XIX
Volví a ponerme
en contacto con He, una vez hablé del tema con el profesor
Henry Armitage, persona de mi total confianza. En estas cosas no
hay que fiarse de cualquiera. Mi experiencia en estos asuntos, me
decía que hay que actuar con mucho cuidadito pues es fácil
perder la vida en el trabajo, y yo no estaba dispuesta a llegar
a ese extremo. Había aceptado por mi amistad con He y porque
me gustan los líos de vez en cuando. He me convenció
que lo mejor sería que viajara a Brattleboro para llevar
el tema de manera más directa y menos peligrosa. Hice mi
maleta en un momentito y hablé con una compañera de
trabajo que me debía favores para que me sustituyera durante
unos días. Sabía la amistad que tenían He y
Joseph Curwen por lo que no me extrañaba nada que este también
se dejara caer por allí. Así que no tuve mas remedio
que meter en la maleta alguna ropa elegante, pues a este señor
le gusta alternar de lo lindo y en su agenda no caben las hamburgueserias.
Antes de salir intenté ponerme en contacto un montón
de veces con Iranon, un antiguo compañero de estudios que
vivía en el Yermo Frío. Debía estar muy ocupado
porque nunca me había fallado y eso que siempre se reía
de que yo estaba ultraocupada. Una pena ya que sus conocimientos
serían de gran ayuda para esta historia en que me había
metido.
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