tarde descubro que
en el forcejeo he perdido mi medallón que me identifica con
mis hermanos en la defensa de Naihotep Al-Cuhuir.
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