La Historia del Mundo, según Lovecraft
Un informe antropológico

© Henry Armitage

Origen de los dioses

Los Primordiales bajaron de las estrellas, cuando la tierra era joven. Eran seres cuya sustancia había modelado una extraña evolución y cuyos poderes eran mayores de los que jamás habían existido en el planeta. Para realizar sus vuelos prehistóricos a través del espacio cósmico, según la leyenda, absorbían ciertos productos químicos que casi los independizaba de la alimentación, la respiración, el frío y el calor.

Pulsa sobre la imagen

The Elder Ones by Jeff Remmer

Creación de vida orgánica

Crearon la vida terrestre bajo las aguas del mar y emplearon sustancias que tenían a su alcance, según métodos conocidos desde antiguo. Los experimentos más complicados vinieron después de la aniquilación de varios enemigos cósmicos. Habían hecho lo mismo en otros planetas luego de fabricar no solamente los alimentos necesarios, sino también ciertas masas protoplásmicas multicelulares capaces de formar con sus tejidos toda clase de órganos temporales bajo influencia hipnótica, siendo así los esclavos ideales para ejecutar el trabajo pesado de la comunidad. Estas masas viscosas eran sin duda aquellas a las que Abdul Alhazred se había referido entre susurros dándoles el nombre de «sho-goths» en su aterrador Necronomicón. Cuando los Primordiales de este planeta hubieron sintetizado sus sencillos alimentos y creado un número suficiente de shogoths, permitieron que se desarrollaran otros grupos de células para que formaran otras clases de vida animal y vegetal con diversos fines, extirpando aquellas cuya presencia llegó a molestarles.

Fundación de las ciudades

Con la ayuda de los shogoths, cuyas prolongaciones podían levantar pesos prodigiosos, las pequeñas ciudades submarinas crecieron hasta transformarse en imponentes laberintos de piedra no muy diferentes de los que luego se alzarían en tierra. De hecho, los Primordiales, adaptables en extremo, habían vivido durante largo tiempo en la superficie en otras partes del universo y probablemente conservaban muchas de las tradiciones de la edificación terrestre.

Su escultura y escritura: Crónica de su historia

Muchos tomos se podrían escribir acerca de la vida de los Primordiales en el fondo del mar y de la que luego llevarían los que emigraron a tierra. Habían practicado el arte de la escultura y la escritura en la forma habitual, empleando para escribir un estilete en superficies enceradas impermeables. Toda su historia se hallaba en los bajorrelieves labrados en las paredes de la ciudad entre Las Montañas de la Locura.

Formas de locomoción

No empleaban ayuda externa alguna para la locomoción personal, pues los Primordiales, tanto en la tierra como en el aire y en el agua, parecían poseer posibilidades de moverse a enorme velocidad. Las cargas, sin embargo, las arrastraban bestias de tiro: los shogoths bajo el agua y una curiosa variedad de vertebrados primitivos en los años posteriores de existencia terrestre. Estas criaturas se movían dentro del mar en parte nadando, utilizando los brazos crinoideos laterales, y en parte arrastrándose impulsados por la fila inferior de tentáculos que albergaban las falsas patas. Algunas veces volaban distancias considerables utilizando para ayudarse sus dos o cuatro alas plegables en forma de abanico. En tierra empleaban habitualmente las pseudópatas, pero algunas veces realizaban vuelos a gran altura y recorrían largas distancias con las alas.

Salud y muerte

La resistencia y dureza de aquellas criaturas era sorprendente. Ni siquiera las tremendas presiones de las mayores profundidades marinas parecían capaces de afectarlas. Diríase que eran pocas las que morían, excepto de resultas de la violencia, y sus lugares de enterramiento eran escasos. Enterraban a sus muertos verticalmente cubriéndolos con túmulos en forma de cinco puntas.

Reproducción

Aquellos seres se multiplicaban por medio de esporas, pero como consecuencia de su extraordinaria resistencia y longevidad, no necesitaban reproducirse en exceso de forma que no fomentaban el desarrollo en gran escala de nuevos gametos excepto cuando iban a colonizar nuevas regiones. Los jóvenes maduraban con rapidez y recibían una enseñanza evidentemente muy superior a la que podemos imaginar. Su vida intelectual y estética estaba muy desarrollada y daba vida a un conjunto extremadamente arraigado de costumbres e instituciones.

Nutrición

Aunque por ser vegetales podían nutrirse de sustancias inorgánicas, preferían los alimentos orgánicos, y especialmente los de origen animal. Comían crudos los alimentos de origen marino, pero cocinaban las viandas en tierra. Cazaban y criaban ganado de carne, al que sacrificaban empleando instrumentos muy afilados.

Vida familiar

Al no emparejarse y tener una estructura semivegetal, los Primordiales carecían de base biológica para la fase familiar de la vida de los mamíferos, pero parece que muchos de ellos compartian viviendas basándose en el principio de aprovechamiento del espacio.

Sus casas

Al amueblar las viviendas, conservaban todo en el Centro de la inmensa estancia y dejaban los espacios murales para la decoración. La iluminación, en el caso de los que habitaban en tierra, la conseguían mediante un procedimiento probablemente electroquímico. Tanto en tierra como bajo el agua, utilizaban curiosas mesas, sillas y divanes como bastidores cilíndricos, pues reposaban y dormían erguidos con los tentáculos plegados, y estanterías para los conjuntos de superficies punteadas que constituían sus libros.

Pulsar en la imagen

La ciudad de los Primordiales perdida entre las Montañas de la Locura
 

Forma de gobierno y comercio

El gobierno era, evidentemente, complejo y probablemente de tipo socialista. Era grande el movimiento comercial, tanto el local como entre distintas ciudades, empleándose como dinero pequeñas fichas grabadas de cinco puntas. Aunque la cultura era primordialmente urbana, existía algo de agricultura y gran actividad ganadera. También se dedicaban a la minería y existían algunas actividades fabriles. Viajaban mucho, pero la emigración permanente no parecía ser muy frecuente, si se exceptúan los grandes movimientos colonizadores mediante los cuales se extendía la raza.

Creadores de vida: simios y humanos

Estos vertebrados, así como otras infinitas formas de vida - animal y vegetal, marina, terrestre y aérea -, eran producto de una evolución no dirigida de células vivas creadas por los Primordiales, pero cuyo desarrollo quedaba fuera del radio de su atención. Se les había permitido desarrollarse libremente porque no habían provocado conflictos a los seres dominantes. Las formas evolucionadas que resultaban inconvenientes se exterminaban mecánicamente. Crearon un mamífero primitivo de torpe andar utilizado unas veces como alimento y otras como jocoso bufón por parte de los habitantes terrestres, mamífero cuyo carácter de predecesor de simios y seres humanos era inconfundible.

Nuevas razas. Guerra y Paz

Otra raza, una raza terrestre con forma de pulpo y probablemente correspondiente a fabulosos seres prehumanos engendrados por Cthulhu, comenzó a llegar procedente del infinito cosmos e inició una salvaje guerra que obligó de nuevo a los Primordiales a refugiarse temporalmente en las profundidades del mar - golpe tremendo para ellos en vista de sus crecientes colonias construidas en la superficie. Más tarde se concertó la paz, y las nuevas tierras se cedieron a los descendientes de Cthulhu, mientras que el mar y las tierras más antiguas quedaban bajo el dominio de los Primordiales.

La Antártida

Se fundaron nuevas ciudades terrestres, las mayores de ellas en la Antártida, pues esta región de la primera llegada era sagrada. En lo sucesivo, como había acontecido anteriormente, la Antártida continuó siendo el centro de la civilización de los Primordiales, de forma que los descendientes de Cthulhu desaparecieron de sus vidas. Mas luego, las tierras del Pacífico se hundieron nuevamente, llevándose consigo a la espantosa ciudad de piedra de R'lyeh y a todos los pulpos cósmicos, con lo que los Primordiales volvieron a ser dueños del planeta.

Rebelión de los shogoths

Surgieron muchas dificultades para la cría y gobierno de los shogoths, de los cuales de los cuales dependía la prosperidad de la vida en el mar. El arte de crear nueva vida a base de materia inorgánica se fue olvidando, por lo que los Primordiales se vieron obligados a depender de la posibilidad de moldear seres ya existentes. En tierra, los grandes reptiles resultaban muy moldeables, pero los shogoths marinos, que estaban adquiriendo un grado peligroso de inteligencia, representaron durante algún tiempo un formidable problema. Siempre se les había gobernado mediante sugestiones hipnóticas de los Primordiales, pero habían desarrollado, al parecer, un «cerebro» semiestable, cuya capacidad de volición independiente y tenaz se hacía eco de la voluntad de los Primordiales, pero no siempre la obedecían.

Aspecto de los shogoths

Eran, por lo general, entes informes compuestos de una gelatina viscosa que les daba el aspecto de un gran conjunto de burbujas aglutinadas, con alrededor de quince pies de diámetro cuando asumían forma esférica. Pero su forma y volumen cambiaba constantemente y surgían de ellos excrecencias temporales o formaban órganos visuales, auditivos u orales imitando a sus amos, espontáneamente o por sugestión.

Guerra entre Primordiales y shogoths

Parece que se tornaron especialmente rebeldes hace quizá ciento cincuenta millones de años, cuando hubo una verdadera guerra entre ellos y los Primordiales del mar. El estado cubierto de viscosidad en que los shogoths acostumbraban dejar a sus víctimas después de decapitarlas poseían una terrible fuerza amedrentadora. Los Primordiales emplearon curiosas armas de perturbación molecular y atómica contra los entes rebeldes y finalmente alcanzaron una completa victoria. Después hubo un período en el que los shogoths fueron domados y sometidos por los Primordiales armados, al igual que domaron los vaqueros a los caballos salvajes del Oeste norteamericano.

Nuevas invasiones: Los Mi-Go

En la Era Jurásica, los Primordiales padecieron nuevas adversidades, esta vez como resultado de otra invasión llegada del espacio exterior, una invasión de criaturas mitad fungosas y mitad crustáceas, indudablemente las mismas que aparecen en ciertas leyendas que se cuentan a media voz en las montañas del Norte y que se recuerdan en el Himalaya con el nombre de Mi-Go, o Abominable Hombre de las Nieves. Para luchar contra estos seres, los Primordiales intentaron, por primera vez desde su llegada a la Tierra, regresar al éter planetario; pero a pesar de realizar todos los preparativos tradicionales, vieron que ya no les era posible salir de la atmósfera terrestre. Cualquiera que fuera el secreto de los viajes interestelares, su raza lo había perdido para siempre. Finalmente, los Mi-Go expulsaron a los Primordiales de todas las tierras del Norte, aunque no pudieron atacar a los del mar. Poco a poco comenzó la lenta retirada de esta antiquísima raza a sus habitáculos originales de la Antártida.

Últimos Primordiales

El golpe final fue la llegada del extremado frío que en un tiempo se adueñó de la mayor parte de la Tierra y que nunca ha abandonado los desventurados polos, el gran frío que en el otro extremo del mundo acabó con las fabulosas tierras de Lomar y de los hiperbóreos.

Crean nuevos shogoths

Los nuevos shogoths llegaron a tener un enorme tamaño y a desarrollar singular inteligencia. Parecían capaces de conversar con los Primordiales imitando las voces de éstos - una especie de silbidos musicales que abarcaban una amplia escala de tonos - y atender más bien a las órdenes orales que a las sugestiones hipnóticas, menos empleadas que en los primeros tiempos. Los mantenían, sin embargo, admirablemente controlados. Los organismos fosforescentes daban luz con magnífico rendimiento, y compensaban, sin duda, la pérdida de las acostumbradas auroras australes de la noche del mundo exterior.

El Frío acaba con los Primigenios

Iba desapareciendo la vegetación y las terribles nieves de invierno ya no se fundían totalmente ni siquiera en la plenitud del verano. Había muerto casi todo el ganado saurio y los mamíferos no aguantaban muy bien el frío. Para hacer el trabajo del mundo superior había resultado necesario adaptar a la vida en tierra a algunos de los amorfos shogoths, de curiosa resistencia al frío, cosa que los Primordiales se habían negado a hacer hasta entonces. El gran río carecía ya de vida animal, y el mar superior había perdido casi toda su fauna a ex-cepción de las focas y las ballenas. Todas las aves habían volado a otros lugares, exceptuando los grotescos pingüinos de gran tamaño.

Las conclusiones a las que llega Lovecraft son las mismas que asume la ciencia ficción moderna:

1. Que los dioses, los Primordiales, que crean la vida en la tierra, proceden del espacio. Estaban dotados de grandes poderes sobre la mente y la materia.

2. Que la humanidad no es más que una raza más de las que han habitado la tierra y que fue creada por esos seres superiores procedentes de las estrellas.

3. Que los dioses antiguos, los Primordiales, crearon las sucesivas razas simplemente para su propio provecho: Los shoggoths era una raza de esclavos para realizar los trabajos de gran dureza física, mientras que los animales, simios y humanos eran ganado para su alimentación o entretenimiento para su ocio.

4. Que la Era Glacial supuso un cambio radical en los acontecimientos históricos, ya que mueren los dioses que han generado la vida, siguiendo ésta su curso en un proceso evolutivo.

5. Las cualidades que llamamos humanas surgieron simplemente a imagen y semejanza de nuestros creadores, los Primigenios; otras resultaron de procesos evolutivos de la biología.

Henry Armitage

Copyright © 2001

Publicado el 2006 en HP Lovecraft