Dedicatorias

© Joseph Curwen

André Delvaux

Un Minuto Milady

Ánima albina cual fulgor,
fuerza y candor.
Faro sin par,
fragante a mar.

Ebulle el eco de tu voz,
grita pasión,
seda y marfil.
Luz de candil.

Como sublime manantial
rojo vital.
Fuego y canción,
dulce Ascensión.

 

 

 

Abdul está en ti

Aroma de incienso de la blanca aljama
de misterios colma el éter de tul,
y alondra que trina trovas sarracenas,
sensuales cadencias de tierras del sur.
La luna ilumina sus noches de plata,
en la argenta umbría perfila un dosel
que envuelve sentires y hondas inquietudes,
por tinta, su sangre, su esencia el papel.
Sutil minarete que acaricia el cielo
como suaves labios de inquietante hurí.
Romances de fuego pregonan al viento:
¡Sarkomand despierta! ¡Qué Abdul está en ti!

Hay una correcta y precisa selección de sustantivos marcados por el carácter de lo meridional, teñido de unas tonalidades arábigas: sarracenas, minarete, hurí... y ese juego con los sonidos: éter de tul, trina trovas que parecen machacar con las t’s el crisol de la lírica más profunda, más racial y de más raigambre cañí, acorde con este Abdul de alma garbosa de torero juncal.

 

Comentarios a esta Colaboración

Lira H.P. Lovecraft