LO DESCONOCIDO

Introducción, Traducción y Notas de: Óscar Mariscal

I. Unas Palabras Sobre Lo Desconocido y la Luna:

 
La luna es un quimérico faro,
una pupila de mármol
que arde en el rostro de un ahogado.

Anscarius

... Y la luna, al menos en siete de sus ocho fases, ha bañado en plata los versos del poeta desde el remoto alborear de la lírica. Nos referimos aquí a la luna de pálido rostro de Poe – que esclaviza a los planetas –, a la luna opaca – que penosamente ilumina el triste cementerio – de Rubén Darío, a la luna con dientes de marfil – que compra pinturas a la muerte – de Federico García Lorca... . A la luz de la luna los muertos van de ronda, escribió Emilio Carrere. Destaca en fin, en la iconografía poética, como obligado punto de fuga de mil y una escenas nocturnas; anegando con su argéntea luz las noches de ese misterioso y hondo valle, oculto tras el velo de nuestra experiencia diurna.

Esa misma luna irreal –roja, siniestra, menguante y cornuda– asistió asimismo, con su luz vacilante entre los vapores, a célebres y fantásticas escenografías imaginadas por Lovecraft, trasladadas al papel en prosa o en verso. Concretamente este astro funesto y de rostro deforme de 1916 que nos ocupa, brilló ya con anterioridad en su poema Unda, o La Novia del Mar, de 1915:

He aquí la luna rojiza que desde las brumas del océano
asciende en ominosa grandeza sobre el horizonte;
extraño es su rostro como mi ojo torturado fijo
en los inmensos confines de azur y luceros.  

 

Esta miniatura fantástica titulada Lo Desconocido, apareció firmada por Elizabeth Neville Berkeley debido a un extraño capricho de Lovecraft; según él como un intento de desorientar al público mostrándole trabajos de estilos radicalmente distintos aunque obra, teóricamente, de un mismo autor; fue en el nº 3 del Conservative 2 de Lovecraft –Octubre de 1916–. El efímero “romance literario” entre Lovecraft y Winifred Virginia Jackson duró lo suficiente como para pergeñar dos conocidos cuentos –El Caos Reptante (The Crawling Chaos: The United Amateur, 1919) y La Pradera Verde (The Green Meadow: The Vagrant, 1919)– en su día publicados como colaboración entre Elizabeth Neville Berkeley y Lewis Theobald, Jr –seudónimos respectivos de la Jackson y de Lovecraft– a los que la poetisa sólo aportó el argumento.

Óscar Mariscal

II.

LO DESCONOCIDO

Un poema de Elizabeth Neville Berkeley y Lewis Theobald, Jr [1] :

Otra muestra de horror psicológico puesta en verso por Elizabeth Berkeley.

 

Un cielo hirviente;
una luna multicolor;
un torrente de olas gigantescas:
El delirante alfabeto rúnico de la tormenta. [2]

 

Nubes salvajes: Una sacudida;

vientos feroces: Un grito.
Los negros vapores se deslizan
en fantasmal retirada.

 

Y a través de los jirones escapa

la enfermiza belleza de la luna;
¡Pero Señor! ¿Qué es esa mancha
sobre su cara?

 

H. P. Lovecraft: Conservative 2, nº3 1916. [3]


 

III. Notas:

 

[1] Elizabeth Neville Berkeley es el seudónimo de Winifred Virginia Jackson. La firma de la poetisa y colaboradora de H. P. Lovecraft aparece por una broma literaria de éste, en realidad auténtico y único autor del poema.

 

[2] La comparación hecha entre la escena violenta y sombría aquí descrita, con los antiguos caracteres escandinavos, parece inspirada en las campanas del poema de E. A. Poe, cuyo compás es una rima rúnica... .

 

[3] El texto original y los datos relativos a su publicación, han sido extraídos de la edición realizada por S. T. Joshi de la poesía completa de H. P. Lovecraft: The Ancient Track, The Complete Poetical Works of H. P. Lovecraft: Night Shade Books, San Francisco 2001.

 

Publicado originalmente en VALIS, 14, Primavera de 2003.
Revisado para La Nueva Logia del Tentáculo, Invierno de 2005.