Al-Cuhuir

  • Henry Armitage
  • Dogon
  • Albert Wilmath
  • Joseph Curwen
  • Lady Margaret Trevor
  • He-Who-Must-Not-Be-Named
  • Abdul Alhazred
  • Lavinia Whateley
  • Kryshul D'Naihotep
  • Ludwig Prinn

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Nueva Logia del Tentáculo

 

XLV

 

Llegamos a casa del difunto Marchand totalmente de noche. Durante el viaje en coche no se cruzaron más de tres o cuatro frases nerviosas y llenas de miedo por mi parte y estoy segura que por parte de He y Joseph también. He me miraba de vez en cuando por el espejo retrovisor con cara de circunstancias. Joseph estaba extraño, más extraño que de costumbre, éste era un hombre muy peculiar. He aparcó el coche cerca de la casa. Bajamos los tres sin hablar. He encabezó la fila. Llevaba en la mano una linterna de coche que alumbraba muy poco. Entramos en la casa por una puerta trasera que He conocía y entre él y Joseph cogieron el cadáver envuelto en una sábana. Ni lo miré, me sentía muy mal, destrozada. Por un instante dudé si continuar aquella historia, pero una mirada de Joseph me logró atemorizar. Se dirigieron a un bosquecillo de abetos cerca de allí. Cavaron una fosa no muy profunda. Yo alumbraba. El pulso me temblaba. Me sentía como la asesina que no era. Corrimos hacia la casa y encontramos un sobre extraño que yo guardé aunque Joseph quiso convencerme para que lo hiciera él. He nos dió una pistola a cada uno que no ví de dónde sacó. Joseph Curwen estaba muy tranquilo durante el viaje de vuelta. Sus ojos brillaban de forma muy rara. Su presencia logró estremecerme. Hubiera pagado por no estar allí. Pero estaba completamente atrapada.

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