Al-Cuhuir
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LL
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- Henry Armitage
- Dogon
- Albert Wilmath
- Joseph Curwen
- He-Who-Must-Not-Be-Named
- Abdul Alhazred
- Lavinia Whateley
- Kryshul D'Naihotep
LX
Al fin voy sentado en el avión
que me lleva a El Cairo, creí que no iba a encontrar pasaje.
Era este vuelo el que debía coger o las cosas se me complicarían
mucho más. La viuda de Marchand, Catherine Marchand, viajaba
también en este vuelo, junto con Lady Margaret, su secretaria
que parece que también ejerce de su guardaespaldas. A Lady
Margaret la conocía de vista, sé que me perseguía
en mis negocios y diversiones.
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Nueva
Logia del Tentáculo
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Había descubierto que me había
puesto un programa espía en Internet, pinchado mi teléfono,
seguido en mis noches de fiesta flamenca y averiguado mis cuentas
bancarias. Total, que yo estaba entre sus hobbies detectivescos.
No sé por qué siempre me está persiguiendo
alguien, debo despertar la paranoia en el prójimo. Y lo
de Lady no es nada comparado con mis perseguidores cibernéticos.
Al fin y al cabo Lady Margaret es una agente secreta y sus seguimientos
tienen lógica profesional. Catherine Marchand va tres asientos
delante del mío, algo me dice que va a investigar la extraña
muerte de su esposo y se dirige a El Cairo, su difunto marido
tenía contactos allí. Puede ser peligrosa su visita.
Debía presentarme a ella como admirador de su difunto,
pero prefería que Lady Margaret no me viese hablar con
ella. Ya sé. Como los servicios están en la parte
trasera, en cuanto ella se dirija a uno, iré tras ella
y me presentaré en un descuido de Lady. Ahora se levanta,
escucho que va al servicio. Voy a seguirla:
- ¿Mme. Marchad?
Soy Joseph Curwen, admirador de su difunto. Le acompaño el
sentimiento. Pero no intente gritar Mme. Marchand. ¿Tanto
le asusto? No me mire así, por favor, va a hacer sentirme
mal y yo soy muy sensible. Enseguida termino, se lo aseguro. Ya
estoy de nuevo en mi asiento. Ha sido más fácil de
lo que creía. ¡Azafata, por favor! ¡Un gin-tonic
muy frío!
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Sigue
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