SOBRE "EL MORADOR EN LA OSCURIDAD"
DE AUGUST DERLETH
© DOGON [*]
Esta es una historia curiosa, publicada en 1944, [1] y muestra, sin lugar a dudas, la dependencia de Derleth de la obra de su maestro, H. P. Lovecraft, y, a la vez, su genialidad en insertar su propio mundo en el de éste, ambos definidos como "lovecraftianos", sin que, en realidad, el de él lo fuera. La primera visión del mundo, la de Lovecraft, como fuera presentada, i.a., en "El llamado de Cthulhu", [2] y otras de sus composiciones tardías, es la de un Universo caótico, ciego y mecánico, en el que los "dioses" de su "panteón" poco se preocupan de los seres humanos, estando abocados a sus propios fines y propósitos, siendo el ser humano una casualidad que, por mero accidente, se cruza en su camino. No hay un especial derecho de la Humanidad a existir, ni es "superior" a nada, no hay Dios, ni Diablo. La raza humana subsiste por mera casualidad cósmica.
Derleth incluyó ese cuento, y muchos otros que lo único que tienen en común es su locación en Nueva Inglaterra, en lo que denominó "Los Mitos de Cthulhu". Y la segunda visión del mundo, la suya propia, la atribuyó a su mentor, citándola como "colaboraciones póstumas" de trabajos inconclusos del mismo. Sin embargo, la cosmovisión de Derleth es totalmente convencional: el Universo es el teatro de un conflicto entre "fuerzas del Bien" y "del Mal", entre "dioses buenos" y "malos", en donde el ser humano halla aliados entre los primeros y enemigos entre los segundos. La Humanidad debe elegir entre unos y otros, y defenderse de "los Otros" recurriendo a las artes mágicas - ¡una suerte de transferencia de lo que hicieron los propios Primigenios contra los Dioses Arquetípicos en la obra de Lovecraft! - En estos últimos años, esta visión del mundo se ha llamado, por lo general peyorativamente, "los Mitos de Derleth". [3]
He terminado de releer, por enésima vez, el relato "El morador en la oscuridad" de Derleth, en la reciente traducción de Borja García Bercero, [4] y es interesante notar la colisión entre ambas visiones, la de Lovecraft y la de él, en este cuento, que muestra las ambigüedades de dos puntos de vista diferentes en una única composición. Contamos con numerosas referencias "lovecraftianas", como ser los nombres de la ciudad de Arkham o la Universidad de Miskatonic, y a varios "dioses", como ser Cthulhu y Nyarlathotep, mas colocados dentro del marco creado por Derleth. Por otra parte, cosa inusual en Lovecraft, el relato tiene mucho diálogo, y hasta ciertos toques humorísticos.
Luego de citar un pasaje de "El grabado en la casa" de Lovecraft, [5] el comienzo es prácticamente un plagio del inicio de "El horror de Dunwich":
Hasta hace poco, el viajero que recorría el sector central de norte de Wisconsin y tomaba un desvío a la izquierda, en la intersección de la autopista de Brule River y la carretera de Chequamegon para dirigirse a Pashepaho, se encontraba en una región tan primitiva que se diría alejada de cualquier contacto humano.
El escenario de la historia es el Lago Rick, una zona de densos bosques de pinos, en donde hay un albergue misterioso y peligroso, cercano a una región en la que se halla una curiosa y extraña laja de piedra labrada con figuras demenciales, que resulta ser el punto de contacto en el que aparecen Nyarlathotep y sus secuaces. Con diversos guiños extraidos de "El que susurra en la oscuridad", vemos como Laird Dorgan y el narrador anónimo (una forma de hacerle sentir al lector que es él quien vive la aventura) van en busca del profesor Upton Gardner, de quien ambos eran alumnos. También encontramos los usuales "grimorios malditos", el Necronomicón y los Manuscritos Pnakóticos, hechos accesibles por la magia de la fotocopia, lo que evita que los protagonistas tengan que viajar a la Universidad de Miskatonic. El tema de los libros es hábilmente aprovechado por Derleth para hacer propaganda a su recientemente edición de "El extraño y otros cuentos" - impresa por Arkham House en 1943, un año antes de la aparición del cuento -, al escribir que, entre los papeles del profesor Gardner los protagonistas leen el siguiente mensaje:
"si es posible comprar, a través de uno de los libreros locales, una copia de The Outsider and other tales por H. P. Lovecraft, publicado por Arkham House el último año"
Técnica indudablemente acertada para usar con sus fans y los de Lovecraft. Algunos de los personajes locales aparecen en escena: el Viejo Peter, en especial, se muestra entre ellos: un anciano indio, borracho y misterioso, que ha visto con sus propios ojos al "morador de la oscuridad" y quien se niega a hablar de ello durante todo el cuento, hasta que es disuadido por una botella y es llevado ante la piedra labrada, haciendo gala de un temor irracional. Todo sirve para que se establezca un paralelismo entre el Océano Pacífico de Lovecraft y el Medio Oeste americano, que es igualmente inseguro. Los protagonistas, finalmente, se entrevistan con el minimizado profesor Partier. Es aquí en donde Derleth aprovecha para insertar su cosmovisión, convirtiendo a los "dioses" lovecraftianos en meros "elementales" del Fuego, Aire, Tierra y Agua. Agrega, además, algunos nuevos nombres divinos a la larga lista, de los que Lovecraft nunca oyó hablar, y, ante nuestros ojos, "los Mitos de Cthulhu" se convierten en "los Mitos de Derleth". La visita es una nueva excusa para hacerle propaganda al maestro: "¡Lovecraft sabía!", exclamará el desacreditado Partier en medio de la conversación con los héroes del relato. [6]
Por último, ambos protagonistas hacen una visita final y nocturna al sitio de la losa grabada, y allí se produce la anhelada aparición del Morador de la Oscuridad, que los seguirá hasta el albergue, apareciéndose ante ellos... ¡como el profesor Upton Gardner! El final es de lo más rocambolesco que podemos imaginar y los héroes, como muchos "antihéroes" lovecraftianos, terminan huyendo despavoridos del lugar - no cuento el final en sí para no romper posibles intereses por leerlo -.
"Aunque es disfrutablemente divertida, me encuentro incapaz de admirar este cuento (u otros como él)... Seguro, todos los nombres están ahí, todos los movimientos correctos también se han hecho, pero hay mucha explicación, y mucho es revelado y sistematizado de una manera en la que Lovecraft no haría" [7] Esta opinión resume la nuestra bastante bien. La ficción de Derleth guarda y conserva ese regusto Católico Apostólico Romano que la literatura de Lovecraft obviaba, quizá por su ateísmo nato; en Derleth, se nota demasiado. Esa es su principal contra; en una palabra, tenemos un juego completamente nuevo, no un aggiornamiento de Lovecraft.
NOTAS
[1] Publicado en Weird Tales, noviembre de 1944. En español apareció en H. P. Lovecraft y otros, Relatos de los Mitos de Cthulhu 1 (Barcelona: Editorial Bruguera S.A., 1977); colección Nova Fantasía, vol. 6, pp. 211-269. [Traducción de Francisco Torres Oliver].
[2] H. P. Lovecraft, En la cripta (Madrid: Alianza Editorial, 3° reimpr., 2001); Biblioteca de Fantasía y Terror BT 8.151, pp. 122-168.
[3] S. T. Joshi, H. P. Lovecraft: A Life (Nueva York, 1996), último capítulo.
[4] A. Derleth, Otros Mitos de Cthulhu (Madrid: Alianza Editorial, 2005); Biblioteca de Fantasía y Terror BT 8.172, pp. 7-62.
[5] H. P. Lovecraft, En la cripta, pp. 109-121.
[6] Recurso reiterado en A. Derleth, El rastro de Cthulhu (Madrid: Alianza Editorial, reed. 2001), p. 12.
[7] John Howard, "A Collision of World-Views..."; on-line en "Out of Story" (url: http://www.waldenfast.fsnet.co.uk/collision.htm/)
[*] © 2006, Jorge R. Ogdon (a) Dogon.
N.B. Los derechos de los textos transcriptos y de las ilustraciones de tapa reproducidos en esta nota pertenecen a sus respectivos autores, y se presentan únicamente como material didáctico y de estudio para los visitantes ocasionales de Nueva Logia del Tentáculo
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